La dirección de Protección Civil señaló que por dichas razones en la ciudad se presenta un alto índice de fugas, sin embargo, las autoridades locales no ha intervenido para detener esta situación.
La dirección de Protección Civil señaló que por dichas razones en la ciudad se presenta un alto índice de fugas, sin embargo, las autoridades locales no ha intervenido para detener esta situación.
Entre la falta de regulación de las estaciones que expenden gas LP y de las unidades móviles que reparten tanques en Agua Dulce, la dirección de Protección Civil señaló que por dichas razones en la ciudad se presenta un alto índice de fugas, sin embargo, las autoridades locales no ha intervenido para detener esta situación.
Celestino Segundo Hernández, director de Protección Civil local, expuso que en el municipio existen 4 centros de venta de gas, en el que cualquier usuario particular o comercial puede acudir con su tanque para rellenarlo, como si se tratara de gasolina.
Sin embargo, el entrevistado aclaró que “es un riesgo circular con un tanque de gas en mal estado”, pues las estaciones venden el producto, pero no supervisan que el cilindro se encuentre en buen estado, por lo que se pone en riesgo al usuario y a los habitantes en general.
Por otra parte, el titular de la dependencia municipal también agregó que en las últimas semanas se han tenido reportes de que una empresa particular identificada como “Mi Gas” ha entregado tanques de color verde y plateado (color de esta gasera) en mal estado, por lo que no sólo provoca pérdidas a los compradores, sino que también pone en peligro su integridad.
“La ciudadanía debe entender que tener un tanque en mal estado no sólo es riesgoso, sino que también es tirar su dinero a la basura, pues si hay una fuga nosotros lo llevamos a otro lugar a desfogar y eso es perder su carga que, cuando menos, es de entre 250 y hasta 400 pesos”, aclaró Segundo Hernández.
Puesto que no existe un reglamento municipal como el Bando de Policía y Buen Gobierno, Protección Civil no puede multar a las empresas tal como ocurre en otros municipios, cuando se comprueba que un cilindro fue entregado en mal estado o que un ciudadano ha tenido reincidencias.
Y es que en caso de estallar un tanque (en promedio de 30 kilogramos), no sólo afecta a los habitantes del hogar en cuestión, sino que tiene efectos negativos en varios cientos de metros a la redonda, recordó el titular de la corporación.
De modo que, ante la falta de una legislación local vigente que obligue a las empresas expendedoras de gas a revisar y cuidar los cilindros, los habitantes hidrómilos seguirán utilizando contenedores en dudoso estado y los reportes por fugas permanecerán constantes, que son igual a más de 12 casos por mes.