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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Los bisnes del cacique

21/11/2012 06:12 p.m.
Se los digo, acá entre nos, en corto, bajito, que apenas se escuche: Renato está enfermo. Sí, enfermo de la cabeza, locochón, enfermo de poder, bien disparado y fuera de control, más arbitrario que de costumbre.
 
Pregúntenme si no. Eso de levantar al dirigente obrero Filadelfo Espinosa Hernández, el viernes 16, con su policía municipal, treparlo en una camioneta, no mostrarle una orden de presentación o aprehensión, y conducirlo a la colina del ratón, ahí donde con todo desparpajo se construye el alcalde de Las Choapas su mansión de varios millones de pesos, es de locos.
 
Es, por principio de cuentas, un abuso de poder, una arbitrariedad que rompe con la legalidad, porque la policía no es para eso, y de entrada, atropella los derechos del ciudadano, y deja ver que aquí, en Las Choapas, la Constitución vale madres.
 
Filadelfo ni chistó. Cuando vio a los policías, tan dispuestos a llevárselo, en una mano la macana y en otra la pistola, hizo como aquella que les platiqué, aflojando el cuerpo y cooperando. Y así compareció ante el caciquito, no en la presidencia municipal sino en el palacio de las transas.
 
Cuentan los que conocen a Filadelfo que Renato le dijo que ya estaba hasta el copete de los borlotes obreros, que no permiten que haya progreso —¿cuál?—, que alejan las inversiones —¿cuales?— y dan la imagen de que Las Choapas es un pueblo sin ley —¿será?—.
 
Eso fue como el aperitivo. De ahí pasó Tronco Gómez a lo que realmente le causa comezón. Le pica que el ganadero Guadalupe Nill haya parado en la cárcel por haber privado de su libertad a un grupo de trabajadores, simple y llanamente porque pretendía que Pemex le pagara más dinero por ejercer su derecho de paso hacia uno de los pozos petroleros.
 
Filadelfo Espinosa tampoco es un ángel de Dios. Mucho tiempo fue el brazo derecho de Gustavo Jorge López, mejor conocido como “El Chimuelo”, ex líder del sindicato Miguel Hidalgo, ya desaparecido. Filadelfo es dirigente de la FATEV, que es filial de la CTM, y su gremio lo integran unos 90 trabajadores.
 
“El Chiapitas”, como le llaman a don Fila, tenía a su cargo el grupo de choque, el rompemadres de Jorge López. Hacía trabajo sucio cuando había que partirle el queso a otros sindicatos. O sea, es un cabrón bien hecho y quizá por ello el ratón vaquero lo invitó a platicar enviándole a la policía municipal.
 
Filadelfo tiene el sindicato con mayor número de afiliados, más ahora que se alió con la ASTRAC, la Alianza Sindical de Trabajadores, cuyo dirigente es Roque Villegas Hernández, otro bicho que le gusta andar amenazando periodistas, como a mi compadre Hernán Villarreal, al que por supuesto le va a pelar los dientes pues el Goliat Hernán ya tomó sus clases de karate para el encuentro, que va a estar mejor que ver a Many Pacquiao contra Juan Manuel Márquez.
 
Las broncas de Filadelfo son con Ignacio Martínez Acosta, al que lo sigue un grupo de 40 obreros. Ambos eran de Jorge López pero cuando se desintegró el gremio, cada quien jaló por su lado.
 
Esa plática tan amigable y desde luego la cortesía como Renato Transa hizo comparecer a Filadelfo, con la policía como embajadora, tiene mar de fondo. El abogado del “Chiapitas”, Julio Espinosa Torales, que no es su pariente aunque coincidan sus apellidos, es allegado al alcalde de Las Choapas.
 
Quizá de ahí, de su forzada visita a la colina del ratón, es que Filadelfo salió tan mansito y tan flojito, comedido y dispuesto a trabajar en lo que Renato le pida, pues donde apesta a negocio, los buitres llegan.
 
Como sea, el abuso del amo y señor de los atropellos es de película. Quiere que Filadelfo y sus obreros le sirvan para presionar a la empresa Compañía Mexicana de Exploraciones S.A. (COMESA), que ahora va realizar diversos trabajos para Pemex y el Renato, bien vival, quiere su tajada del pastel.
 
Una fuente que tengo, mejor informada que la CIA, me dice que Renato Transa le va sacar a COMESA 700 mil pesos por cada pozo que perfore. Y si se los niegan, los obreros de Filadelfo Espinosa van a parar los trabajos, o se van a trenzar a madrazos con quienes les pongan enfrente.
 
Filadelfo les va a lavar el coco a sus agremiados con el cuento de que ya les consiguió trabajo, porque como dicen “el cabrón es leña”. Lo que muchos no saben es que el negociazo lo va a hacer Renato, y también Filadelfo, que se va a llevar una buena parte.
 
Hasta el domingo la farsa iba a todo vapor, pero este lunes quedó al descubierto. En el periodiquito oficial de Renato, declara que COMESA requerirá personal: choferes, obreros y cocineras, y él, con su disfraz de buena gente, está dispuesto a proporcionarlos.
 
Eso de que haya publicado una convocatoria solicitando ese personal, a nombre del ayuntamiento de Las Choapas, como si fuera agente de colocaciones de COMESA, usando los emblemas oficiales, firmándolo él mismo y con un lema que hace reír a cualquiera: “Por más espacios laborales que merecemos todos”, algo así como “La patria es primero”, o “Por un México Mejor”, es, como les digo, de un tipo sin dos dedos de frente.
 
Ya los agremiados de la FATEV sintieron la corazonada de que entre el ratón vaquero y Filadelfo hay negocio. No importa que para ir a la mansión de Renato lo hayan tratado como delincuente. Billete manda. Negocio es negocio, dicen los rateros y le entran.
 
Todos temen que cuando COMESA quiera iniciar los trabajos, Filadelfo comience las presiones y empiece el chantaje. 700 mil por cada pozo es, en volumen, una millonada. Y, en cambio, ¿cuánto le pagarán a cada obrero?
 
Les digo, pues, aquí entre nos, voz baja para que nadie se entere, que Renato anda locochón, fuera de control, más arbitrario que antes, usando a la policía para que la gente lo vaya a ver, tratando a todos como delincuentes, violando la ley e imponiendo su ley, la Ley de Herodes, chinga que chinga y jode que jode.
 
¿Alguien sabe dónde está el manicomio?
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

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