Ha pasado una semana del inicio de clases y apenas dos días ha ido al plantel, los demás días llora mientras le ponen el uniforme y se niega a ir a la escuela porque ha escuchado que los malos llegarán a matar a los niños a la escuela.
Ha pasado una semana del inicio de clases y apenas dos días ha ido al plantel, los demás días llora mientras le ponen el uniforme y se niega a ir a la escuela porque ha escuchado que los malos llegarán a matar a los niños a la escuela.
Paquito tiene siete años, esperó con gran emoción regresar a la escuela para jugar con sus compañeritos, ha pasado una semana del inicio de clases y apenas dos días ha ido al plantel, los demás días llora mientras le ponen el uniforme y se niega a ir a la escuela porque ha escuchado que los malos llegarán a matar a los niños a la escuela.
Como a cientos de niños choapenses, le han afectado los mensajes de texto que reciben sus padres en el teléfono, incluso Inés, su madre, revela que ya no quiere salir a jugar con su balón y permanece encerrado viendo televisión o duerme.
De noche Paquito habla solo y pide que lo dejen en paz, su madre lo abraza y le dice que todo estará bien y recupera el sueño luego de gimotear por largo rato.
Este lunes, Paquito fue convencido de ir a la escuela y su madre se quedó con él; sin embargo, el reloj apenas marcaba las 11:00 de la mañana cuando una turba de madres desesperadas pedía que les entregaran a sus hijos por el rumor de que sujetos desconocidos tomarían la escuela. El niño también fue devuelto a prisa a casa y su maestro teme que esta vez ya no quiera volver a clases.