Subsiste Doña Rosita con ayuda de vecinos; el DIF ignora su caso

​Rosa Sosa Meneses, de 87 años de edad, subsiste gracias al apoyo de sus vecinas, algunos amigos y personas que han conocido su caso a lo largo de los últimos años. Sin embargo, la octogenaria es ignorada por el sistema DIF Municipal que nunca se ha detenido a atender el caso de esta ciudadana que vive sola, es de escasos recursos y sufre una grave complicación que le impide caminar.

Doña Rosita, como se le conoce en la colonia Allende, vive en la calle Agraria, a unos pasos del Oxxo ubicado en el lugar. Afuera de su endeble casita se observa un letrero en el que se le invita a los ciudadanos a cooperar para la comida y los gastos médicos de esta mujer que nació en Agua Dulce en el año 1929.

Aunque se fue a los 8 años del incipiente poblado que más tarde se convertiría en una ciudad, a los 22 retornó al territorio hidrómilo, en donde permanece hasta la fecha. A pesar de haber sufrido una caída hace más de 10 años, que por falta de tratamiento médico, ahora está casi imposibilitada para caminar, doña Rosita habla lúcidamente y sonríe a pesar de las adversidades.

Aún con los años a cuestas y las manos cansadas y temblorosas, esta ciudadana realiza tejidos que sus vecinas y amigas le ayudan a vender y rifar para ganarse la vida, pues a pesar de su precaria condición, no es beneficiaria del 65 y más y no recibe ningún tipo de ayuda por parte del DIF Municipal o del Gobierno de Daniel Martínez González.

Es gracias a personas como María de los Ángeles Torrija Lara, vecina de la Agraria, o de una amiga suya que llega a verla desde la colonia Cuatro Caminos, que Rosa Sosa logra comer, tener compañía, cuidados y curaciones.

Hace más de 3 años su compañero de vida, conocido como “don Lacho”, dejó este mundo. “Él era trabajador de PEMEX pero fue liquidado”, cuanta Rosa Meneses con un brillo de tristeza en sus pequeños ojos. Por un tiempo vendieron refrescos y dulces, pero ahora, en la soledad, sin hijos, la vida le pasa enfrente con desesperanza.

La ciudadana es beneficiaria de un programa de apoyo económico a adultos mayores y personas con discapacidad, pero este sólo lo recibió 2 veces en el 2015 y una vez (en marzo) en el año en curso. Hasta la fecha, en el DIF municipal, le dicen que no hay dinero. 

Sus vecinas y amigas señalan que aunque la ayuda es menor económicamente en el programa 65 y más, este es más constante, por lo que señalan que urge realizar el cambio de la octogenaria para que tenga un sustento con el cual mantenerse.

A pesar de que su caso se ha llevado a redes sociales y personas como Edgar Enrique Gómez Polanco han acudido a visitarla, el Gobierno municipal de Agua Dulce ignora la existencia de esta mujer, cuya mayor preocupación es que ahora con el tiempo de lluvias su casa se llene de agua por las abundantes goteras que existen. “Este muchacho, Polanco, le trae agua en botellones, le regaló un ventilador y le da ayuda constante”, reconocieron sus vecinas.

En contraste, la presidenta del DIF Municipal, Neri Segura Bolaina, presume a través de la página oficial del Ayuntamiento de fomentar programas de “buen trato hacia las personas de la tercera edad”, mientras que las unidades oficiales de este organismo se les ve en tiendas comerciales y mercados de la ciudad.

Las personas que mantienen el cuidado de la señora Rosa explicaron que hace falta apoyo de despensa básica, insumos personales como jabón, papel de baño, detergente para lavar ropa y pasta de dientes, por lo que los ciudadanos que deseen ayudar pueden acudir a su hogar en la dirección mencionada anteriormente.

Rosa Meneses termina comentando que nació en la calle Ferrocarril y que lo que más le gustaba de Agua Dulce era su tranquilidad, “si vieras lo bonito que estaba, cuando no pasaba nada”. Ese Agua Dulce se ha transformado en una ciudad violenta, con crisis económica y saqueos gubernamentales, sin embargo, esta habitante aún tiene la esperanza de tocar el corazón de los buenos ciudadanos y poder tener una vejez digna en la ciudad que siempre amó.