Trump, enojado por los reportes de prensa que dicen que esta deprimido

Donald Trump, claramente enojado por los reportes de prensa que dicen que esta deprimido y de mal humor por sus poco favorables perspectivas presidenciales, hizo ayer algunos de sus más agudos ataques contra los medios.

No compito contra la deshonesta Hillary Clinton”, dijo el candidato republicano en un discurso en Fairfield, Connecticut, “estoy compitiendo contra la prensa deshonesta”.

Trump parece particularmente disgustado con un artículo del diario The New York Times, que cita a una fuente anónima cercana al candidato, diciendo que en privado “frecuentemente está de mal humor y es huraño”.

Republicanos cercanos a su campaña fueron citados señalando que Trump ha estado “exhausto, frustrado y desconcertado” por el rumbo del proceso político.

El empresario respondió ayer en Twitter: “Mis eventos de campaña no son cubiertos apropiadamente por la prensa. Ellos nunca hablan del mensaje real y nunca muestran el tamaño del entusiasmo de la multitud”.

El fracasado @nytimes habla sobre citas anónimas y reuniones que nunca ocurrieron. Su cobertura informativa es pura ficción. ¡Los medios protegen a Hillary!”, escribió.

Trump se ha quejado por meses de la cobertura mediática que recibe, e incluso ha retirado las acreditaciones a medios como The New York Times, Buzzfeed, Politico.com y The Washington Post; además, ha dicho que si llega a ser Presidente será más fácil demandar a los medios por sus publicaciones.

Paul Manafort, jefe de campaña de Trump, también arremetió contra los medios en una aparición ayer en CNN.

Contrario a lo que dice la historia sin fuentes de The New York Times, la campaña esta avanzando y muy fuerte”, dijo. “Nosotros recolectamos más de 132 millones (de dólares) en los últimos dos meses”.

LA BATALLA, TAMBIÉN EN REDES SOCIALES

La guerra por la Casa Blanca se libra también en las redes sociales, con Trump concentrado en Twitter y Clinton al frente de un esfuerzo en múltiples plataformas.

Trump, con 10.9 millones de seguidores en Twitter, se refiere de forma rutinaria a Hillary con la etiqueta #CrookedHillary (#CorruptaHillary) y opta por los ataques frontales contra todos los que considera sus adversarios.

Clinton ha logrado menos tracción en Twitter, con 8.2 millones de seguidores.

Trump también gana en Facebook, con una página que ha logrado 10.2 millones de “me gusta”, frente a los 5.5 millones de la página de Clinton.

Pero ella tiene presencia digital en múltiples frentes, con docenas de personas encargadas de generar contenido original, videos profesionales y estrategias para involucrar a la audiencia.

VA PERDIENDO EN LOS ESTADOS CLAVE

Los números empiezan a complicarse para Donald Trump en su camino para alcanzar 270 votos electorales. Esa cifra es el umbral para que el candidato republicano gane la Presidencia de Estados Unidos.

En este momento, Trump no tiene la ventaja en ninguno de los estados en los que tendría que ganar y donde, según encuestas recientes, está muy por detrás de Clinton.

Trump necesita reforzar sus posibilidades para afianzarse en el mapa electoral y parece que esa es la razón por la que se está acercando a los estados del corazón industrial del país, cerca de los Grandes Lagos.

En días pasados hizo visitas a Michigan y Pennsylvania. Es una parte del país donde se supone que puede competir con su rival demócrata, Hillary Clinton.

Los números son malos para Trump, especialmente en Colorado, Virginia y Carolina del Norte. El equipo de campaña de Clinton está empezando a gastar un poco de dinero en Georgia y Arizona, estados que tradicionalmente han votado a favor de los candidatos republicanos para Presidente.

Si Clinton se asegura estados como Colorado, Virginia y Carolina del Norte –donde las encuestas indican que ella tiene una ventaja significativa–, Trump tendría que ganar la mayoría de los estados colindantes con los Grandes Lagos para tener alguna posibilidad de llegar a los 270 votos electorales.

Eso, siempre y cuando gane en Florida. Una derrota allí y necesitará victorias arrasadoras en todos los estados clave excepto Illinois y Nueva York, que apoyan firmemente a Hillary

Clinton.

Donald Trump tiene que empezar a hacer algunas movidas”, dijo Stephan Thompson, uno de los principales asesores del gobernador de Wisconsin, el republicano Scott Walker.

Necesitamos que él tenga una semana positiva a fin de crear una trayectoria positiva. No se está viendo eso en ningún lugar, sea Wisconsin, Ohio o en otro lugar”, advirtió.

SU PLAN ECONÓMICO, “RECETA PARA EL DESASTRE”

El exsecretario de Comercio de Estados Unidos, el republicano Carlos Gutiérrez, afirmó ayer que las propuestas económicas del aspirante presidencial republicano Donald Trump son “una receta para el desastre”.

Es por eso, porque le preocupa el tipo de país que sería creado bajo una Presidencia encabezada por su correligionario, que decidió apoyar a la demócrata Hillary Clinton.

El exdirector general de la transnacional Kellogg, fue secretario de Comercio durante el primer gobierno del expresidente estadunidense, el republicano George W. Bush.

Hillary Clinton es la mejor para el país. No estoy pensando como republicano, sino como ciudadano de Estados Unidos. En algún momento se tiene que poner al partido de lado y preguntarse qué es lo mejor para el país”, dijo Gutiérrez a la televisora CNN.

Aunque mantiene discrepancias con Hillary Clinton en algunos temas, el egresado del Tecnológico de Monterrey de México, declaró: “No quiero vivir en una sociedad que creo que Donald Trump va a edificar”.

Refirió que después de valorar los expedientes de Trump y Clinton, llegó a la conclusión de que la exsecretaria de Estado tiene la experiencia y los conocimientos para “ser una excelente Presidenta”.

Hubiera preferido a (el gobernador de Florida) Jeb Bush, pero creo que (ella) es una excelente opción, y tengo temor por lo que Donald Trump podría hacer con el país”, sentenció el exfuncionario de origen cubano.

Por su parte, la senadora republicana Susan Collins dijo que su decisión de no apoyar a Trump se debe a la falta de decencia común en la manera como el abanderado republicano ha tratado a personas que disienten con él.