El desempleo es uno de los problemas que más aquejan al sector obrero en los últimos tiempos, pero eso no justifica que, por la vía de “la fuerza bruta” y con el respaldo de un supuesto sindicato –que se desconoce si está reconocido legalmente—, se pretenda crear un monopolio para sentirse los dueños de las pocas plazas de trabajo que se genera en el rubro de la construcción.

 

En Las Choapas, los llamados sindicatos de obreros, prácticamente han creado una mafia, en el sentido de que como agrupación, no permiten que ningún otro jornalero busque chamba por su cuenta, es decir, sin necesidad de recurrir o afiliarse a uno de esos tantos grupos sindicales que han proliferado en los últimos dos años, porque van y gansterilmente lo sacan a punta de golpes de la obra en que se encuentre y esto lo han permitido una y otra vez nuestras autoridades municipales y demás instancias encargadas de regular esa situación.

 

Y es que aunque la Ley Federal del Trabajo en su artículo 4 establece que nadie puede impedir a ninguna persona ni coartarle su libertad de emplearse en cualquier trabajo, siempre que sea lícito, los dirigentes de sindicatos se pasan por alto todas las leyes incluyendo la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la única ley que hacen valer es la de ellos, a base de presiones y violencia.

 

Actualmente, las compañías constructoras prácticamente son rehenes de esos grupos de obreros que se transportan en grupos y en ocasiones hasta en vehículos para andar a la caza de gremios antagónicos para enfrentarlos a golpes y advertirles que “la chamba que se genere” es de ellos, esto ha propiciado tan solo en los primeros 15 días de este 2012, una serie de riñas que ha dejado como saldo heridos y daños en propiedades, por lo que es hora de que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto, pues con esa actitud lo único que provocan es que se alejen inversionistas, toda vez que apenas y entra una constructora y ya los sindicatos la están presionando para la contratación del personal y pobre de ella si no lo hace, porque le arman un alboroto.

 

La Policía Municipal y del Estado lo único que hacen es llegar y arrestar, pero a las pocas horas vuelven a quedar libre los rijosos y tarde o temprano, este problema tendrá sus consecuencias graves, ya que en uno de tantos enfrentamientos, algún obrero, de esos que son manipulados por sus dirigentes, podría ser víctima de alguna herida mortal.

 

Los supuestos líderes de esos sindicatos como el adherido a la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, o el de la Federación Autentica de Trabajadores del Estado de Veracruz y de Confederación de Trabajadores de México, están plenamente identificados; entre ellos Filadelfo Espinoza Hernández, Bernardo Ramos Luis, Benigno Cruz, Ignacio Martínez Acosta, Fermín Alejandro Correa, pero sin lugar a dudas, uno de los gánster mayores es Gustavo Jorge López, quien ahora utiliza a terceros para que se autodenominen dirigentes, él ya no da la cara, pero es uno de los principales manipuladores y revoltosos que existen en este momento junto con Filadelfo Espinosa Hernández. 

 

Los obreros quizá no se den cuenta, pero los convierten en sus grupos de choques, los exponen y al final, no les dan trabajo y si lo hacen, les quitan un alto porcentaje de su salario, supuestamente la cuota que se tiene que dar en el sindicato, pero que al final, va a parar a los bolsillos de sus dirigentes, quienes se pasean en camionetas y autos de lujo, si no lo creen, vean si Gustavo Jorge anda a pie. (Comentarios y tips a [email protected])