Lo veo y apenas lo creo. La Ley de Herodes no es fantasía. Es la ley de Renato Tronco para hacer y desahacer en el ayuntamiento de Las Choapas.

Y un día, así nomás porque sí, los choapenses nos despertamos con la nueva de que ya tenemos una jefa, una vicepresidenta, una alcaldesa bis, Su Majestad Jazmín I, poderosa señora de palacio, a quien todos deben rendirle pleitesía y obedecerle a ciegas.

 

La Jefa es doña Jazmín García Guzmán, secretaria y conciencia del alcalde Renato Transa Gómez. No se mueve una pluma en palacio si no lo autoriza ella. Si Renato no está, La Jefa manda. Si Renato no anda visible, la Jefa dispone. Si Renato está en reunión, inalcanzable para los mortales, La Jefa determina.

 

Son constantes las ausencias del alcalde. El día que no se va a grabar una canción, se le sabe ocupado con su caballo Payaso. Ocupadísimo, pues. Es todo un ejecutivo y para suplirlo, qué mejor que Su Alteza Jazmín.

Renato se pierde, no por asuntos inherentes a la alcaldía sino por rollos de Unión de Ejidos, de su grupo o de su familia, o de sus negocios que para el caso es lo mismo. Puede estar en su oficina de palacio, pero ajeno para el mundo. Y qué mejor La Jefa Jazmín para decidir cómo debe marchar el ayuntamiento de Las Choapas.

La Jefa Jazmín no es una lumbrera. Es más, no tiene tres dedos de frente. No es la mejor del grupo tronquista, pero sí la más sumisa y mansa. De las funciones administrativas del ayuntamiento, no sabe un cacahuate, pero tiene una virtud: ella cacha todo lo que tiene que decidir el ratón vaquero, lo filtra, se lo lleva, lo consulta con Renato y luego hace como que ella decidió qué hacer.

 

Así hasta yo. Me digo El Jefe, le pregunto al verdadero Jefe, regreso y riego el tepache porque Renato así lo decidió. ¿Suave, no?

 

Jazmín es una Jefa moderna. Cuando Renato se ausenta, ella recibe a la gente y a los ediles. Escucha, pide tiempo, se ausenta y regresa con una respuesta. La Jefa es, pues, un monigote manejado a control remoto.

 

Hay un pex en el asunto de La Jefa: Renato la colocó entre él y los ediles, y entre él y los funcionarios de gobierno, y eso es ilegal. Jazmín no tiene facultades para decidir nada porque oficialmente no es más que una secretaria de oficina. Sin embargo, su “autoridad” rebasa a la de los miembros del cabildo y a la de los directores de departamento, y eso transgrede la ley.

 

Lo más chispa de este desmadre, está en que Jazmín García Guzmán ahora es la Jefa de la Presidencia, un cargo que no existe y que Renato lo extrajo de su Ley de Herodes, como en la película, adecuando la Ley Orgánica del Municipio Libre a su gusto y a su capricho. O sea, a lo que digan sus calzones.

 

Su Majestad Jazmín I es una joven de 29 años, que llegó al círculo tronquista apoyada por Alfredo Pérez Juárez, el célebre regidor asesinado tras una serie de choques con Renato Tronco y por cuyo crimen la Procuraduría de Justicia de Veracruz lo señala como autor intelectual.

 

La Jefa Jazmín es esposa del jefe de la policía municipal, Wilfrido López Vicente, un antiguo policía raso, a quien su matrimonio sirvió para crecer y hacerse guarura del alcalde, partícipe de actos represivos contra la población. También fue diputada pues el ratón vaquero la escogió para ser su suplente y cuando dejó el Congreso de Veracruz, ella probó lo que es ser legislador.

Todo está súper, salvo un detalle: el cargo de Jefa de la Presidencia no existe. Y eso la coloca como una usurpadora de funciones, con atribuciones que nadie conoce, cumpliendo los caprichos del ignorante que gobierna Las Choapas y que si un día se levanta más loco que de costumbre, va a designar Primer Ministro a su caballo Payaso.

 

Así de mal andamos en Las Choapas. La Jefa, como si fuera la José Córdoba Montoya del salinismo, y el ratón vaquero como si fuera Salinas. La única diferencia es que allá, en Los Pinos, el cargo de Jefe de la Oficina de la Presidencia sí existe, formalmente existe y tiene atribuciones y poder. Acá, simplemente no.

Mientras, Su Alteza Jazmín, Jefa de Jefas, seguirá siendo la jefa de los ediles y del grupo de funcionarios de Renato “Calígula” Tronco.

 

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