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Juan Ciudadano

Los Gobernados

El líder charro y sus secuaces

05/12/2012 09:00 a.m.

¿Cómo? ¿Que ya los líderes sindicales han cambiado? Sí, pues. ¿Qué son más humanos y piadosos, con compromiso social? ¿Dónde? ¿Quién dice semejante blasfemia? Si son todo lo contrario: vivales, ambiciosos, ventajosos y pillos.

Pregúntenle a los del sindicato de empleados municipales de Las Choapas, que no ven qué hacen sus líderes por ellos, sus agremiados. No dan golpe, no rinden cuentas, no sueltan la mina de oro.

Si se enferman, que Dios los asista. El líder, Félix Hernández Matián, no sirve ni para sacar macetas a asolear o gallinas a mear; no resuelve nada. Todo lo ignora o finge ignorarlo para no comprometerse.

Enfermarse, les digo, está prohibido. Nunca les dan buena atención. Sólo a los diabéticos les dan medicina de patente. A los demás, genéricos para que la vayan pasando, así les duela la cabeza, el estómago o se les inflame un pie.

Uno de los agremiados, que está internado en Villahermosa, posiblemente pierda un pie, pues estuvo trabajando pese a estar afectado. Eso es negligencia y si lo mutilan, si le amputan su extremidad, el líder Hernández Matián va a ser el responsable.

Lo del seguro de vida tiene tintes de transa grande. Por más que los trabajadores piden que les den original del contrato con la aseguradora, los del sindicato se hacen los occisos, como si la virgen les hablara. Siempre alegan que el contrato original lo tiene el ayuntamiento y que no lo suelta.

A lo más que han llegado es a darles una copia de una solicitud de contrato de seguro de vida. Y ellos, los trabajadores, con un seguro que no saben si algún lo podrán hacer realidad.

Dicen que la jefa de personal del ayuntamiento, Alicia Moure, está en contubernio con el sindicato porque ya tiene lista una plaza para su nuera, que trabaja en la Tesorería, y quiere que la basifiquen, obviamente con el visto bueno del mentado Hernández Matián.

Esta temporada navideña les pinta mal. Van a salir de vacaciones esta semana pero la prima vacacional se las van a pagar hasta el 15 de diciembre, transgrediendo la ley que dice que cuando un empleado inicia sus vacaciones debe cobrar todo lo que son sus prestaciones, que han de servir para los gastos de Santa Clós y el pollo de Fin de Año.

Ese sindicato es un desmadre. Uno de los socios, Guadalupe Banderas López, es un fatigado de primera. Trabaja una temporada y se retira; vende su plaza. Al rato se cansa de descansar y regresa, le dan plaza y permanece en el ayuntamiento. Se vuelve a agotar el méndigo y vuelve a vender la plaza. Y los del sindicato felices, llevándose su mochada, mientras a muchos empleados le niegan ser de base. Es un vendeplazas y ellos, los líderes, unos vendemadres.

Desde que se convirtió en secretario general, Hernández Matián no había realizado asambleas. La hizo el 27 de noviembre y ahí tocó el punto de quién se haría cargo del aspecto político. Sorprendió a todos porque los estatutos dicen que el sindicato no participa en política. Lo grave es que los agremiados no tienen derecho a conocer las actas de asamblea, y al que las pida, sufre las represalias.

Las actas son un tabú, negadas para todos. A los trabajadores se les obliga a firmar documentos en los que avalan que se les dé base a personas que ni conocen, que nunca las han visto trabajar, dizque son familiares de socios del sindicato. Todos suponen que son plazas que Hernández Matián y sus secuaces han vendido.

Digo que este sindicato de empleados municipales es un desmadre, tanto como el ayuntamiento de Renato Tronco, el alcalde, nuestro querido ratón vaquero. Con decirles que el presidente de la Comisión de Honor y Justicia, Noé Azuara Leal, trae problemas judiciales. Suena de locos. El que tiene que velar por el honor y la justicia, anda el líos con la justicia.

Otra más es la que tiene que ver con la caja de ahorros, donde los préstamos se dan a como ande de ánimo la encargada, Martha Sánchez Segura, que se comporta como una vil usurera que cobra más intereses que el banco, cuando una caja de ahorro debiera ser para ayudar y no para perjudicar.

Otro granuja es Carlos Téllez, el secretario de Trabajo, a quien señalan de cobrar 500 pesos quincenales a los empleados eventuales de Limpia Pública por darles chamba. Y cuando no hay mucho trabajo, la cuota es de 200 o 300 pesos. Eso es no tener perdón de Dios.

El diezmo es para todos, hasta para los parientes del líder Hernández Matián, que tiene trabajando a la prole completa, incluidas sus cuñadas, una pesadas intragables.

La señora Maribel Luis parece tener al ayuntamiento como una franquicia. Cuando fue funcionaria municipal, jefe de personal, era un hígado. Ahora es una vival, pues no trabaja sino que se la pasa vendiendo de oficina en oficina,  mientras que al personal le prohiben esa práctica.

Se dice licenciada, quizá porque ha de tener licencia de chofer, pues de leyes no sabe ni mais. Si fuera una estrella del derecho, no habría perdido la huelga de hace un año. Ahora anda en la cuestión financiera del sindicato, pues no suelta el hueso, que le sirve para la usura pues es prestamista de los trabajadores.

Los funcionario sindicales son como fantasmas que no ven por la causa de los trabajadores. Una de ellas, Claudia Cecilia Gómez, secretaria de Previsión Social, no atiende a nadie, no sabe nada y es un estorbo y no alguien que solucione los problemas de los agremiados.

En el sindicato de empleados del ayuntamiento de Las Choapas se aplica aquello de que a los trabajadores hay que tenerlos en la ignorancia. Sus líderes, desde Magdalena Gómez de la Cruz, Rafael Rodríguez Madrigal y ahora Félix Hernández Matián, han ocultado los estatutos para que se mantengan ajenos a sus derechos, que sepan qué atribuciones tienen sus dirigentes y cuáles son sus responsabilidades.

Quienes osan exigir los estatutos corren el riesgo de perder el empleo. Es una tiranía orquestada por el líder charro y sus secuaces y avalado por el alcalde Renato Transa, que así controla a los trabajadores.

Por eso, los trabajadores están a escasa distancia de ponerle un alto a tanto atropello, a cesar los engaños de sus líderes, a no permitir que el ratón vaquero se valga de una recua de corruptos y a llevar el caso ante los tribunales.

Como los volcanes, esto está a punto de arrojar fuego.

 
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