Es indignante saber que de nuestros impuestos, mantenemos a un grupo de funcionarios que no han servido para nada durante la presente administración, pero que gozan de buenos salarios. Sin hacer nada en bien del pueblo que es de donde comen.

 

Me refiero a Julián Romero Flores, director de la Comisión Municipal del Deporte, quien no sabe siquiera lo que es un balón de fútbol; Oscar Cruz Pablo, director de atención al indígena; Víctor Badillo Flores, director de la casa de cultura; Celestino Hernández Osorio, director de ecología, --anteriormente lustrador de calzado en los arcos del parque central— y José Cristi Hernández Avalos, director de ornatos, pero no sólo son directores, también hay ediles que ni siquiera se aparecen en el palacio municipal y un claro ejemplo es el regidor Enrique Callejas García, quien tiene totalmente abandonadas las comisiones de asentamientos humanos, fraccionamientos, licencias, regularización de la tenencia de la tierra y ecología y medio ambiente, sin voluntad propia, ni valor civil, no hay propuesta suya que valga, y opta por la mediocridad, aunque presume que es uno de los brazos derechos del alcalde. Y tiene razón, tal para cual. 

 

Actualmente a Callejas se le ve únicamente en los mitin políticos del Partido Revolucionario Institucional y en ocasiones manejando una camioneta de redilas con ganado, en plenas horas de labores, este tipo de funcionarios no son más que unos vividores que disfrutan del erario público.

 

La operatividad del ayuntamiento prácticamente la realizan unos cuantos empleados, en su mayoría sindicalizados, pues los directores sólo se presentan los días de quincena y todo el trabajo lo realizan los empleados de confianza y adheridos al Sindicato Único de Empleados Municipales.

 

Tenemos un director de deportes, que no levanta siquiera una basura de la unidad deportiva Luis Donaldo Colosio Murrieta, mucho menos se preocupa por impulsar las diversas ramas deportivas; en ornatos, los camellones y jardineras lucen descuidados, rara vez se les ve a los empleados de ese departamento podando los árboles o el césped del parque; en ecología, los arroyos de la ciudad están repletos de lirio acuático y basura y así como estos ejemplos, hay muchos más.

 

Ya lo decía el Cronista de la Ciudad, Roberto Palma Prieto, cada pueblo tiene el gobierno que se merece y ciertamente, los choapenses parecen no entender de los errores, porque ya se tuvo un primer gobierno con Tronco Gómez y dejó un mal sabor de boca, empezando por sus pésimas obras, de las cuales no hay una sola que esté en buenas condiciones de aquellas que hizo en el periodo 2005-2007, algunas las tuvo que rehacer el gobierno de Antonio Pouchoulén Cárdenas y otras en este nuevo trienio las está volviendo a hacer Renato, pero tal parece que esta nueva forma de gobernar, está mucho más peor que la primera vez, y no hay quien no lo califique de cacique o tirano, por los abusos, atropellos e imposiciones que ha realizado. También hay quienes llaman a la sociedad a una concentración para destituirlo, sin embargo, sólo queda en declaraciones… (Comentarios y tips a [email protected])