¿Ya hizo su cartita? Sí, sé que faltan tres días para ello, pero por motivos del fin del mundo, esta columna habrá de buscar refugio en un búnker o algo parecido a esperar que pase lo que tenga que pasar y si acaso, si los mayas nos lo permiten, saldremos a la luz en el año nuevo, por eso le pregunto con anticipación: ¿ya hizo su cartita?

Si no es así, le tengo en oferta unos machotes para que nomás ponga usted la firma a sus deseos navideños. La carta incluye los deseos que son comunes en estas fiestas decembrinas donde queda descartado por supuesto el medio ambiente, la paz mundial, el fin de la hambruna y la pobreza porque eso nada más lo piden en los concursos de belleza...

¡No! Aquí, en estas cartas, viene lo que realmente quiere la gente... dinero, poder, riquezas, “huesos”... todo, dependiendo desde el ángulo que se le vea... por ejemplo, cheque los siguientes textos...

 

“Querido Santa...
Llevo años militando en mi partido... me he partido la madre en cada proceso electoral repartiendo cuanta pendejada me dan y poniendo una sonrisa estúpida a cuanta persona se me acerca... ¿y qué me ha dado el partido? un puestecito donde a madrazos sobrevivo en la quincena mientras que veo cómo el hijo del político al que le cargué sus maletas ya es subsecretario o hasta secretario... ¡no se vale! Por eso, en esta navidad, te pido por favor, por lo que más quieras, un buen “hueso” que me permita darle una vida digna a mi familia y que le tape el hocico a mi suegra que no me baja de pinche grillo.

Te quiere
El político de medio pelo”

“Querido Santaclós...
Te consta que este año he llevado grandes propuestas al Congreso que vienen a beneficiar a mucha población. Sí, estoy de acuerdo que hay otras que ni al caso, pero pues si mi jefe no hace presencia en su paso por el Congreso, no lo bajarán de levantadedos aunque no sé si sea peor eso o que lo cataloguen como mediocre... pero el asunto es que mis iniciativas han hecho que mi jefe se vea como todo un reformador, un hombre con visión legislativa, ¿y te has de preguntar qué es lo que te pido? Pues un jefe menos pendejo al que no le tenga que hacer todo el trabajo porque tal parece que para ser diputado sólo basta saber leer y levantar el dedo... ojalá cumplas mi deseo...

El bienportado
Asesor de Diputado”

“Adorado Satan...
Quiero todo el poder del mundo... ser más rico que Slim... más guapo que Brad Pitt... más inteligente que Sheldon Cooper... inmortal como Chabelo, el amigo de todos los niños... más fuerte que Stallone, ‘Chuaseneguer’ y ‘La Roca’ juntos...”, perdón, perdón... esta carta es de Halloween y Walpurgis Nacht, no para navidad...

 

“Estimado San Nicolás...
¿Qué te puedo pedir si tengo todo? Un buen puesto en el Gobierno... un buen salario... una buena compensación... una buenota secretaria (o secretario, depende de la preferencia)... un buen carro... muchos buenos tacuches... muchas buenas palancas... ¡vamos! tengo todo el pinche poder en la mano como dijera aquel Grinch negro... ¿Qué te puedo pedir si tengo todo? ¡Ah! ¡ya sé! que este sexenio dure otros seis más para seguir mamando de la ubre presupuestal... ¡larga vida al fidelismo con cualquiera de sus caretas!

El afortunado
Secretario o subsecretario de Gabinete”

“A ver, pinche gordo...
Estoy de acuerdo contigo... no escribo bonito ni te echo flores de todas las acciones pendejas que haces y que todos tus lambiscones te festejan... tampoco voy de arrastrado contigo a pedirte lana, obra pública o una pinche beca para ir a estudiar a España o a cualquier lado del mundo... mucho menos recibo invitaciones navideñas de tu parte por lo que no voy a tus festejos salameros por lo tanto, en navidad, ni sueño con un pinche carro sacarme en tus méndigas rifas calla-periodistas... pero sinceramente, no creo aguantar el año que viene fuera del presupuesto... por eso te pido, un humilde chayote mensual que compense mi silencio cómplice y que me haga valer madres las críticas a mi mediocridad como periodista...

Si no me la haces, te seguiré puteando...
El periodista desesperado”.

 

Recuerde... usted nada más pone la firma y asunto arreglado. Sólo le queda esperar que se le cumplan los deseos y el preciado regalo ¡llegue! Si no funcionan, le devolvemos su dinero. ¡Feliz navidad, año nuevo o fin del mundo! Si sobrevive, nos vemos en 2013.