Leía hace varios días, un artículo de Andrés Oppenheimer, que versaba sobre los ingenieros. Entre las cosas que recuerdo, me llamó la atención una que refería a algo así como que si un país quiere ser una potencia manufacturera, necesita gente que pueda producir más y de gente que invente productos... en pocas palabras, se necesitaba de ingenieros.

Se dice que “ingeniero” es aquél que crea o en términos más apegados a la etimología de la palabra, el que “engendra”.

 

Por lo tanto, un ingeniero tiene “ingenio” para “inventar”. Quizás entre los ingenieros más destacables que se puedan citar es Leonardo Da Vinci.

Los países que más ingenieros producen, nos cuenta Oppenheimer, son Corea del Sur (no nada más es “Gangnam Style”), Taiwán y Japón. Ojo. China está en el sitio 30 y México en el 24.

Pero hay que tomar en cuenta que China tiene en Hu Jintao, su presidente, a un ingeniero hidráulico que significó la transición del comunismo al tecnocratismo, lo que ha venido a acelerar el progreso de esa nación en menos de una década.

El presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak es ingeniero... los otros dos, de Taiwán y Japón, desconozco aunque dicen que en estos tres países, se fomenta el estudio a la ingeniería.

Viendo sus economías y a la vez, sus grandes progresos ante contrariedades, como la que sufrió Japón hace poco con sismo y tsunami, uno no puede evitar voltear y ver que en nuestro país, sabrá Dios a cuántos años de “Mathew” y “Karl”, hay muchas cosas que aún no se pueden resarcir ante tanta burocracia... uno es capaz de asegurar: nuestros alcaldes, gobernador y presidente ¡es seguro que no son ingenieros!

Y ahora que vienen las elecciones, uno pudiera pensar qué realmente quiere uno como representante popular: ¿un político que ha hecho de esta actividad un “modus vivendi”, un empresario o un ingeniero?

Podría uno suponer que nuestra sociedad ya está harta de políticos, y quizás por eso tanto el PRI como el PAN han apostado en algunos momentos por empresarios como el mismo Óscar Lara, Rafael Acosta Croda, Ricardo Ahued, David Velasco y como es imposible no dejar de citar, a Miguel Alemán.

El trabajo de los diputados del PAN aún falta tiempo para poder juzgarlo. En el caso de Ahued y Velasco Chedraui, quizás lo más que se le puede agradecer al de los plásticos es que no haya mácula en su administración y en el caso del de “La familia está de acuerdo”, se le recuerda más por las peripecias que hizo pasar con la construcción del puente “Bachentenario”... no más... o quizás soy muy severo en el juicio.

Don Miguel Alemán es quizás el mejor ejemplo de que no todos los empresarios significan el cambio que se esperaba... cuando llega a la gubernatura, muchos dijimos: “éste no va a robar porque es rico”... no contamos con la astucia de su gabinete.

Luego entonces, pensemos en ingenieros... ¿mmm? El único ingeniero que conozco creo que es Raúl Zarrabal y hablar de su trabajo legislativo lo pondría en mal y respecto a su trabajo en la Secom, poco puedo decir porque no me gusta viajar y desconozco las condiciones de la carretera. Habrá que ver cómo deja Lázaro Cárdenas y el “Bachentenario”... ¿luego entonces?

¡Ah! ¡Ya! Conozco a un ingeniero civil... bueno, eso de conocerlo es demasiado amplio el vocablo para soltarlo así, porque no tengo el gusto de tratarlo personalmente. De lo que se habla de él, son maravillas, tanto que su poder de influencia no sólo envuelve a México, sino hasta el mismo equipo Barcelona.

El blaugrana antes tenía en su camiseta la promoción de “Unicef”. El ingeniero civil se acercó a la directiva y preguntó el motivo de ello: Una labor altruista pero que no beneficiaba con ningún centavo a la Unicef. El hombre entonces sugirió otro patrocinio, y que el dinero que se obtuviera, íntegro pasara a la Unicef aunque ya no lo llevaran en su playera. Les contactó a Qatar Foundation y los millones obtenidos son en beneficio de los niños.

Ese ingeniero es Carlos Slim.
Como es seguro que nunca de los nunca será presidente Carlos Slim, lo único que podemos hacer es rogar porque al menos, nuestros políticos dejen de ver a la política como un “modus vivendi”, nuestros empresarios no vean como a su empresa a la sociedad y que los pocos ingenieros que haya en Veracruz, sean apoyados para crear y producir para que el desarrollo y progreso no sólo se quede en la demagogia nuestra de cada día.