La circunstancia es la que pone en su lugar al ente.
Hoy, ser Perro, es sinónimo de triunfo, de fuerza, de garra, de ímpetu... claro, si es que uno es aficionado al futbol y entiende que me refiero a los Xolos de Tijuana...

Dentro del mismo ámbito futbolístico, está la Perra Brava, porra de los choriceros de Toluca que tiene por costumbre despojarse de la camisa al primer gol de su equipo.
Perro o Perra son dos términos que orgullosos, llevan estas dos aficiones.

En el sexenio anterior, un político implementó este nombre de manera subrepticia, en la oscuridad con sus cómplices mediáticos, para tratar de denostar a su adversario llamándolo “Perro”.

Fue tal el encono de uno para el otro, que hasta al vástago llamaron “Chiqui-perro”.

Quien goza de la compañía de un can le ha de resultar sumamente difícil entender cómo tal nombre se puede utilizar como insulto, cuando de un perro lo único que se recibe es afecto.

II
De siete mil mascotas, siendo más los perros, que se regalan en el periodo de diciembre a febrero (que contempla la navidad, reyes y día del amor), para mayo, cinco mil acabarán en la calle, abandonados, a su suerte o muertos por falta de atención.

Pocos de estos amigos tendrán la suerte de “Bichita”, “Chico”, “Peluso” o “Turbo”. La primera, una gatita seguida de tres canes.

“Bichita” fue abandonada casi recién nacida en la zona universitaria cuando una niña, como de nueve años, la encontró. Doña Irene, madre de esta niña, ayudó para que “Bichita” la llevara a su casa. Una improvisada mamila de juguete sirvió para alimentarla... y sobrevivió. De eso, hace 16 años.

“Chico” estaba en Ruiz Cortines. Sangraba de la cabeza. Al parecer, un carro lo había golpeado. Doña Irene y su hijo Víctor lo llevaron a la casa y lo curaron. A pesar de que perdió un ojo por la lesión que tenía, “Chico” vive feliz.

Cindy iba a la escuela. Tenía examen. A punto de tomar el autobús, encontró en su camino a un nervioso perrito peludo, flaco, en malas condiciones. “Si me sigues, te llevo a la casa”, le dijo. Como si hubiera entendido, la siguió. Cindy perdió su examen pero ganó a “Peluso”, quien en estos días lucha contra el cáncer.

Por Arco Sur, mientras don Víctor esperaba que lavaran el carro en un “Turbowash”, sus dos hijas vieron a un perro que comía hojas de tamal. Se dirigieron a la tienda más próxima y le compraron alimento que le ofrecieron. Las muchachas regresaron al lado de su padre y a los pocos minutos, el can ya las buscaba. “Si nos sigue al carro, lo adoptamos” y el perro las siguió y el vehículo tuvo que ser lavado de nuevo porque el amigo de cuatro patas no estaba muy limpio que digamos. Ahí nació “Turbo”.

La historia de estos cuatro seres se congrega en la casa de la familia Cruz Oregón y una de esas niñas que platico era Corintia, la regidora del ayuntamiento.

III
Actualmente, la edil se encarga de armar, por decirlo de un modo, el reglamento municipal de Protección Animal. Espera que en enero esté listo. Su interés por participar en ello, no es moda y muchos menos de corte político. En la facultad se ganó a pulso un mote, cuando llamó la atención de un amigo que, intentando espantar a sus compañeras con un grillo, lo tomó por las alas, provocando el enojo de Corintia... “¡Eres la Greenpeace!” y así le empezaron a decir.

En torno a un café que se enfría, externa su preocupación por las fechas venideras, ya que en el lapso que comprende navidad, reyes y día del amor, la gente ve en muchos cachorros juguetes para ofrecer.

Por eso, en el reglamento que propone, se apoya con Amigos de los Animales y desea aún participar más con otras asociaciones como Casitas en Movimiento y Animal’s Love.
Es claro que tal reglamento no sólo contempla a perros y gatos… es amplio y conlleva aspectos jurídicos, técnicos y sociales, entre los que se pueden citar la tenencia responsable, la comercialización, el maltrato, salud y sensibilidad.

Su idea es que el Reglamento no sólo esté dirigido al ciudadano, sino incentivar a la misma autoridad municipal a hacerlo valer para que, de cierto modo, funcione como un termómetro de sensibilidad… de la forma en que tratamos a nuestros animales, qué tan bien o qué tan mal estamos como personas.

Me cuenta el caso de un niño que quemó a un gato… al poco tiempo, el niño se suicidó… sí, es una luz ámbar que nos debe interesar a todos.

IV
“Bichita”, “Peluso”, “Chico” y “Turbo” no son los únicos amigos que ha tenido Corintia. Son más. A algunos los ha perdido porque las condiciones en que los encontró fueron demasiado duras para tratar de enfrentar una nueva vida, pero incluso, en su final, vio en ellos esa mirada que sólo un perrito es capaz de brindar a quien quiere… los ojos de Corintia se llenan de lágrimas… las contiene… otros amigos, incluido felinos, los ha podido dar en adopción… tiene buena mano…

V
En el Puerto, Ciudadanos de Veracruz Defensores de la Vida, la Libertad y la No Violencia, presentaron un pedido de Audiencia Urgente con la alcaldesa Carolina Gudiño Corro, exhortando a que se detenga de inmediato la captura de animales en Vía pública y su sacrificio en el centro de Salud Animal, apelando al cumplimiento de los artículos 18 y 60 de la Ley Estatal de protección a los Animales.

En los medios, esperamos que cuando se hable de perros, no sea por el encono para con su adversario que pretendió un político convidar a los veracruzanos, sino que sea para hacer conciencia en la gente en torno a un problema que está más lejos de la salud, para ser social. Si se habla de perros, que sea al menos del equipo táctico canino de Seguridad Pública, los Xolos de Tijuana o hasta el movimiento que es capaz de generar en la sociedad un perrito como Solovino… ¿lo recuerdan?… la forma en que tratamos a un animal no deja de ser nuestro termómetro de sensibilidad.