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Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

A quién creerle

05/06/2012 09:30 a.m.
A quién creerle. O a qué creerle. Recién, impactaron a la opinión pública, en especial a los ciudadanos en edad de votar, las cifras del resultado de la encuesta del diario Reforma, que arrojaron que el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, se acercó a solo 4 puntos porcentuales del candidato priista Enrique Peña Nieto, y a partir de ahí, por el peso que tiene ese periódico, quedó la percepción de que no solo el Peje se acercó al tricolor, sino que podría ganarle.
 
Esa creencia se ha ido fortaleciendo en algunos sectores de la población que desean que gane el tabasqueño porque cifran sus esperanzas de que con él cambiarán, se corregirán muchas cosas prohijadas y toleradas tanto por los gobiernos priistas como los panistas. Hasta ahora, fuera de Reforma, ningún otro medio ni ninguna otra encuestadora, incluyendo la que trabaja para el propio AMLO, ha acercado tanto al ex jefe de Gobierno del Distrito Federal al mexiquense, pero el porcentaje de 38 contra 34% permanece vigente y es indudable que los comentaristas políticos toman esas cifras, así sea con reticencia, como referente y a partir de ahí escriben, opinan, proyectan…

Pero ayer mismo, el diario El Universal, otro periódico de gran peso y circulación en el país, dio a conocer su propia encuesta que mantiene, y con mucho, la delantera del candidato del copete sobre sobre el “presidente legítimo” de México: 43.8 (efectivos) contra 27.7%, es decir, a una distancia de 16.1%, si bien “El Gran Diario de México” señala que en su medición anterior (la de ayer fue hecha entre el 24 y el 28 de mayo recién pasado) la distancia era de 24.8%, con lo que Peña Nieto habría perdido 8 puntos que habría sumado a su favor el tabasqueño.
 
Pero El Universal publica también que entre los jóvenes de entre 18 y 29 años el priista cayó 9 puntos y que tanto el del PRD como la del PAN crecieron 5 puntos porcentuales, pero también que entre los universitarios López Obrador puntea con 33% de la intención de voto, habiendo crecido en ese sector 11 puntos respecto a la medición anterior, mientras que el priista y la panista van atrás con 31%.
 
Y otra más: que entre los encuestados sin identificación partidaria, AMLO recibe el 33% de las preferencias contra 31% de Enrique Peña Nieto, pero también entre las mujeres Peña Nieto cayó 11 puntos situándose a solo 7 de distancia de la panista, 34 contra 27%.

De acuerdo a mis preferencias como lector, Reforma y El Universal son acaso los diarios más importantes, con más influencia del país, y en lo que coinciden es en colocar como puntero al del PRI, pero también en que el del PRD ha crecido, está creciendo, así como que Josefina Vázquez Mota ha caído al tercer lugar y que continúa en caída libre.

Pero otro diario, también importante y leído, Milenio, que realiza un seguimiento diario en la preferencia ciudadana, mantenía hasta ayer en primer lugar al mexiquense con 46.1 contra 26.4%, a 20 puntos de distancia, porcentaje que prácticamente no se ha movido desde que se iniciaron las campañas, si bien algunas veces ha aparecido en segundo lugar el Peje y otra la señora Vázquez Mota.
 
Sobre la enorme diferencia entre las cifras de Reforma y Milenio, el viernes pasado, Ciro Gómez Leyva, columnista y directivo de éste último, escribió: en “mi opinión… una de las dos encuestas está equivocada. No me detengo en consideraciones técnicas ni en las implicaciones políticas que se deriven de la lectura de unas y otras cifras. Prefiero repetir lo que publiqué ayer (sin tener idea de que coincidiría con el trabajo de Reforma): ‘Nuestra encuesta de seguimiento diario no es un asunto de fe.
 
Es un ejercicio que no se había hecho en una presidencial en México y, simple y sencillamente, no nos podemos equivocar. Y el único dato que definirá nuestro grado de acierto o error será el resultado de la elección’.
 
Que los candidatos digan misa y que los otros medios midan como quieran. Habrá resultados para compararnos y saber quién hizo bien el trabajo y quién no. Si nosotros nos equivocamos, lo diremos y asumiremos. Una encuesta de seguimiento diario no es un juego. Nos vemos el 1 de julio. Por ahí de las 11 de la noche”.

Por su parte, El Sol de México y su encuestadora Parametría daban ayer a Peña Nieto 43% de las preferencias contra 30% de López Obrador y 24% de Vázquez Mota,
Pero como para estar alertas, ayer mismo salió la consejera del Instituto Federal Electoral, María Marván Laborde, con que “la gran mayoría” de las casas encuestadoras que difunden preferencias electorales previo a la elección del 1 de julio, no entregan bases de datos a la autoridad electoral, lo que consideró como preocupante porque puede llevar a cierta confusión al electorado.
 
“De acuerdo con un reporte del diario La Jornada del domingo (se publicó ayer en el portal de Carmen Aristegui) la consejera afirmó que las encuestas se han convertido en elemento de propaganda y difusión de datos que no corresponden a la realidad los que ‘son usados para decir mentiras; se están utilizando de manera mañosa’, advirtió la consejera del IFE”.
 
Por su parte, Sergio Aguayo y Lorenzo Meyer, en la mesa política de Noticias MVS primer emisión coincidieron con la funcionaria electoral, pues dijeron que las encuestas son elemento útil para medir las preferencias electorales, pero no deben ser tomadas como una guía porque muchas son pagadas o manipuladas.

Es caer en el lugar común pero ahora más que nunca cobra validez aquello de que la mejor encuesta será la del 1 de julio. De todos modos es muy posible, casi seguro, que las cifras que se manejan hasta ahora sufran un cambio drástico a partir de la noche del próximo domingo cuando tendrá lugar el segundo debate, porcentajes que podrían afirmar tendencias o modificarlas. Y ahí entra la responsabilidad del propio ciudadano, su convencimiento, el estar alertas, muy bien informados, para dar el paso correcto, el que considere que es su pacto correcto, porque finalmente lo que está de por medio es su futuro.

Pero ahí entra también el papel de quienes comentamos, hacemos opinión (así sea entre dos, tres lectores), de ayudar a no crear un ambiente de crispación que nos lleve a lo que ya vivimos hace seis años; a que todos estemos preparados para aceptar el resultado, sea cual sea y gane quien gane. Un hecho indudable es que la votación del 1 de julio servirá para dilucidar también qué periódico y qué encuestadora estuvieron acertados porque hicieron la mejor medición. Mientras tanto sigue la incógnita: ¿a quién creerle?

Y en esta final, Veracruz será importante campo de batalla tanto para Peña Nieto como para López Obrador. El mexiquense vendrá al estado el próximo viernes 15 y no el 17 de junio como estaba previsto inicialmente y no sería raro que viniera a cerrar su campaña al puerto jarocho, mientras que López Obrador lo hará tentativamente el 24 de junio aquí en el estado, último domingo antes de ir a las urnas, aunque por lo pronto mañana continuará su recorrido por la entidad en Orizaba, Martínez de la Torre y Tuxpan.
 

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