Entre otras cuestiones, el estudio realizado después de la inundación del año 2000 en Agua Dulce, sólo indica que fue la cantidad de lluvia que cayó lo que provocó la impresionante creciente.
Entre otras cuestiones, el estudio realizado después de la inundación del año 2000 en Agua Dulce, sólo indica que fue la cantidad de lluvia que cayó lo que provocó la impresionante creciente.
En un expediente compuesto por 25 páginas, realizado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres, del Sistema Nacional de Protección Civil, se reveló que Petróleos Mexicanos (Pemex) propuso la construcción de un sistema que impediría que sus oficinas se inundaran, aunque esto provocaría más daños a los ciudadanos.
El informe técnico de la visita realizada a Agua Dulce, entre el 22 y 24 de marzo del 2001, con motivo de la histórica inundación del año 2000, fue realizado por Marco Antonio Salas Salinas y Héctor Eslava Morales, los cuales concluyeron que el municipio se inundó por fuertes precipitaciones y descartaron las represas que se formaron por la construcción de la carretera a Ocozocoautla.
En la última página del informe, dentro de las conclusiones, se expone que Pemex propuso la construcción de un muro de protección, el cual fue rechazado porque “sólo quedan protegidas sus instalaciones pero aumenta el peligro para la zona urbana de Agua Dulce debido a que al desbordarse el arroyo (…) el agua que afectaría las instalaciones de Pemex ahora lo haría en Agua Dulce, incrementándose los niveles que alcance el agua” (sic).
Durante la inundación del 2000, la mayoría de las instalaciones del Activo Cinco Presidentes ubicadas en la colonia Petrolera fueron afectadas por el agua, lo que causó pérdidas millonarias a la exparaestatal.
Sin embargo, de acuerdo al “plano de las zonas afectadas por las inundaciones recurrentes”, las instalaciones de Pemex, al encontrarse al margen del arroyo, siempre se ven afectadas, por lo que la empresa habría buscado la forma de protegerse, aunque a costa de desplazar el agua hacia la colonia centro y ampliar el área de daños en la ciudad.
Soluciones
Los evaluadores de la situación hidrológica del municipio propusieron una solución integral, que sólo se quedó en papel, puesto que 16 años después lo único que se ha hecho en el arroyo son desazolves parciales que no han funcionado, pero que han erogado millones de pesos.
Tal es el caso de las últimas “obras magnas” gestionadas por el Gobierno local junto con la Comisión Nacional del Agua, que en ese entonces, en esta región, dirigía Iván Hillman Chapoy.
Los desazolves en el cauce del arroyo se hicieron a medias, fueron costosos y no impidieron que el arroyo se desbordara en dos ocasiones.
El estudio, por su parte, indicó que se necesita actuar por varios frentes para reducir el riesgo de inundaciones en Agua Dulce; primero, reducir la aportación de sedimentos en la parte alta, proteger la erosión de los márgenes en la parte media y alta del cauce.
Por otra parte, la propuesta de desvío del arroyo “no es suficiente dado la gran aportación de azolve hacia el cauce”, pues esto provocaría que tarde o temprano se afecte el embalse temporal y se regrese al problema original.
Sin embargo, a más de una década y media del desastre natural, la situación de Agua Dulce sigue siendo riesgosa a pesar de se han invertido, desde entonces, cerca de 350 millones de pesos al arroyo, lo que le ha hecho ganar el mote de ser un “pozo sin fondo” y “alcancía millonaria”.