Cara de niño. Siempre con una sonrisa a flor de labios. ¡Cae bien! Tomó el micrófono y comentó que la percepción que se tiene de los elementos de Tránsito es de corrupción... su pregunta fue directa: ¿Cómo hará el secretario para quitar esa percepción?

La respuesta no la daré pues la tangente me lleva al inicio de ésta que aparentemente no tiene sentido, pero al final, sí lo tendrá:

“¡Felicidades, diputado! Es usted muy joven... podría ser mi hijo”.
II
El subsecretario de Gobierno, Ampudia Mello hace unos días habló de la posibilidad de hacer uso de la fuerza pública para evitar manifestaciones que ocasionen daños a terceros. El mejor ejemplo: cuando los 400 Pueblos toman las calles y quedan en calzones para bailar ridículamente frente a los ojos de cualquier ciudadano que tenga la pinche mala suerte de pasar en ese momento por allí, en carro o caminando, lo que ocasionaría un daño moral y mental terrible... claro que la referencia no fue para los 400 Pueblos porque, además de que parece que cuentan con patente de corso, la indirecta de Ampudia Mello fue para un grupo de Transportistas adheridos a la CNOP que hace varios días provocaron un caos en cualquier sentido en el centro de Xalapa.

Si no mal recuerdo, el diputado Oscar Lara Hernández considera drástica tal posición y piensa que antes de hacer uso de la fuerza pública, debiera irse a la raíz del problema: atender al ciudadano... ¡no es mala idea!

III
Pero ¿qué pasa cuando los manifestantes demandan plazas o placas a nombre de una organización? muy diferente a cuando una madre demanda que acaben las influencias para recuperar a su hijo; cuando los padres demandan la investigación de la desaparición de su hija; cuando los familiares demandan justicia para el pariente asesinado y pudiéramos seguir comentando otros ejemplos similares y nos daríamos cuenta que entonces la manifestación puede tener doble filo: es convenenciera o es necesaria. Entonces, ¿sería igual usar la fuerza pública contra una madre que se para a media calle pidiendo justicia que a César del Angel y sus encuerados haciendo el ridículo?

IV
El asunto se pone más intenso cuando la manifestación sufre represión porque sencillamente, las partes no comparten las mismas ideas o sencillamente ven un mundo diferente. Por ejemplo, los muchachos del “Yosoy132”. La consigna, no sé si por Seguridad Pública o (Sub)Secretaría de Gobierno, era que todo aquél que entrara con cartulina y/o plumones, fuera retenido so pretexto de que dichos elementos pudieran ser utilizados como armas... ideológicas.

Una camisa, piernas y cachetes con pintas fueron motivo suficiente para “levantar” a muchachas que externaban su opinión... Decir que se está en contra de que Peña Nieto sea presidente, decir que se está en desacuerdo con el mundo maravilloso que pinta Javier Duarte, decir que no se quiere al PRI, no debe ser motivo para usar la fuerza pública...

¡Vamos! Creo que Seguridad Pública como la (Sub)Secretaría de Gobierno deben saber que siempre habrá más paleros que rindan honores al gobierno que quienes lo critiquen, si no, baste recordar que el desfile del pasado 20 de noviembre parecía ser en homenaje del Gobernador que de quienes hace más de cien años se levantaron contra el Gobierno... curioso, ¿no?

V
Y mientras el secretario, en un tono burlón respondía al diputado cara de niño que por su juventud, bien podría ser su hijo, éste, sin perder esa sonrisa que contagia y hace que se le coja cariño, sencillamente devolvía la sorna con una afirmación simple:

–Si fuera su hijo, ¡estaría bien seguro!