El sábado pasado, en el ejido Francisco I. Madero del municipio de Las Choapas, pobladores reportaron el nacimiento de un becerro con una extraña mal formación en un rancho cercano.
El sábado pasado, en el ejido Francisco I. Madero del municipio de Las Choapas, pobladores reportaron el nacimiento de un becerro con una extraña mal formación en un rancho cercano.
Como si se tratara de una cruel broma de la vida, este sábado se reportó el nacimiento de un becerro de dos cabezas en la comunidad de Francisco I. Madero, en los límites del municipio de Las Choapas con Minatitlán.
Los hechos se dieron cuando en un rancho de la zona una vaca paría alrededor de las 10:30 a 11:00 horas de la mañana pero no lograba su objetivo, pues tenía horas que tenía trabajo de parto y su salud empeoraba.
De acuerdo con el habitante del ejido, Felipe Cruz Cruz, cuando el animal pudo por fin dar a luz, dejó a todos perplejos, pues de su vientre salió un becerrito con dos cabezas; el animal nació sin vida, ya que pereció dentro de su madre luego de que lucharon por horas para sacarlo.
Indicó el testigo a PRESENCIA, que el animal causó furor, expectación y miedo entre los pobladores, quienes barajearon diversas hipótesis sobre el por qué este animal nació así. Por lo pronto el pequeño becerrito fue enterrado en el rancho donde nació y la madre fue sacrificada pues “se vio mala durante el parto”.
Animales policéfalos
Al fenómeno del nacimiento de un animal con dos cabezas se le conoce científicamente como Policefalia, cuya condición se deriva de las palabras “poly”, que significa muchas y “kephal”, que significa cabeza, que también abarca términos como bicefalia y dicefalia (ambos se refieren al hecho de poseer dos cabezas).
Comúnmente los animales de dos cabezas son tortugas, serpientes, ganado, ovejas, cerdos, gatos, perros, y peces. Cada cabeza de un animal policefálico tiene su propio cerebro, y comparten de alguna manera el control de los órganos y miembros, aunque la estructura específica de las conexiones varía.
Los animales se mueven de una manera desorientada y mareada, con los cerebros «debatiendo» el uno con el otro; algunos animales simplemente zigzaguean sin conseguir llegar a ningún lugar. Los animales policefálicos raramente sobreviven en la vida salvaje en comparación con los animales monocefálicos normales. Las criaturas con dos cabezas se pueden considerar como gemelos siameses no separables, con un único cuerpo.