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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Dengue: la verdad oculta

10/09/2012 07:18 a.m.
Siempre, absolutamente siempre, el gobierno, los políticos, los burócratas de angora, que se sienten dueños de las instituciones sin serlo, los empleados de medio pelo, que no se sienten dueños más que de su chamba, nos han querido ocultar la verdad de todo.
 
Dicen que la confidencialidad los obliga; que deben guardar el secreto profesional; que primero está el jefe y después el pueblo; que su silencio es oro, que si son muy celosos de su deber; que si la normatividad les impide hablar; que si la institución merece respeto. Puras habas. Tapan, todos, lo que a la sociedad le atañe, lo que le urge saber.
 
Lo entiendo de los empleados de abajo, que si abren la boca se van a la calle. Pero ni entiendo ni lo justifico, que los de arriba se hagan como que no ocurre nada cuando una sociedad está amenazada, en riesgo, por un problema de salud pública.
 
Así andamos con el asunto del dengue. Nos dicen, oficialmente, que está controlado y que los casos son aislados; uno que otro por aquí y uno más por allá; uno en la casa de mi vecino y otro en la colonia de enfrente. Aislados y nada más. Todo sea por la estadística estatal, por el prestigio del gobernador y por la honra de Veracruz.
 
Yo digo, quizá usted igual, que eso es una canallada. Las Choapas registra un alto número de casos. Agua Dulce también. Coatzacoalcos ni se diga, por su población y por sus más 150 colonias. No son los que nos dicen los hospitales públicos, los que reconocen como casos de dengue clásico y dengue hemorrágico, la quebrantahuesos, la quebradora, como le dicen en mi barrio.
 
Son más. Son muchos más. Leía en Presencia que en la colonia Anáhuac se registraron ocho casos y otros tres en la Tancochapa, y dice el director del Centro de Salud que aquí no se lleva una estadística; que sólo la Jurisdicción Sanitaria, en Coatzacoalcos, sabe cuántos enfermos hay. ¡Por Dios! Eso es un insulto a la inteligencia del pueblo.
 
En cada hospital, sea Pemex, sea el Seguro Social, sean clínicas particulares, todos saben cuántos enfermos de dengue ha habido. Se tienen cifras pero se ocultan, por política de estado, para que no se sepa cómo rebasan las enfermedades a los servicios de salud, para no perder el estatus nacional e incluso mundial, por aquello de los subsidios y los presupuestos para las dependencias de gobierno, que les serán retirados si no arrojan resultados y abaten el dengue.
 
Decía la nota que en el hospital “Doctor Pedro Coronel Pérez” se atienden hasta cinco pacientes aquejados por el dengue cada semana y que el número se puede incrementar. Échele números, evoque al espíritu de Pitágoras y asómbrese: cinco pacientes por semana, multiplicados por 52 semanas que tiene un año, nos da la escalofriante cifra de 260 enfermos de dengue anualmente. Eso en un solo hospital.
 
Hay algo peor. Por política de estado, los hospitales públicos diagnostican con otro nombre las enfermedades. Si el paciente presenta síntomas de cólera, es diarrea; si es influenza de la mala, dicen que es bronquitis; si es gripe aviar, es catarro, así se muera el enfermo.
 
Así se oculta la realidad. O mejor dicho, así se pretende ocultar, pues el dolor de huesos, la fiebre, el vómito, son síntomas inequívocos de un padecimiento que se llama dengue, así lo maquillen o lo bauticen hasta como el mal del apaleado.
 
Corríjanme si la chafeo. Ocultar las cifras es irresponsabilidad del gobierno; es un acto de complicidad cuando los empleados —los de angora y los de medio pelo— guardan silencio ante un problema de salud pública, y es mala leche cuando el gobierno, los políticos y los directivos de hospitales maquillan el desastroso panorama de salud ante la batalla perdida frente al dengue.
 
Ahora pues, el problema no es atender a los enfermos sino cómo evitar que el problema avance. Mientras no exista prevención, mientras no se cumplan con las campañas de abatización; mientras las albercas públicas sirvan como criaderos del mosco transmisor; mientras no se despierte conciencia del grave problema que enfrentamos, el dengue seguirá presente. Ese es punto que hay que atender.
 
Ocultar la realidad no sirve de nada.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

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