Por algo ha de ser, perodonde anda Mélida Campos siempre hay algo que reclamar.

 

Tránsito, en manos —omejor debiera decir en las garras— de doña Meli, es un botín. Y pudiera ser unbotín así, a secas, un botín con eficiencia, pero no. Es un botíndesorganizado, que no le sirve a la población, aunque muy productivo, dador defortuna y de problemas para los demás.

 

Les cuento: la Delegaciónde Tránsito marcha espantoso, como aquellas oficinas en las que ha despachadoMélida Campos, señora de fama impresentable, amiguísima de Fidel HerreraBeltran, el ex gobernador de Veracruz, que en Coatzacoalcos y en Agua Dulce,también en oficinas de Hacienda del Estado en Minatitlán, ha sido una nulidad,alguien a quien se le paga con recursos del erario, o sea del pueblo, y no dauna, no rinde y sí lucra.

 

No traigo ganas de ser uncatastrofista consumado. No es ese mi espíritu ni mi motivación, pero he derecordar cómo la echaron de Coatzacoalcos cuando la Cámara de Comercio le pusoun alto a tanto abuso que cometían sus agentes de Transporte Público.

 

En Agua Dulce fue igual.Mélida acumulaba quejas como si fueran medallas al mérito anticiudadano,mientras el tránsito, que era su materia y por lo que se pagaban sus quincenas,andaba en las últimas y los agentes no salían a trabajar sino a asaltar.

 

Tránsito, en Las Choapas,está en punto crítico. No hay agentes pues fueron “rotados” a Agua Dulce. No séqué se ha de entender por “rotados” puesto que los de aquí se fueron al vecinomunicipio, pero no sabemos los de hidromilandia dónde fueron a parar, porqueacá, nomás no llegaron.

 

Así es que hoy Las Choapastiene tres agentes y una delegada inservible, doña Mélida, que por cierto nuncaestá; tres agentes que deben atender la vialidad y cuanto pueda ocurrir con los19 mil vehículos que circulan en el municipio.

 

Tres agentes para 19 milautos se antoja absurdo. Y si a eso le agregamos que el reglamento essuplantado por las mordidas cuando los conductores cometen infracciones, ocuando se registran accidentes, nada marcha bien. O cuando los agentes, lejosde cumplir su misión, salen a pepenar la plaza, es obvio que Tránsito caminamal.

 

Anda tan descarriadoTránsito del Estado que la única secretaria de que disponía la oficina, tambiénfue “rotada”. Dicen que se fue a Agua Dulce y que no hay con quién suplirla, oquizá alguien cobra el salario de secretaria sin dar golpe.

 

Ya ven por qué es un botínbien desorganizado.

 

Las Choapas no se mereceeso. Es un municipio que produce, que mantiene un comercio fuerte, que crece, yque la mancha urbana cada vez se extiende más. Cada vez hay más escuelas y másestudiantes, y cada vez se necesitan mejor transporte y alguien que lo regule.Cada vez hay más comercios y tiendas de autoservicio, que son puntos esencialespara el transporte de personas y para el de carga. Requiere, como es de desear,de instituciones organizadas y con eficiencia.

 

No le auguro mucho enmanos de Mélida y de los jefes de Mélida, que con decisiones irresponsables nosllevan a un estado de anarquía.

 

Tres agentes de Tránsitopara 19 mil vehículos es impensable, fuera de toda razón, tanto así que laciudadanía se queja porque en ciertas horas del día no hay quien ponga orden ocuando ocurre un accidente, no se cuenta con el personal que debe dar fe de loshechos.

 

Alguien, sin duda, le sacajugo a esta desorganización. Quizá sea Mélida Campos, quizá sean quienes lasostienen ahí, mientras Tránsito vive sus peores días y hace vivir a loschoapenses momentos de furia y frustración.

 

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