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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Los mentirosos del petróleo

24/01/2013 09:34 a.m.

Todos tenemos algo que agradecerle a Pemex y todos tenemos algo que reclamarle. Nos ha dado recursos, trabajo, progreso, pero también corrupción, negligencia, contaminación y daños a la salud. Así es Pemex, con su doble cara, la buena y la mala.

Pemex es el alma de México. Genera impuestos que luego se traducen en servicios públicos, obra federal, escuelas, hospitales, autopistas y muchas cosas más.

Pemex es, también, derrames de crudo, fugas de gas, ciudadanos intoxicados, información oculta, negación de la verdad, mordaza a la opinión pública.

A mí, y quizá a todos, nos encabrita saber que Pemex contamina y que nos sale con que aquí no pasa nada. Y me enchila cuando leo que su único argumento es que no es por su culpa, que son los chupaductos, los que instalan tomas clandestinas y mil excusas que se las ha de creer su abuelita porque nosotros, definitivamente, no.

Vivimos en un municipio petrolero. Aquí hay pozos que todavía son explotados; aquí se perforan pozos exploratorios y aunque la producción es raquítica, sirve para el potencial de Pemex, para su fortaleza económica, para darle a México una estabilidad.

Me purga que todo el tiempo, cuando se sabe de fugas y daños al medio ambiente, los funcionarios de Pemex justifican sus cochinadas con el cuento de que la culpa no es de la paraestatal sino que fueron chupaductos que pretendían colocar tomas clandestinas, o que se trataba ductos viejos en desuso, o que no hay bronca y que con una limpiadita, los pastizales vuelven a reverdecer, o que los arroyos con un poco de cloro y jabón, quedan cristalinos. No jodan, por Dios.

Voy al grano: un derrame contaminó el arroyo La Capillita y provocó que 18 personas fueran afectadas en su salud, algunas con vómito, y a las que se les remitió a clínicas para su atención. Después de eso, la vocera de Pemex sale con su embajada de que nadie sufrió daños ni paró en un hospital. Eso es cinismo porque Presencia constató que los vecinos fueron víctimas de la contaminación y pararon en el hospital.

Eso es negligencia y es parte de la mentira oficial. Pemex miente para negar los estragos que causan los fierros viejos que todavía usa para transportar sus productos petroleros.

La vocera de Pemex es Georgina Saavedra, una funcionaria a la que le queda grande el puesto y a la que le apodan la automática: abre la boca y mete la pata. No tardó mucho en que los mismos trabajadores y las víctimas la desmintieran. Sí hubo afectados, sí se les atendió en hospitales y sí es un caso de contaminación.

Otro derrame, en el pozo Los Soldados, ocurrido una semana antes, provocó daños en un área 300 metros en pastizales entre Agua Dulce y Las Choapas. Por fortuna ahí no habían asentamientos humanos y por ello no hubo víctimas.

Otro que me purga es el secretario de Medio Ambiente de Veracruz, un tal Víctor Alvarado, algo así como la caca de loro: ni huele ni apesta. El pobre tipo viene al sur, lo entrevistan y sale con una fenomenal tarugada, al avalar de entrada a Pemex, alegar que los derrames seguro son por tomas clandestinas, que el asunto lo va a poner en manos de la PROFEPA y la Procuraduría estatal de medio ambiente, pero que a ojo de buen cubero no es culpa de Pemex sino de los malditos chupaductos. O sea, el tipejo se lava sus puercas manos.

Qué huevos, digo yo. O mejor dicho, qué exceso de mostaza en el cerebro. Eso es negligencia, encubrimiento, complicidad. Al tal Víctor Alvarado lo ha de tener billeteado Pemex porque él, más que cualquier otro funcionario, siendo secretario de Medio Ambiente, está obligado a velar por la protección de eso, justamente de eso, del medio ambiente.

Un derrame de petróleo que afecta la salud de 18 ciudadanos, que los manda al hospital, donde no hay evidencia de toma clandestina, sino instalaciones deterioradas, ductos corroídos, válvulas echadas a perder, merece que las autoridades cumplan su función.

No hacerlo es negligencia. Y la negligencia y la complicidad terminan provocando protestas, manifestaciones, reclamos; provocan la ira del pueblo, las condenas al gobierno y el repudio a Pemex.

Díganme si no.

(Comentarios y tips a:[email protected]

 

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