Tuzandépetl: la oscuridad de una tragedia en Veracruz

30/08/2023 04:44 p.m.

Ixhuatlán del Sureste, Ver.-En algún momento de la historia, trabajar en Petróleos Mexicanos (Pemex), particularmente en el sureste del país, fue sinónimo de garantía, protección y bienestar para el empleado, así como de sus familias. 

Sin embargo, en los últimos años las instalaciones de la petrolera en el sur de Veracruz, también conocidas como el emporio petroquímico más grande de Latinoamérica, no solo se han convertido en un pase directo para el más allá, sino también en la entrada a un laberinto sin salida para los familiares de las víctimas, cuyas vidas han cobrado numerosos siniestros.


CORPORACIONES concentradas fuera de Tuzandepetl. 

El caso más reciente ocurrió el 23 de febrero del 2023, en el Centro de Almacenamiento Estratégico “Tuzandépetl”, en el municipio de Ixhuatlán del Sureste, pues no solamente se trató de un incidente que acabó con la existencia de por lo menos cinco trabajadores, sino que al día de hoy los deudos no han podido siquiera dar el último adiós a los petroleros fallecidos.

 No conforme con lo anterior, Pemex ha dado muestras de indolencia al recortar salarios y prestaciones a los sobrevivientes, pero premiando a quienes pudieron haber tenido algún grado de responsabilidad en los hechos.

TUZANDÉPETL, EL INFIERNO 

A las 15:00 horas del 23 de febrero pasado, el sur de Veracruz se cimbró a causa de varias explosiones que se registraron en la cavidad 331 del Centro de Almacenamiento Estratégico “Tuzandépetl”, donde el equipo de perforación PM-119 realizaba trabajos de mantenimiento. De manera oficial, se supo que cinco trabajadores murieron a consecuencia del siniestro.

Parecía un día normal, algunos trabajadores ya esperaban en la caseta por su turno de salida, cuando escucharon la primera explosión, la cual parecía la entrada al mismo infierno.

El fuego arrasó con todo y la nube de humo negro podía verse a kilómetros de distancia en municipios cercanos como Nanchital, Moloacán y Coatzacoalcos.

De inmediato, tal situación alertó a cuerpos de emergencia, fuerzas federales, estatales y municipales.


LA NUBE de humo negro se percibió en el sur de Veracruz.


Los primeros en llegar fueron bomberos contra incendio de los complejos petroquímicos aledaños y conforme transcurrieron los minutos arribó personal de las empresas asentadas en la zona industrial que se encuentra a las afueras de Coatzacoalcos, Nanchital e Ixhuatlán del Sureste, el corredor más importante en esta zona del país.

En el lugar, obreros de compañías como la alemana Ruhrpumpen corrían para salvar sus vidas; sin embargo, sobrevivientes revelaron que el portón de la entrada principal al Centro de Almacenamiento estaba cerrado con candado y el vigilante no estaba en la caseta.

Los nervios, el miedo y la desesperación obligaron a que los hombres saltaran entre tubos y material que se utilizaba para la rehabilitación, logrando salir y ponerse a salvo; sin embargo, la ola de calor se percibía a más de cien metros a la redonda y en el interior las llamas llegaban a casi veinte metros de altura.

Pese a su valentía, los cuerpos de emergencia de la localidad poco pudieron hacer toda vez que no cuentan con la capacitación para actuar en caso de estos siniestros, ya que no tienen ni la ropa adecuada y mucho menos la herramienta necesaria para ello.

Para los sobrevivientes, recordar ese 23 de febrero es como una película de terror, de la que aún están sorprendidos que pudieron salvar su vida, ante la magnitud de la explosión.

“Mis cinco compañeros, pienso, murieron de inmediato, no había manera de que pudieran salir, se encontraban a una altura de 15 a 20 metros, tenían que bajar a fuerzas por las escaleras y éstas se encontraban en llamas”, relata E. J.  uno de los sobrevivientes.

Fue hasta las seis de la tarde cuando Pemex a través de sus canales oficiales y redes sociales, informó sobre los hechos en un escueto boletín, que decía que el incendio se presentó en el equipo de perforación PM-119, donde se daba el mantenimiento a la Cavidad Tuzandépetl-331, como parte del proyecto de Rehabilitación de la Planta de Almacenamiento ubicada en Ixhuatlán del Sureste, Veracruz.

De las razones del siniestro, no se dieron más detalles y solo se informó que tres trabajadores resultaron lesionados, por lo que fueron trasladados al Hospital de Pemex de Nanchital; sin embargo, directivos de la empresa quedaron en evidencia del poco o nulo conocimiento de lo que realmente estaba sucediendo en ese momento en Tuzandépetl, 

Mientras que en el boletín se señalaba “Pemex reitera su compromiso con las comunidades donde tiene actividad para actuar de forma segura y oportuna en la atención de este tipo de eventos”, alrededor de las 18:30 horas se escuchó una nueva explosión que alertó a las personas que se encontraban a más de 500 metros de distancia.

A la par de las columnas de humo, la movilización de los cuerpos de emergencia e imágenes impactantes en redes sociales, empezó la preocupación de familiares de los trabajadores que intentaron comunicarse con ellos por varios minutos y al no tener respuesta decidieron trasladarse hasta el centro de labores para tener noticias de ellos.

Todo era un caos, cuerpos de emergencia, fuerzas federales, estatales y prensa se encontraban concentrados en las afueras de Tuzandépetl, buscando respuestas sobre los hechos. 

La angustia envolvía a las familias, pues no tenían contacto y ninguna autoridad les podía dar información clara.

Gritos de desesperación, llanto, dolor, miedo e impotencia los invadieron y suplicaban se les informara sobre el estado de salud de los trabajadores. Rezaban y hacían oraciones con la esperanza de que pudieran estar con vida, aunque la posibilidad era mínima ante la magnitud de lo que sus miradas atestiguaban.

Horas después, se supo que César Manuel Heredia Martínez, Eduardo René Flores Martínez y Macario Alegría Hernández, resultaron lesionados durante la tragedia y que la empresa  los reportó como estables.

“Gracias al apoyo de los compañeros que tienen vehículo nos resguardamos, perdimos señal y por eso era difícil contactar a nuestros familiares, Dios nos dio a oportunidad de protegernos, pero dentro realmente vivimos minutos de desesperación y angustia”, expresó Manuel Ramos, un joven trabajador de una empresa contratista que salió ileso.

Relató que el dirigente del sindicato de la Federación Auténtica de Trabajadores del Estado de Veracruz (FATEV), Luis Palayot, prácticamente se vistió de héroe, pues con el apoyo de su vehículo, sacó a varios trabajadores de la zona de riesgo y volvió por otro grupo.

Por fortuna, los obreros del sindicato resultaron sin lesiones, pero tuvieron que salir por la autopista que va hacia el municipio de Cosoleacaque. Durante ese tiempo los familiares desconocían sobre su situación y estaban desesperados al no saber nada de ellos.

No obstante, ya había señales de consecuencias fatales, pues las autoridades informaron sobre la búsqueda de cinco trabajadores que se encontraban en la caverna al momento de la explosión.

Para el día siguiente, llegó a la zona cero el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza. La empresa que dirige el ingeniero agrónomo confirmó que durante las labores de limpieza fueron hallados dos cuerpos totalmente calcinados, los cuales fueron examinados por personal médico forense previa autorización del Ministerio Público Federal.


A 20 METROS de altura, se encontraban trabajadores en Tuzandépetl. 

Gabriel Obed Canseco Pacheco (turbo) trabajador de la Sección 22 del Sindicato Petrolero con sede en el municipio Agua Dulce; Carlos Ascención Morales (el enchilado) perteneciente a la sección 26 de Las Choapas: Alfonso de la Cruz Gómez de 55 años, y José Dimas Pérez Solís de 48 años, ambos originarios del estado de Chiapas, y Hugo Cruz Acosta, son los cinco trabajadores que perdieron la vida durante la explosión.

UNA BOMBA DE TIEMPO BAJO TIERRA.

A finales del 2003, se puso en marcha el Centro de Almacenamiento Estratégico Tuzandépetl, ubicado en el municipio de Ixhuatlán del Sureste, el cual colinda con las ciudades de Nanchital, Moloacán, Coatzacoalcos y Agua Dulce en el sur del estado de Veracruz.

Inició operaciones con seis cavidades, actualmente cuenta con 12 cavernas para crudo Maya (pesado), crudo Istmo (ligero) y crudo Olmeca, cada una con capacidad de 700 mil barriles, las cuales se encuentran a 600 metros de profundidad.

Ahí, Pemex almacena más de 8.4 millones de barriles de petróleo, es la reserva más grande de hidrocarburo en el país y representa una inversión superior a los 500 millones de pesos.

De esa forma, el hidrocarburo que se embarca en las terminales marítimas de Pajaritos, que se extrae en las plataformas marinas instaladas en las aguas del Golfo de México, así como del pozo Brillante se concentra en Tuzandépetl.

En el 2020, la empresa propuso ante la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) el proyecto para construir cavernas con número 30VE2020X0120, con la finalidad de construir dos cavidades más con un volumen de 1.5 millones de barriles cada una.

De hecho, se sabe que el proyecto camina sin problemas para que la reserva llegue a los 11 millones de barriles, lo que implica una inversión de varios millones de dólares para su funcionamiento.

¿ACCIDENTE O NEGLIGENCIA?

Las operaciones en el Centro Tuzandépetl estuvieron detenidas desde noviembre del 2022 hasta febrero de este año debido a trabajos de bombeo.

Algo que llama la atención es que, según trabajadores, la empresa encargada de las alarmas de detección de gas se retiró unas semanas antes por razones aún desconocidas. Es decir, al momento de reiniciar operaciones los petroleros no pudieron percatarse de algún olor o fuga, ya que el gas natural es inoloro, aumentando aun el riesgo en la zona de trabajo.


EN UN INFIERNO de convirtió Tuzandepetl, a causa de las explosiones.

Humberto Ricárdez Valenzuela, directivo del Sindicato Petrolero de la Sección 22, explicó que el gas natural es inoloro e incoloro, por lo cual es importante que cuando se están llevando los trabajos de perforación se cuente con las alarmas y equipo necesario que dan la advertencia a los trabajadores para que detengan sus labores y tomen las medidas requeridas para evitar accidentes.

En aquellos días, el encargado de la zona era el Ingeniero Ignacio Rangel Martínez, con número de ficha 359209 y cargo de Responsable de la Atención y Gestión de los asuntos de la unidad de perforación Delta del Tonalá, quien tuvo que estar enterado de las deficiencias y la falta de seguridad en Tuzandépetl.

 

CARLOS ASCENSIÓN (el enchilado) uno de los fallecidos en Tuzandépetl. 

Paradójicamente, después de la explosión Rangel Martínez fue concentrado en las oficinas de la petrolera en Villahermosa y posteriormente regresó con el cargo de Comisionado del Delta del Tonalá con un nivel 39, ganando un salario casi al doble de lo que tenía, mientras que los sobrevivientes tuvieron una reducción de casi el 50 por ciento en su sueldo.

REFINERÍA DE MINATITLÁN, OTRA EXPLOSIÓN Y TRES MUERTOS

El jueves 23 de febrero fue un día en el que se puso en jaque a Pemex: dos accidentes se suscitaron casi al mismo tiempo. A la par del drama en Tuzandépetl, en el municipio de Minatitlán, a 20 kilómetros, se registró un incendio en la planta combinada Maya, que dejó como saldo la muerte de tres trabajadores petroleros.

Mediante un comunicado Pemex señaló que la causa del incendio fue el escurrimiento de producto sobre una superficie caliente y tras los hechos no hubo interrupción de la operación de la planta ni daños a las instalaciones de la refinería.

Los trabajadores fallecidos son: Manuel Alejandro Jiménez de 37 años de edad, quien presentó quemaduras en el 80% del cuerpo, Leopoldo Sánchez Calixto y Alan Osvaldo Domínguez. 

Fue un día trágico para las familias petroleras, en dos accidentes registrados de manera casi simultánea, ocho trabajadores perdieron la vida, ocho familias perdieron al pilar de su hogar, en hechos lamentables, accidentes que se han vuelto constantes en la empresa ante la falta de mantenimiento y atención por parte de directivos que han hecho oídos sordos a los reclamos de la clase obrera.


 OBED CANSECO, su cuerpo aún no se entrega a sus familiares.


TRES FAMILIAS AÚN SIN RECIBIR LOS CUERPOS

“Nos han dicho que tenemos que esperar, que puede llevar meses o años (…) qué le digo a mis hijos que me preguntan por su padre, si ni siquiera me han dado el cuerpo, ni un documento, no hay donde llorarle”, lamenta la viuda de Obed Canseco.

Nueve días después de los hechos ocurridos en Tuzandépetl, Pemex informó que ya habían sido encontrados los cinco cuerpos de las víctimas fatales; sin embargo, al día de hoy han transcurrido seis meses y sólo dos cadáveres han sido entregados a sus familiares.

Y es que la Fiscalía del Estado de Veracruz no cuenta con peritos especializados y las herramientas o equipos para la identificación de los tres cuerpos calcinados, de tal suerte que por incompetencia, la carpeta de investigación sería remitida a la Fiscalía General de la República (FGR), aunado a que el lugar del siniestro fue en una zona Federal y dentro las instalaciones de Pemex.

Sin embargo, no se descarta que la propia FGR solicite la intervención de especialistas extranjeros para la identificación de las tres personas.


SUFREN VIACRUSIS Familiares de los trabajadores fallecidos.

Al no identificarse los cuerpos, los restos no pueden ser entregados a sus familiares, quienes a su vez no pueden demandar los derechos de beneficiario para reclamar todas las prestaciones que por ley que le corresponden a las esposas e hijos.

El 13 de marzo los cuerpos identificados fueron entregados a sus familiares, se trata de Hugo Acosta y Carlos Ascención Morales, este último mejor conocido como El Enchilado. Tenía la carrera de ingeniero petrolero, pero desempeñaba la categoría de técnico, era el encargado del pozo y según lo informado por su esposa Hilda Francisca Masse Zapien, llevaba 43 años laborando en Pemex.

Viudas, hijos, hermanos, padres de los tres familiares fallecidos aún no identificados, viven en el sufrimiento, la desesperación, de no poder llorar a un cuerpo ni poder sepultarlos porque esperan culminen los trabajos forenses, aunque trabajadores que laboran en el área y personal que trabajó en la limpieza del lugar luego de los hechos aseguran que no hay cuerpos, no se encontró más que cenizas debido a las altas temperaturas a las que estuvieron expuestos.

A la par, han enfrentado un viacrucis en espera de recibir los restos de sus seres queridos, así como la resolución de la situación laboral de los petroleros.

Y es que al no emitirse de manera formal un acta de defunción por parte de la Fiscalía, toda vez que presuntamente se llevan a cabo los análisis debido a las condiciones en que quedaron los cuerpos, no se puede declarar oficialmente muertos a los tres trabajadores y como consecuencia se ven impedidos para realizar los trámites correspondientes ante la empresa.

Incluso, Pemex suspendió por un tiempo los salarios, luego los restablecieron, pero sin el retroactivo correspondiente a las nóminas anteriores no pagadas.

Otro de los casos fue el de una  de los deudos  que venía cobrando la pensión alimenticia de sus hijos antes de la tragedia, pero a partir del día del accidente laboral Pemex canceló los pagos de los trabajadores involucrados y la madre de los tres infantes tuvo que recurrir a un abogado para hacer los trámites correspondientes  ante la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) que se encuentra en Villahermosa, Tabasco, y al día de hoy están cobrando el porcentaje que les corresponde, por ser menores de edad.

La situación es inquietante, no hay respuestas y aunque el titular de Pemex, Octavio Romero Oropeza y la Secretaria de Energía, Rocío Nahle García, se presentaron en la zona del desastre no tuvieron un solo acercamiento con los familiares. Incluso, la información que se obtuvo sobre su visita fue a través de los boletines oficiales emitidos por la empresa a través de sus cuentas de Facebook. 


IMÁGENES DESOLADORAS de Tuzandepetl, luego de la explosión   

Familiares de Obed Canseco señalan que no han sido atendidos por ningún directivo de la empresa, la Fiscalía no les da respuesta y en el sindicato es necesario presentar el acta de defunción para iniciar con la documentación y solicitar la base de trabajo, que están en riesgo de perder, afectando principalmente a los hijos de los trabajadores porque es parte del patrimonio que han dejado sus padres.

La Fiscalía mandó a hacer los estudios de ADN con la esperanza de definir la identidad de cada uno de los cuerpos, aunque la realidad es que no se cuenta con la tecnología suficiente para poder hacerlo ya que los cuerpos están calcinados.

“Nos han dicho que tenemos que esperar, que puede llevar meses o años, porque es difícil realizar la identificación, pero es desesperante, qué le digo a mis hijos que me preguntan por su padre, si ni siquiera me han dado el cuerpo, ni un documento, no hay donde llorarle”, lamenta la viuda de Obed Canseco.

Algunos de los lesionados que sobrevivieron a la tragedia fueron amparados por la empresa, el 03 de abril les llegó un documento en el que les indicaban que tenían que reincorporarse a trabajar; sin embargo, debido a que aún no concluían las diligencias en Tuzandépetl, fueron enviados a Agua Dulce, en el área de mantenimiento de equipos.

Otros no corrieron con la misma suerte. Dos de ellos, que pertenecen a la Sección 22 con sede en Agua Dulce, luego del accidente y como si fueran los responsables de los hechos sufrieron menoscabos de salarios y prestaciones, violando de esta manera sus derechos laborales.

“Según la empresa me suspendieron pagos de prestaciones, viáticos, bajo el argumento de que fui amparado y que ya no puedo seguir con esos derechos, pero yo no me amparé porque quise ni me lesioné de manera intencional, ocurrió un hecho lamentable que trascendió a nivel nacional y no es mi responsabilidad”, expresa E.J.

En opinión del abogado litigante de Nanchital, Miguel Ángel Piña Balderas, las familias se verán desgastadas en procesos penales y laborales que podrían tomar años.

“Las esposas de los trabajadores petroleros tienen que llevar de la mano dos procesos: uno de ellos vía penal que es la Fiscalía General del Estado de Veracruz, en el municipio de Nanchital, Veracruz  (para la identificación de los cuerpos) y el otro laboral en los juzgados  judiciales; para pagarle a los beneficiarios las prestaciones de ley del trabajo; procedimiento que será tardado y desgastante para los familiares”, detalló.

Sin embargo, el jurista advirtió que las normas vigentes establecen términos para la prescripción.

“Estamos hablando de un caso único, porque no se identifican a las personas, y también está la ley que marca ciertos tiempos para prescribir tu acción dando un tiempo de seis meses, uno o dos años, todas esas situaciones deben de estar presentes para que no sea una excepción de parte de la empresa para que emita el pagó”, agregó el abogado Piña Balderas.

PEMEX INDOLENTE, ESTAMOS DESPROTEGIDOS: TRABAJADORES

Las tragedias ocurridas en el último semestre del año en la zona sur del país y que han dejado al menos una decena de muertos según informes oficiales de Pemex, tiene sumamente preocupados a petroleros y sus familias, debido a que se encuentran totalmente desprotegidos por parte de la empresa. 

Por un lado, Pemex asegura su compromiso con los trabajadores, pero en los hechos hace oídos sordos ante las necesidades que existen en las instalaciones, incumpliendo con sus derechos laborales tal y como se señala en el Contrato Colectivo del Trabajo.

“Nosotros salimos de nuestra casa y no sabemos si vamos a regresar y nuestra familias se quedan desprotegidas, a quién reclamamos, nadie nos da respuesta y en la empresa todavía nos castiga después de los accidentes, como si nosotros los hubiéramos provocados a propósito”, comenta E. J.  uno de los sobrevivientes de Tuzandépetl.


OCTAVIO ROMERO Oropeza, visitó la zona de desastre.

Aunado a ello, la disputa actual que mantiene Pemex con el sindicato petrolero a nivel nacional por la revisión contra actual y los nulos acuerdos,  afecta aún más la situación de los trabajadores que aseguran se encuentran a la deriva, debido a que toda petición realizada a través del sindicato es rechazada o solo archivada por parte de la empresa y de manera directa ningún directivo da la cara y atiende a la clase obrera que continúa laborando bajo un riesgo latente, sabedores que su centro de trabajo también puede ser su tumba.

EXIGE STPRM MANTENIMIENTO A INSTALACIONES 

Cerca de 30 mil de trabajadores, de las 36 secciones correspondientes al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, laboran sobre bombas de tiempo creyendo que sus familias estarán aseguradas en caso de sufrir un accidente laboral o cuando se registran siniestros, lamentablemente la realidad es otra.

En la gira de trabajo que realizó el 04 de mayo, en la zona sur, el líder nacional del sindicato petrolero, Ricardo Aldana Prieto, dijo que uno de los temas que les preocupan son la falta de mantenimiento de instalaciones y de material de seguridad para los trabajadores, ya que Pemex es una empresa de alto riesgo que maneja muchos materiales peligrosos.

“Pemex es una industria de alto riesgo, no trabajamos con galletas, ni con frutas, trabajamos con productos altamente peligrosos”, manifestó.

Ante los incumplimientos de Pemex el sindicato petrolero, ha tenido que presentar denuncias de manera directa ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), y se les está dando seguimiento en mesas de trabajo.

LA INTERMINABLE LISTA DE ACCIDENTES 

En la última década, decenas de personas han muerto por accidentes ocurridos en instalaciones de Petróleos Mexicanos. No solo se trata de personal sindicalizado, sino también de empresas contratistas.

En abril de 2016, una explosión en la planta de Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV), que operaba junto con Pemex en el complejo Petroquímico Pajaritos en Coatzacoalcos, ocasionó más 32 muertes y dejó más de 100 heridos.

Durante ese mismo año, un incendio en la plataforma de exploración Abkatun A-Permanente en el Golfo de México dejó cinco muertos y ocho heridos.

En 2018, una explosión en la refinería de Salina Cruz, en Oaxaca, dejó al menos dos muertos y más de 30 heridos.


MIGUEL ÁNGEL Piña Balderas, abogado.

Tres años después, en 2021, un incendio en la refinería Lázaro Cárdenas en Minatitlán, Veracruz, dejó al menos dos muertos y varias personas heridas.

Para noviembre de 2022, 19 personas resultaron lesionadas con quemaduras de primer grado tras una explosión en un ducto de gas etano en Agua Dulce.

El 23 de febrero de 2023, ocurrió una explosión en el Centro de Almacenamiento Tuzandépetl que cobró la vida de cinco personas y en esa misma fecha un incendio en la Refinería de Minatitlán cobró la vida de tres trabajadores.

Recientemente, el 13 de agosto explotó una caldera en el complejo Cangrejera que dejó saldo de tres trabajadores lesionados. El percance ocurrió mientras realizaban el mantenimiento de un horno en la planta de etileno, la onda expansiva ocasionó a una de las víctimas quemaduras de primer grado, mientras que dos de sus compañeros presentaron problemas auditivos.



[ CRÉDITOS ]

​POR: ARELIZ SOSA

JANETH JAVIER CHIÑAS

PRESENCIA.MX


Comparte