En cada patio, en cada casa, en cada pueblo, hay una amenaza latente, un hervidero moscos, de esos que provocan el dengue, la quebradora, la quebrantahuesos, la que cuando te pega,te tira, te pone en las fronteras de la muerte.

Por falta de cultura o pordescuido, por valemadrismo o porque nos sentimos mucha nalga, dejamos llantas viejas, depósitos, cubetas, aljibes, pozos, tinacos, todo al aire, sincubrirlos, y dando la oportunidad al mosco maligno para desarrollarse y finalmente para inocularnos el dengue.

Dios nos agarre confesados cuando el dengue se hace sentir. Que si nos da fiebre, que si nos duelen los huesos, que si nos reviven enfermedades que traemos ahí, latentes. Yo así losentí, no sé ustedes. Presenté síntomas de otros males viejos, pero lo que me estaba matando era ese dolor en cada centímetro del cuerpo. Ni cómo pararse, nicómo caminar, ni cómo correr y ni pensar en hacer el amor. Ah, y esas calenturas de fuego —las del dengue y las del amor también— que no amainan connada.

Ese es dengue bueno. Elmalo es el hemorrágico, que lleva a la muerte, destruyendo órganos, del que notodos se salvan.

Sé, y usted también, decampañas preventivas. Vemos todo el tiempo la fumigación, los vectores,abatizando. En los ejidos, en las congregaciones, en Cerro de Nanchital, en Río Playas, en todo Las Choapas; en Coatzacoalcos, en Agua Dulce, en todo lugar deltrópico, el dengue hace de las suyas.

Pero hay algo que nocuadra. Nos piden, como sociedad, que colaboremos, que prevengamos, que noacumulen agua en macetas, en cubetas; que tiremos las llantas viejas, para nopermitir que ahí proliferen los moscos, que se conviertan en el criadero delarvas del aferrado mosco. Y todos, o casi todos, lo hacemos porque a quién legusta que le duelan los huesos. A nadie. ¿O no?

Algo no cuadra, digo. Y esque ahora nos convocaron a un larvatón, el 27 al 31 de agosto, que finalmentese pospuso por falta de organización para enfrentar el dengue. Pero veo,escucho, leo y me enchilo al saber que el sector público, el gobierno, las instituciones, son como el candil de la calle y oscuridad de su casa. Componenal mundo pero no componen ellos lo que les toca arreglar.

Piden al pueblo cumplircon las normas, pero son negligentes, poco serios. Que empiecen, como bien dicela gente, por su propia casa. En las escuelas, antes de iniciar el ciclo escolar, pedían fumigar para evitar los criaderos de moscos para preservar alos niños que estaban a un paso de reintegrarse a clases. En algunas lohicieron, en otras no.

En la colonia Tiburoneros,en la escuela Francisco Villa, hubo un ataque de moscos. Y cómo no, si lospatios permanecían encharcados.

Esto parece un mundo al revés. El larvatón iba dirigido al pueblo, para que sacara sus cacharros que acumulan agua y contribuyeran a evitar el criadero de moscos. Pero el problema está en las instituciones.

Quizá el caso que más nosilustra es el de la unidad deportiva Luis Donaldo Colosio. Sus albercas, donde hasta sapos hay, son pura agua estancada. Son aguas verdosas, donde han arrojado llantas y no hay quien las retire. Nadie las usa. Son un asco. Nunca las limpian; nunca las fumigan. Ahí está el problema y no hay autoridad que seponga las pilas.

Hubieran empezado por supropia casa, le dicen con ganas de picarle la cresta al alcalde Renato TroncoGómez, porque a fin de las cansadas esa es su responsabilidad. La unidad deportiva es un inmueble público, a cargo del ayuntamiento de Las Choapas.

Pedirle al ratón vaquero que se autoaplique un larvatón es pretensioso. Su código mental no da para eso. Su chip le funciona al revés. Renato crea basureros. Le gusta contaminar. Nosabe de salud pública ni le interesa. Él es fan del mosco, aliado del dengue.

Que se haya pospuesto en larvatón, también nos dice algo. No hay interés oficial. El sector público no responde y provoca los estragos de salud que sufre el pueblo.

Por eso están las cosascomo están. Al pueblo se le pide participar en el larvatón, y lo hace; ahíestá, dispuesto a cumplir pues sabe que el bien es para sí mismo. Pero las autoridades no son recíprocas. Lejos de preservarnos del dengue, lo procuran y fomentan con su negligencia.

Así, sencillamente, no sepuede.

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