Van 12 homicidios; “grave”, el grado de violencia: Cronista

Para el Cronista de la Ciudad, Roberto Palma Prieto, el grado de violencia al que ha llegado el municipio, lo considera como una situación grave, y urge que sociedad y gobierno trabajen en conjunto para recuperar la paz y sobre todo, los valores en el hogar, porque de ahí parte todo lo que estamos viviendo, planteó al ser entrevistado por diario Presencia.

El conocedor de la historia de Las Choapas, recuerda que hace varias décadas, este rincón veracruzano se ganó el sobrenombre de “Pueblo sin ley”, pero en esos tiempos, ciertamente se daban casos de homicidios por pleito de borrachos, gente que al calor de las copas en la llamada ‘zona fría’, conocida posteriormente como ‘zona roja’ o ‘zona de tolerancia’, sacaban armas y se mataban.

Estos hechos de sangre se daban por la disputa de trabajo, gente que ya estaba acomodada en alguna plaza y venían grupos de obreros de fuera y por la mala los quitaban, en ese tiempo la compañía “El Águila” estaba en su apogeo. 

En 1930-1931 se da la exploración de petróleo y se vino una avalancha de trabajo, surgieron los sindicatos, la política y obviamente había una buena economía que permitía que las cantinas siempre estuvieran llenas y por ende los pleitos no faltaban, surgiendo entonces el mote de “Pueblo sin ley”.

En esos años, el único acceso era por el río Tancochapa, no había manera de transitar, pero más tarde fue construida la carretera a Cuichapa, para poder salir a Nanchital y de ahí a Coatzacoalcos, pero recuerda que dentro de todo eso, las pocas familias no vivían bajo un estado de pánico como sucede en la actualidad.

Palma Prieto, refirió que hasta hace unos tres o cuatro años, “escuchábamos como había violencia en otros estados como Guerrero, Michoacán, Sinaloa, la zona norte del país, vaya, y no imaginábamos que llegaría el momento en que estaríamos en una situación, quizá no tan similar, pero ya se presentan casos delicados y si no hacemos nada, en poco tiempo el grado de violencia podría ser peor”.

“La situación ahorita ha causado graves dificultades, nuestra población ha crecido y la juventud anda desenfrenada. Aquí las cosas graves vienen desde la casa, porque yo me acuerdo que cuando uno era pequeño, mi mamá y mi papá me decían, “te sientas aquí y no te paras”, y tenías que hacer caso, si te parabas, “hey a dónde vas” y te jalaban, pero se han perdido los valores, valores que eran sustentados también en el temor, te decían “mira no te portes mal porque allá Dios te está viendo”, y como niño uno se quedaba con eso y crecía con ese tipo de cosas, te frenaban, te cuidaban y te educaban”, planteó el Cronista de la Ciudad.

Asimismo, recordó el pasaje bíblico cuando Moisés se fue a buscar las tablas que Dios le confió, mismas que recogían los 10 mandamientos, leyes básicas de cumplimiento obligatorio para el pueblo hebreo y duró 40 días fuera, cuando bajó a notificarle a su pueblo, descubrió que en su ausencia los israelitas habían fundido metales preciosos y construido un becerro de oro, a semejanza de un cuadrúpedo y comprendió que lo veneraban, pues creían que Moisés los había abandonado. 

Esto lo encolerizó tanto que arrojó las Tablas de la Ley, destruyendo asimismo el ídolo de oro.

“Entonces sucede esto en la actualidad: los valores se perdieron, porque los padres ya no tienen esa autoridad sobre sus hijos, nuestra sociedad llegó a la desintegración familiar, falta de comunicación, falta de trabajo; antes había economía y no faltaba nada, pero desafortunadamente hubo una descomposición y luego la falta de disciplina en el hogar”, comparó.

Manifestó que la emigración de los padres hacia los Estados Unidos también fue causa de mucha desintegración familiar, hombres que se fueron a buscar una mejor forma de vida y dejaron a su esposa y sus hijos, pero se olvidaron pronto de la familia y la madre tuvo que salir a buscar trabajo para sostener el hogar, y los hijos finalmente, terminaron en las calles, en la drogadicción, no todos, pero hubo casos que sí llegaron a suceder.

“Ahorita vemos muchachas de 12 y 14 años teniendo un bebé y realmente es muy prematuro para ser mamá. Todo eso ha repercutido y luego la modernidad nos trae mucha liberalidad y acaba en el libertinaje. Pero hemos perdido esos valores. Obviamente, a veces resulta que esos valores nos están atosigando, no queremos seguirlos, siento que soy diferente, soy libre y no queremos que nadie nos diga nada”.

Consideró que es momento de que la sociedad, las iglesias, el gobierno hagan una reflexión, “tenemos que regresar a los valores, yo solamente leo en el periódico cuando van a la iglesia y escuchan al sacerdote, pero los valores hay que promoverlos (no sólo desde el púlpito), yo estoy convencido de que tenemos que regresar a los valores, es tan importante para poder cambiar la situación que estamos viviendo”.​