Me suena que los choapenses debimos ser oaxaqueños. Allá, en Santa María Zaniza, un lugar perdido en la sierra sur, los tienen bien puestos. Encarcelaron al alcalde y al síndico por no consultar a la comunidad sobre la obras que habrían de realizarse. Quisieron pasarse de lanzas y pararon en prisión.

Y son tan cabrones, que ni los dejaron comunicarse con la gente del gobernador de Oaxaca, y a la policía le dijeron que ni se acercaran, les pintaron su raya, hasta que el pueblo revolviera qué hacer con el par de granujas.

O sea, que se fajan el pantalón, se amarran el calzón y le ponen en toda su mandarina al pinche alcalde que creía que el pueblo era suyo.

Así debimos haber tratado al cacique de estos lares, que en Las Choapas hizo obritas sin calidad, a las que les sacó jugo, que las construyó con su Unión de Transas 25 de Abril, y otras que las coyoteó, todas a capricho . Aunque la ley lo obliga, el ratón vaquero hizo las obras que quiso sin avisarle al cabildo y mucho menos al pueblo, porque dice que la Ley del Municipio Libre se la pasa por donde le apesta a zorrillo.

Así decidió que la terminal de autobuses Uxpanapa fuera reubicada. Y la pasaron a sus dominios, a su rancho Tronquini, donde al paso del tiempo va terminar lucrando con los comercios que quieran situarse cerca de la terminal, como siempre ocurre, rentándoles un pedazo a precio de oro. Y todo atropellando a los negocios establecidos actualmente en las cercanías de la central de autobuses.

La gente se ha inconformado. Lo mismo los comerciantes, que los ganaderos. Hasta algunos de los directivos de Transportes  Uxpanapa están en desacuerdo con las ideas locochonas de Renato, que es tan torpe que cualquiera se da cuenta que quiere sacarle jugo a cada acción de gobierno.

Reubicar la central de autobuses va a originar que muchos tengan que tomar un taxi para llegar a la terminal y de ahí ir a la zona rural. Lo mismo ocurrirá con la gente que viene de la zona rural. Llegarán a la central y ahora tomarán un taxi para ir a algún lugar de Las Choapas, cuando antes tenían todo a la mano. Van a gastar más.
 
Renato dice que eso servirá para ayudar a los taxistas. Puras madres. Va a servirle a él porque, como siempre ocurre, alrededor de la terminales de autobuses se instalan puestos hasta de tacos de perro. Pero esos espacios son por renta y hasta hay quien compra su pedacito. Y claro, si el dueño del rancho es el alcalde, pues negociazo.

Tampoco perdemos de vista que quien encabeza la empresa Transportes Uxpanapa es Jesús García Flores, padre de la licenciada Yazmín García, el brazo derecho de Tronco, su conciencia y casi casi, la alcaldesa bis de Las Choapas, porque nada se mueve si no lo ordena doña Yaz. Todo en familia, todo entre socios.

El repudio es total. Y no es que hayan alebrestado a los comerciantes y a los ganaderos, como dice el panfleto del alcalde. La Voz de Tronco quiere desvirtuar una protesta legítima, el derecho de los ciudadanos a decir no a una acción que Renato Ratón no consensó y que afecta a muchos, y a poner freno a un burdo y descarado negocio de quien tiene la obligación de velar por el interés colectivo.

Si esto ocurriera en Santa María Zaniza, en Oaxaca, Renato Transa ya estaría en prisión. Y no porque le hubieran aplicado la ley o porque alguien lo hubiera denunciado.

No, el pueblo se hubiera aplicado. Primero lo entanca “y después virigua”, como diría Pancho Villa, pues hay cosas que calientan, que enchilan a cualquiera y más cuando la “autoridá” se cree vivo pero resulta vival, no informa ni consensa acuerdos; se quiere imponer sin razonar; imagina que ser servidor público es servirse con la cuchara mayor o llevarse el queso grande.

Como dicen mis compadres del PRD, el pueblo se cansa de tanta pinche transa. Y como hacen los tecos de Santa María Zaniza, primero encarcelo al alcalde “y luego viriguo”.

Una lección así le serviría al PRI para dejar de andar candidateando a pillos que no respetan al pueblo.
 
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