Escuchaban “narco-corridos” cuando les llegó la muerte en Las Choapas

La noche era tranquila, poco bullicio, cuando Rolando Gallegos y sus amigos llegaron a romper la calma con el sonido de su autoestereo a todo volumen con la música del cantante de narco corridos Ariel Camacho… apenas habían pasado cinco minutos, cuando las rafagas desataron el enfrentamiento.

Durante y después del enfrentamiento, aún hasta el momento en que chocan el mismo vehículo contra dos taxis, la música no paró y pasaron diversos corridos como: “El Karma”, “Toro Encartado”, “El Señor de los Cielos”… entre otros.

Desde la tarde del sábado, cerca de las 16:00 horas, la policía municipal y estatal recibió diversos reportes de que tripulantes de un auto blanco alteraban el orden en Huapacalito, reportaban a Orlando Rosas Gallegos, pero cuando acudieron las patrullas, ya se habían marchado.

“Andaban loqueando desde la tarde, fueron reportados, mira dónde terminaron, ¡cabrón!”, exclamó un agente policíaco cuando llegó a la escena del crimen y se enteró quiénes eran las personas tiradas en el pavimento con los sesos reventados.

El enfrentamiento

Rosas Gallegos, Javier González León y Juan Velázquez Cervantes, aún tuvieron tiempo de sacar sus armas para responder a la lluvia de “plomo” que les lanzaban desde un vehículo color rojo, del que sus tripulantes asomaban unos fusiles AR-15 y pistolas calibre 9 milímetros.

Rosas Gallegos traía una escuadra 9 milímetros, González León portaba un revólver calibre .38 y Velásquez Cervantes una pistola escuadra calibre 38, los tres pudieron accionarlas y herir a sus rivales, pero aún así fueron alcanzados por las balas de los fusiles de alto poder, y según las investigaciones, uno de los agresores todavía se acercó a rematarlos a cada uno para darles el tiro de gracia.

En el lugar, quedaron heridos arriba del auto color blanco, Dodge Attitude, una mujer y un joven, quienes emprendieron la huida a bordo del mismo vehículo, la música de los corridos nunca se apagó, ni tampoco le bajaron el volumen, presumen las autoridades que por la adrenalina y el miedo hasta de eso se olvidaron.

Durante la huída, golpearon algunos vehículos y finalmente fueron impactados por un par de taxis en la calle Benito Juárez del Barrio Tepito, frente al salón de usos múltiples “Titanic”, ahí, el estéreo del auto particular, con el medallón destrozado y el neumático trasero izquierdo reventado, continuó entonando las demás melodías por más de dos horas hasta que llegaron las autoridades de servicios periciales. 

La joven Graciela García González, con una herida de bala en el cuello, fue auxiliada por un taxi que la trasladó al hospital “Doctor Pedro Coronel Pérez”.

Retrasan atención médica

Quien no corrió con tanta suerte, fue el joven Humberto De la Cruz Acosta, quien por su propio pie llegó hasta la clínica Guadalupana, pero al no tener este sanatorio banco de sangre para transfusión, sólo fue canalizado de emergencia y se le trasladó a bordo de la ambulancia de la misma institución al hospital “Doctor Pedro Coronel Pérez”.

No obstante, en este lugar tardaron una media hora para poder recibirlo, porque no había más camas libres. El herido se quejaba de fuertes dolores y se le dificultaba el hablar. La bala le había penetrado la espalda.