“Hay que tenerle más miedo a la policía que a los delincuentes”, son comentarios que se escuchan de manera cotidiana en nuestro municipio, y es que no es nada fuera de lo normal, es la fama que se han ganado los elementos de la Policía Municipal que se encuentran a cargo de la “seguridad” de los choapenses.

 

Lamentablemente, esta corporación recluta a todo aquella persona que no encuentra empleo y ve en esa institución una manera de subsistir y ganarse unos pesos, aún cuando exponga su vida y la de terceras personas, porque capacitación no reciben y como consecuencia sobrevienen los abusos de autoridad, cuya incidencia rompió record en el 2011 con denuncias ante las autoridades judiciales.

 

Actualmente se les ha dotado a los uniformados de armamento de medio uso, patrullas, motopatrullas, uniformes, pero simple y sencillamente, aunque trajeran los más sofisticados equipos y las mejores unidades, si es posible hasta blindadas, de nada serviría si lo principal que deberían tener, no lo tienen, y me refiero a las capacitaciones y entrenamientos, no sólo físicamente, sino, muy importante, concuentizarlos en temas  de los derechos humanos, cuestiones legales sobre sus facultades, derechos y obligaciones, prevención del delito, etcétera.

 

El ayuntamiento está obligado a brindarles ese tipo de capacitaciones a sus policías, porque de ello depende la seguridad del pueblo, sin embargo, esperan hasta que el gobierno del Estado pone en marcha un programa de capacitación en la Academia El Lencero, para mandar a dos o tres uniformados, mientras tanto, el resto de la corporación que continúe en esas tristes condiciones de falta de conocimientos.

 

No es por menospreciar, pero durante los últimos meses han reclutado al menos a una decena de mujeres que, han cambiado la escoba por un arma, porque anteriormente se dedicaban a labores del hogar y hoy ya son policías, obligadas por la necesidad de llevar un sustento a su casa, no critico que haya mujeres en el desempeño policial, porque ya hasta en las Fuerzas Federales existe esa equidad de género, pero es de suma importancia que reciban capacitación, porque no es lo mismo usar un trapeador, a traer una pistola en mano.

 

Lamentablemente, los policías que pudiera decirse hasta cierto punto, que están un poco más capacitados, los trae el alcalde Renato Tronco Gómez como guaruras, vestidos de civil, en una camioneta color blanco, totalmente polarizada y peor aún, el mejor armamento de la corporación, lo traen ellos, son cuatro rifles G3 similar a los que usa el Ejército Mexicano, aparte las armas cortas que trae cada uno de los agentes encubiertos.

 

El alcalde denigra a la policía de esta manera y evidencia que mientras él esté más custodiado que el más peligroso  jefe del narco, el pueblo que se joda, porque no conforme con su escolta personal, mantiene otra patrulla frente a su vivienda; otros uniformados cuidan predios particulares y las patrullas recorren la ciudad con cuatro y a veces, solo con dos elementos.

 

En estos tiempos de inseguridad, lo más tenebroso que puede pasar, es que un grupo armado “con licencia para operar”, se pasee libremente con armas de alto poder, vestidos de civil y en vehículo polarizado, pero se escudan en decir: “somos la escolta del alcalde”.

 

Es el pueblo el que debe reclamar un cuerpo policiaco que garantice la prevención del delito. Por mientras la opción es que se instale la policía con mando único, la que tanto ha pregonado el gobierno federal, se pusiera en marcha porque de lo contrario, seguiremos en las mismas condiciones y sí, habrá que temerle más a los policías que a la delincuencia, ya que la falta de conocimiento en materia de legalidad y derechos humanos, aunado al mal ejemplo de sus mandos superiores, son presas fáciles de caer en la complicidad con el hampa. (Comentarios y tips a [email protected])