Ante las quejas de la ciudadanía por la colocación de reductores de velocidad sobre la “curva del diablo”, la delegación expuso que hubo un estudio previo y que no provocan daños.
Ante las quejas de la ciudadanía por la colocación de reductores de velocidad sobre la “curva del diablo”, la delegación expuso que hubo un estudio previo y que no provocan daños.
Ante la serie de comentarios que la ciudadanía ha generado en los últimos días a partir de la colocación de reductores de velocidad en la “curva del diablo”, la delegación de Tránsito de Agua Dulce explicó que las estructuras están diseñadas para no lastimar a los vehículos y que previo a su emplazamiento hubo un estudio.
El delegado de Tránsito y Vialidad, Javier Ávalos Condado, fue cuestionado al respecto debido a las impresiones de los internautas en redes sociales, quienes indicaban que los reductores en plena curva sólo provocarían más accidentes.
En entrevista, el interlocutor expuso que días antes llegó un técnico en ingeniería vial, el cual realizó un estudio de factibilidad para determinar en dónde y cómo deberían ser puestos los reductores, con la finalidad de reducir notablemente la tasa de accidentes mortales y graves que esta curva ha acumulado en los últimos años y de la que se deriva su mote.
“Antes habían otros reductores en la zona recta, pero estos rápidamente dejaron de ser útiles porque los vehículos pasaban a gran velocidad”, señaló Ávalos Condado, razón por la cual se instalaron las piezas bajo una función logarítmica, es decir, de forma exponencial.
Mientras que al inicio de la curva hay una mayor separación entre los reductores, conforme se avanza el espacio se va reduciendo, de modo que un vehículo que ingresa a más de 90 kilómetros por hora termina saliendo a poco menos de 30 kilómetros.
En redes sociales, los hidrómilos han llamado “topes” a los reductores, de ahí el temor a que resulten peligrosos en la curva, sin embargo, el delegado de Tránsito expuso que los reductores apenas tienen una pulgada de grosor, de acuerdo a la normativa vigente, “así que no dañará la suspensión”.
Para su construcción, personal de Tránsito gestionó los recursos y la maquinaria para la instalación de los reductores hechos con asfalto, proceso en el que hubo taxistas voluntarios que colaboraron en la realización, así como se contó con el apoyo de la ambulancia de la Cnernc, no obstante, Javier Ávalos aclaró que el proyecto y la instalación estuvo coordinado totalmente por Tránsito del Estado.
“La curva no tiene inclinación y los carriles son muy angostos, nosotros vimos esto y como la corporación correspondiente somos la autoridad encargada de gestionar e intervenir”, declaró Javier Ávalos, ante las primeras impresiones de la ciudadanía.
Poco a poco la aceptación de los hidrómilos va siendo mayor, no obstante, observaron que es necesario colocar más señalamientos en los que se advierta a las personas sobre los reductores, pero aún así muchos ciudadanos recalcaron que con o sin estos mecanismos, el conductor es responsable y debe ser consciente de circular a una velocidad adecuada para proteger su vida y la de los demás, tal como lo comentó el regidor primero y comisionado de vialidad, José Domínguez López: “La verdad, sí, es una buena medida, pero también es responsabilidad del conductor y hay que mejorar la cultura vial”.