Renato se anda metiendo en camisa de once varas, como se dice coloquialmente, y ya hay quien ya lo señala como la mente criminal que auspicia el comercio ilegal de ganado. Eso, dicho en plata, es grave.

 

A Renato Tronco se le hizo fácil crear una ganadera en Cerro de Nanchital, la Nueva Esperanza 25 de Abril, algo así como el negocio hermano de la Unión de Ejidos-Constructora-Agarratontos-Engañamensos-Desplumadero, que le produce al alcalde de Las Choapas una millonada mientras sus agremiados se vuelven cada vez más pobres.

 

Esa es la mejor sandez que se le conoce a Renato desde que se inventó como político y que agarró vuelo y ahora no hay quien lo pare. Propicia la venta de ganado chueco y con la mano en la cintura anda facturando, como si eso fuera un chiste y como si no supiera que un paso en falso y se va a la de cuadros.

 

Quien ya le puso el cascabel al ratón fue el líder de la Unión Ganadera Regional del Sur de Veracruz, el diputado Abel Jacob Velasco Cazarrubias, un tipo con colmillo retorcido y con agallas, que no se detiene para llamarle ladrón al ladrón y pillo al pillo.

 

Dice tres verdades que le han de haber quitado el sueño a los ganaderos que le están haciendo el juego a nuestro querido Renato: que con esa agrupación “independiente” fomenta el robo de ganado, que opera de manera ilegal y que si se mete a expedir facturas está a un paso de violar la ley.

 

Don Abel asegura que esas ganaderas están expidiendo facturas ilegales, porque la ley obliga a que la facturación sea electrónica y que incluso, las de Renato ni son deducibles de impuestos.

 

 “El señor está creando ganaderas ilegales. Yo pido que se le haga una revisión a ver si tienen antecedentes de lo que se factura. Esto lo tiene que hacer Ganadería, o sea el Gobierno del Estado. Por eso hay tantos robos de ganado, que investiguen donde se está facturando sin antecedentes”, dijo el líder ganadero.

 

Chale. Ahora me explico por qué tanto robo de ganado y tanta factura apócrifa, o sea, falsa. Y por qué se eriza el mandamás del Palacio cuando a sus ganaderos los detiene la policía, o cuando su policía municipal encarcela a ganaderos rivales.

 

Yo no sé mucho de vacas ni de novillos, pero don Abel Jacob sí. Y si vino a decir algo tan grave es porque Renato ya los tiene hasta la madre y lo van a parar. Por lo pronto, ya alertan a los ganaderos a que no se dejen sorprender con las locuras del ratón y que se cuiden de no caer en el abigeato, o que les caigan con animales y que las facturas no les sirvan para acreditar que son los dueños.

 

Ya decía yo que la policía municipal le servía a Renato sólo para cuidar sus negocios y no para velar por la población. La gente del campo por eso lo está rechazando, y se la refrescan cada vez que pueden.

 

Y por eso se están creando grupos de autodefensa en los límites con Chiapas, como los de Guerrero, Michoacán y ahora en Oaxaca, porque no creen en las autoridades, que no les garantizan que van a estar en paz.

 

Entre los pobladores de Felipe Ángeles decidieron protegerse porque la policía de Renato brilla por su ausencia. Y es que cuando le pidieron al alcalde ratón que les asignara gendarmes, les dijo que sí pero que ellos pagaran la comida de los cuicos. Los pobladores sacaron la cuenta y los méndigos policías tragaban mucho, algo así como 50 mil pesos anuales. Y como lana es lana, mejor le dijeron a Renato que si sabía contar que no contara con ellos.

 

Renato quería que la población pagara la comida de los cuatro policías, pero además los uniformados llegaban a las tiendas, pedían refrescos, galletas y no pagaban. Y todavía pedían apoyo de la gente. Eso sí, las multas eran para el municipio. Y cuando la gente del pueblo pidió que la multa por algún detenido se quedara en el pueblo, Renato no quiso. Como siempre, chinga que chinga y jode que jode. No tiene remedio.

 

En el ejido Nuevo Presidio pasa lo mismo. Tienen su policía comunitaria y ellos se protegen porque la policía de Renato sirve pa’todo menos para cuidar a la población.

 

Ah, sí. Perdón. También sirve para cuidar a los robavacas que facturan en las ganaderas ilegales, como dice don Abel Jacob, el líder regional de los ganaderos.

 

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