Será el sereno, dice el refrán popular, pero para los habitantes del poblado rural El Aguacate, del municipio de Agua Dulce, en este rinconcito sureño de Veracruz, y para muchos transeúntes de la autopista Coatzacoalcos-Villahermosa, fue una nave —avión u ovni— lo que cayó envuelta en llamas.

 

Saberlo nos ha tenido con el Jesús en la boca porque no todos los días se desploma un artefacto alado, y menos que así, olímpicamente, se le declare “falsa alarma”, con intención muy clara de darle carpetazo al avionazo.

 

Rememoro los hechos y me brota lo Sherlock Holmes, el detective que todos llevamos dentro. Deduzco que el asunto es espinoso y que alguien, por quién sabe que demonios, quisiera sepultar la expectación causada y hablar de todo, menos de la caída de la nave. ¿Por qué? Corro la película.

 

Tarde, el lunes 20, cuando la noche había caído, sonaron los teléfonos en Protección Civil de Agua Dulce. Varios automovilistas habían escuchado un estruendo y vieron caer algo del cielo, envuelto en fuego. Posteriormente se escuchó un fuerte ruido que los hizo imaginar que se ese algo se había estrellado, en medio de una fuerte tormenta.

 

Los reportes llegaron a las alcaldías, a las policías, al Ejército, a la Marina. A mí me llamó un funcionario del gobierno de Veracruz. Sabían que una avioneta había caído en Agua Dulce. Volvió a llamar. Diría que era un pequeño jet de pasajeros, “de seis plazas”, como los que usan los gobernadores o los empresarios y que al parecer iba hacia Tabasco.

 

Comenzó el despliegue de vehículos y la búsqueda de la nave. Los soldados, los marinos, los policías, Protección Civil, se coordinaron para peinar la zona. Allá andaban elllos, buscando hasta debajo de las piedras, mientras los de la prensa soltaban preguntas para saber qué había pasado. Encontraron testigos, los que vieron y escucharon, esos a los que les dicen los protagonistas de la historia.

 

El lugar del impacto fue el poblado El Aguacate, en la colonia Miguel Alemán, cercano la autopista Coatzacoalcos-Villahermosa, en el entronque a Agua Dulce. Los testigos hablaban con seguridad del desplome, unos sin dar su nombre y otros con nombre y apellido.

 

Cítolos brevemente: hacia las 11 y media de la noche “se escuchó un fuerte estruendo”; salieron a observar, pero ya no vieron nada; un vecino les dijo haber mirado un avión pequeño desplomándose que “traía encendida una luz roja y echaba humo”. Agregaba que “era como una turbulencia”.

 

Beatriz Morales Torres dijo que cuando iniciaba la tormenta “escucharon un fuerte ruido y sonidos de alarma ensordecedores”. Ella y sus hermanos salieron de la casa y alcanzaron a ver “una bola de fuego que caía por donde se encuentran las parcelas y lagunas, y se sentía un fuerte olor a humo”. Supuestamente el Ejército se llevó a dos pobladores, que conocían el sitio, para que ayudaran en la búsqueda.

 

Ahí es donde comienzan las incongruencias y las metidas de pata. El martes 21, la secretaria de Protección Civil del gobierno de Veracruz, Noemí Guzmán Lagunes, desde Xalapa, porque no se dignó venir por pedacito de avioncito, dijo que la búsqueda se suspendía pues se había tratado de una “falsa alarma”, quizá de una llamada de broma. Pero al día siguiente, un helicóptero precisamente de Protección Civil continuaba sobrevolando la zona. Fue el último, ya que el Ejército había abandonado los trabajos.

 

Llego al punto clave: ¿por qué habiendo testigos, ninguna policía, ningún soldado, ningún marino, encontró nada? ¿por qué teniendo el sitio en que se ubicó el desplome, no hallaron los restos de la nave? ¿por qué el hermetismo y, sobre todo, una clara intención de darle carpetazo al avionazo?

 

Y otras preguntas que le cruzan a uno por la mente, sobre todo cuando nos aflora el Sherlock Holmes que todos traemos dentro: ¿sería, acaso, una nave de narcos? ¿sería otro avión con 25 millones de pesos para pagar promoción publicitaria del gobierno de Veracruz? Dicen que la torre de control del aeropuerto de Canticas no tenía reportado ningún movimiento en esa zona. ¿Entonces era una avioneta o un jet ejecutivo que volaba a baja altura para no ser detectado por los radares?

 

Creo que no nos están diciendo la verdad. Algo encontraron y algo nos ocultan. Y cuando el gobierno se cierra, da paso a la especulación y el pueblo hae sus historias porque a los funcionarios terminamos por creerles nada.

 

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