En Agua Dulce, duermen en el suelo y se cubren con cartón

​En Agua Dulce existen tres celdas en el interior del área de la comandancia municipal, dos de las cuales permiten albergar a más de 15 personas cada una, mientras que una más pequeña es utilizada para un solo detenido, sobre todo cuando se trata de una persona con problemas mentales o similares.

A principios de la actual administración, las cárceles no estaban pintadas y presentaban problemas de filtración durante la época de lluvias, sin embargo, en meses anteriores, luego de que la Policía Estatal tomara el mando de la dirección de Seguridad Pública Municipal, se pintaron las áreas de azul oscuro y se mejoró el techo.

En la actualidad, las tres celdas cuentan con iluminación provista por lámparas fluorescentes y dos de ellas tienen sanitarios cubiertos por una pared, mientras que el agua es provista por los policías municipales para evitar que se acumulen malos olores.

No obstante, desde la formación del edificio no se consideró la construcción de literas, por lo que los detenidos utilizaban cartones o se acostaban sobre el duro suelo. En los últimos dos años, se proporcionaron colchonetas para que los detenidos pudieran dormir sobre ellas de una forma más cómoda.

De acuerdo con las normativas vigentes, aunque en Agua Dulce no existe un reglamento interno de la cárcel municipal, en el recinto de internamiento se debe proporcionar al menos un alimento para los internos, algo que el municipio no cumple. “Con este nuevo director, Rosalino Lara, él ordena que se le lleve comida de la que se prepara en la comandancia a los detenidos, siempre les pregunta si ya se echaron un taco, algo que no se había hecho en los últimos años”, declararon policías municipales.

Si bien la mayoría de las veces los detenidos son visitados por sus familiares, quienes llevan alimento y refrescos, existen otros sujetos que no son apoyados por sus conocidos o familia y sólo reciben agua del garrafón que hay en el área de barandilla. “Si llegan sin haber comido y están 36 horas es muy feo que no coman, por eso el director ordenó que se les lleve alimento, pero eso no siempre ha sido así”, recalcó uno de los uniformados entrevistado.

La cárcel municipal de Agua Dulce recibe el servicio de intendencia todos los días, no obstante, cuando hay “casa llena”, puede llegar a formarse un desagradable olor producido por una mezcla de fluidos corporales de los detenidos que cohabitan en una celda de menos de 6 metros cuadrados. Además, por ley, ningún menor puede ser ingresado a las celdas de la cárcel preventiva.

En caso de que algún detenido se sienta mal o tenga alguna emergencia médica, personal de Protección Civil acude a dar los primeros auxilios y si se trata de alguna situación grave, es trasladado a una clínica para recibir el tratamiento adecuado. 

Hasta la fecha no se ha registrado alguna muerte dentro de la cárcel local, pues los guardias retiran objetos que puedan ayudar a los internos a herirse a sí mismos o a otros, no obstante, sí se han dado casos de personas que han amenazado con quitarse la vida, ya que padecen enfermedades mentales. 

Uno de los incidentes más recordados por los guardias de barandilla es el de un sujeto que fingía estar poseído por el demonio, de modo que se metía a la taza del baño en la celda más pequeña y decía que se escaparía por el desagüe, aunque después del escándalo que hacía, reía sobre eso.

El número de detenidos ha decaído en los últimos 12 meses desde que la Policía Estatal tomó el mando, pues antes se acusaba a los policías municipal de “sólo detener borrachitos para llenar las celdas”, puesto que el costo de las multas aumentó y eso significa una mayor recaudación para el Ayuntamiento, a pesar de no proveer ni siquiera la comida para los internos.

Actualmente, en promedio unas 4 personas son detenidas a la semana, principalmente por eventos de violencia familia o alterar el orden público, puesto que el nuevo sistema penal acusatorio también ha complicado las opciones de detención por parte de los cuerpos de seguridad.

Las principales quejas de los detenidos en años anteriores se enfocaban más al proceso de detención —se decían inocentes— que a la estancia en sí. La mayoría de los que cumplía el arresto de 36 horas son personas que no tienen los recursos para saldar la multa, por lo que preferían dormir mientras tanto.

Las condiciones actuales, a pesar de que no hay quejas, no son las óptimas. En épocas de lluvia aún se presentan algunas goteras, los internos duermen en el suelo y cuando permanecen muchas personas no se puede realizar bien la limpieza, lo que da lugar a un ambiente nauseabundo.

Los guardias aseguran que en cada celda pueden caber más de 15 personas, aunque esto provocaría que los detenidos durmieran casi uno encima de otro, sin embargo, han sido pocas las ocasiones en las que se han encontrado a más de 6 detenidos por cada celda, de modo que el caos se trataría de una excepción.

Finalmente, la mayor deficiencia de la cárcel local, además de las literas, es sobre los alimentos para aquellos que no reciben visitas o que no tienen familiares en la ciudad. Aunque el director de la corporación, por iniciativa propia, ofrece comida a los internos, es responsabilidad del Ayuntamiento de Agua Dulce el dar los alimentos, acción que hasta la fecha no se ha realizado y que podría dar paso a una recomendación por parte de los organismos defensores de Derechos Humanos.