* Xóchitl Tress: vida privada y escándalo público  * Las fotos amorosas  * ¿Quién le puso la trampa?  * Theurel obligó a sus empleados a festejarle el cumpleaños  *Amenazó con descontarles un día de trabajo  * Garza Reyes se echó encima al sector obrero

 

A fuego cruzado, Norma Rocío Nahle García acumula condenas y acusaciones, iras y lamentos, entre el perredismo que no le ve espolones, ni gracia, ni capacidad, ni carisma para ser diputada por Coatzacoalcos.

 

Fruto de la imposición, tramposa su designación como candidata del Partido de la Revolución Democrática, no tardó la señora Nahle en generar reacciones de las tribus amarillas que la acusan de haberse beneficiado con una encuesta amañada, diseñada a su medida, forjado en el escritorio un liderazgo que por supuesto no tiene, e inventada como luchadora social.

 

Rocío Nahle nunca ha encajado en la esfera perredista. Se le sabe distante de “los de abajo” y se le repudia por su intransigencia y su desprecio a quienes supone inferiores a su nivel intelectual, ingeniera de profesión e integrante de las agrupaciones por la defensa de Pemex, donde también ha sido motor de conflicto.

 

Hace tres semanas, el 14 de febrero, diversas tribus perredistas confeccionaron un desplegado en el que la hacen trizas y le recuerdan una trayectoria de yerros e inconsistencias.

 

Dice, por ejemplo, que la hija predilecta del Clan de la Succión, jefaturado por el periodista José Pablo Robles Martínez y su esposa Roselia Barajas, hoy candidata del PRD a senadora por Veracruz, dueños de Diario del Istmo e Imagen de Veracruz, es déspota y egocéntrica, ligada a prelados católicos de ultraderecha de la talla del cardenal Norberto Rivera Carrera.

Sus detractores, críticos acérrimos, víctimas de su megalomanía —delirio de grandeza y soberbia—, la acusan de haber traicionado a Andrés Manuel López Obrador en 2006 cuando Rocío Nahle era coordinadora de la Redes Ciudadanas que tuvieron a su cargo la afiliación de ciudadanos al proyecto del candidato presidencial perredista y que resultó un auténtico fiasco.

 

Le imputan que haya “extraviado” actas de escrutinio y cómputo, que incidió en la pérdida de votos para López Obrador. Y rematan:

Rocío Nahle “representa a los oscuros intereses (…) quien además es una desconocida en la sociedad porteña y repudiada en las bases por su despotismo”.

 

Rocío Nahle se ha ufanado que la votación obtenida en la elección presidencial fue producto de su ardua labor. Falso. Las Redes Ciudadanas fueron un fracaso por su falta de organización, pésima articulación y nula efectividad.

 

En medio de la polémica, cuestionada por todos, se ordenó una investigación para determinar el uso de los recursos que se le enviaban a Rocío Nahle desde el cuartel general de López Obrador. Rosalina López, hoy senadora por Tabasco, verificó las finanzas de la coordinadora de Redes Ciudadanas en Coatzacoalcos y optó por callar ante lo que encontró, presumiblemente una nómina plagada de fantasmas.

 

Otra de las enviadas de López Obrador fue Assa Cristina Laurell, luego miembro del gobierno legítimo del Peje, quien dialogó con líderes de las tribus perredistas, escuchó las quejas y se marchó para no volver.

 

Integrar el equipo electoral en 2006, fue una pesadilla para los perredistas de Coatzacoalcos. Atrapada en su habitual sospechosismo, Rocío Nahle creo un estados de psicosis, recelosa de todos y recelosos todos con ella.

 

López Obrador pudo obtener más de 100 mil votos en el distrito de Coatzacoalcos, pero no lo logró. La votación lograda fue producto del Efecto Peje a pesar del lastre que representaba Rocío Nahle.

 

Sus fieles representantes generales, así como representantes en las mesas de votación, abandonaron la plaza a media batalla. Provocaron así una pérdida de votos considerable y el relleno de urnas a favor del PRI, como se demostró en el recuento de votos ordenado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

 

Poco después, cuando López Obrador visitó Coatzacoalcos, Rocío Nahle fue desenmascarada. Un perredista de Villa Juanita, la acusó de no trabajar a favor de la causa, de ni siquiera haberla visto nunca, ante el azoro del caudillo del PRD.

 

Suertuda, sin embargo, López Obrador persistió en su afán de consentirla y solaparle sus torpezas por ser integrante del Clan de la Succión. Así le construyó el camino a la candidatura a la diputación federal por Coatzacoalcos, mediante una encuesta amañada que le inventó una popularidad de la que carece.

 

Quizá el Peje no vea la pequeñez de su candidata y los votos que le hará perder; los perredistas sí.

Por ello hacen sonar tambores de guerra.

 

 

No por su vida privada, que es muy su vida, sino por sus implicaciones políticas, retumba entre el panismo el escándalo de Xóchitl Tress Domínguez, viuda de Goyo Barradas. Acaparan sus fotos melosas y sus poses sugerentes, en una de ellas semidesnuda, amplios espacios en internet y en medios escritos. Su romántica pareja es el diputado federal por el distrito de Acayucan, el priísta Rafael Rodríguez González, esposo de la ex alcaldesa de Rodríguez Clara, Amanda Gasperín Burbarela, a quien Xóchitl y sus seguidores acusaban de ser la autora intelectual del crimen de su marido, el también ex diputado federal, Gregorio Barradas Miravete, levantado y ejecutado en noviembre de 2010. Dice la joven Xóchitl Tress que es un montaje. Nadie le cree. Mejor hubiera dicho que sí tiene un amorío con el diputado Rafael Rodríguez, que es su vida privada y que la difusión de las imágenes fue un ardid de priístas y panistas para reventarla y retirarle la candidatura a diputada federal por Acayucan. Su vida privada es suya y de nadie más, con foto o sin foto, con ropa o sin ropa. Importa, en todo caso, la implicación política del escandalazo. Embaucadora de altos vuelos, Xóchitl usó por más de un año la trágica muerte de Goyo Barradas, asesinado presumiblemente por el crimen organizado cuando era alcalde electo de Rodríguez Clara. Viuda abnegada, nadie imaginó que sería la estampa de una viuda alegre. Se involucró con el diputado priísta Rafael Rodríguez, sobre quien recae la sospecha de haber sido quien tuvo en su celular las fotografías, descubierto por su esposa Amanda Gasperín y fue ella quien la envió a una amiga vía Facebook, y de ahí al mundo. Participan en el show grupos panistas, principalmente los josefinistas, que andan a la caza de un video en que se ven otras cosas de Xóchitl Tress, para acabar de rematarla y dejarla sin candidatura a diputada federal. La operación se realizó al más alto nivel del priísmo en Veracruz y el fin es allanarle el camino a la abanderada del PRI, Regina Vázquez Saut, quien difícilmente ganaría la elección a Xóchitl, y quien también tiene historia sentimental. Xóchitl Tress, dicen en el CEN del PAN, será sustituida por Rómulo Rayo como candidato a diputado por Acayucan…

 

Al estilo de los caciques sindicales, Marcos Theurel festejó su cumpleaños 41. Obligó el alcalde de Coatzacoalcos a su personal de confianza a asistir al festín, en la Macroplaza, so pena de recibir un día de castigo en su salario si no acudían. Tiró la casa por la ventana el señor Theurel. Con el señuelo de la comida y la bebida, como suele hacerse, atrajo a las promotoras sociales, ellas que a todas van si lo que se les da es gratis, y tuvo a su lado a José Francisco Yunes Zorrilla, el grisáceo candidato del PRI al Senado por Veracruz, de amargos recuerdos para muchos priístas de Coatzacoalcos. Ahí andaban los jefes de departamento municipal, en plan de verdugos; tenían la misión de verificar quiénes de los empleados de confianza acudieron y a quiénes se les aplicaría el descuento salarial, por un día —marzo 6— en abierta violación a la Ley Federal del Trabajo. Tirano engreído, Marcos Theurel emuló a Francisco “Chico” Balderas, cacique petrolero de Nanchital, quien un día secuestró a todo el pueblo, cerradas las salidas de la ciudad, obligándolos a asistir a un mitin del entonces candidato del PRI a la gubernatura de Veracruz, Fernando Gutiérrez Barrios. Típica conducta de los priístas enanos que se sienten grandes… Audaz, habilón, Rodolfo Garza Reyes no deja pasar una que le pueda dejar fortuna. Encabezó el cuestionado líder local de la CROM, cada vez con menos adeptos, el bloqueo carretero para impedir que camiones transportistas de coque pudieran ingresar a la Administración Portuaria Integral de Coatzacoalcos, que de suyo es un delito. Regatea Garza un fragmento de las obras de habilitación del terreno en que se construirá la planta Etileno XXI. Sumergido en sus sueños, no imaginó la respuesta que le darían el dirigente cetemista, Carlos Vasconcelos, y los líderes de las principales organizaciones obreras, al arrancarle la máscara. En Etileno XXI —expresaron— existe un contrato colectivo firmado entre la administración y la CTM regional. Lo de Garza es otra de sus audacias, como aquella en la que saqueó arena en la colonia Santa Isabel, solapado por PROFEPA y SEMARNAT, y la venta de calcomanías a 15 mil pesos para camioneros que quisieran formar parte de su negocio sindical. Rodolfo Garza no tiene remedio y engaña al que se deja sorprender… Al amigo Oscar de la Cruz Cruz y familia, nuestro más sentido pésame por la pérdida irreparable de su hija Erika. Que sea Dios quien les otorgue resignación y los fortalezca en tan difícil trance. Nuestra oración permanente al Creador, bálsamo del alma ante la adversidad, y un fraterno abrazo…