Malas noticias para Renato: no sólo el PAN sino también el PRD tienen mejor intención de voto que su hermano Miguel.

Miguel anda por los 20 puntos y con ello que se vaya despidiendo el PRI y su aliado el Partido Verde, de mantenerse en la alcaldía de Las Choapas.

Marco Antonio Estrada, del PRD, y Serafín Roldán, del PAN, registran empate técnico. Los dos tienen 28 puntos. Estrada, un priista vestido de amarillo azteca, aventaja por décimas, pero como dicen los encuestólogos, es empate y cualquiera puede ganar.

Juntos andarían por los 56 puntos, quizá más, quizá menos. Pero el problema es de soberbia y de voluntad.

Digo que de soberbia porque este par, Marco y Serafín, no se bajan de su toro y los dos presumen de ser el mejor. Pero así como están, uno o el otro le pegan una bailada al Mickey Mouse de los Tronco.

Mis fuentes dicen que les siguen insistiendo en que vayan los dos, Estrada y Serafín, con sus equipos, en una sola planilla, como si fueran una gran familia, donde no faltan los acuerdos y los desacuerdos, afecto y discordia, pero siempre en busca de un solo objetivo.

Pueden decirse, criticarse, retarse, pero la meta es la alcaldía. Esa meta que algunos le llaman presidencia municipal y otros la llaman el fin del minicacicazgo del roedor.

Si hoy fuera la elección, Miguel Tronco, estaría bien paleta. Los números de la encuesta son el reflejo del hartazgo, del hasta aquí de un pueblo que ya no está dispuesto a aguantarle sus canalladas a Renato; de las ganas de darle una madrina tamaño jumbo y del sueño de muchos porque llegue el 7 de julio y ese día los echen a patadas de Las Choapas.

Yo creo que Marco Estrada sabe contar. También creo que Serafín sabe que uno más uno son dos. Y que 28 más 28 son 56. Con ese porcentaje arrasarían de calle a Renato y a su hermanito. Y que así amarrarían la alcaldía.

Marco y Serafín ya se ven presidentes. Marco dice que va a crecer en las encuestas. Serafín dice lo mismo. Marco invita a los priistas a unírsele, y a los panistas que no jalan con Serafín, y a los perredistas, y a los tronquistas a los que Renato les ha dado migajas mientras él se enriquece a la vista de todos.

Serafín también confía en llevarse a los priistas sojuzgados por Renato. Ya tiene algunos de su lado. No quiere nada con los panistas que lo confrontan y con los que son más tronquistas que Tronco, pero tiene presencia en los ejidos, entre muchos sectores del pueblo que no tiene partido pero que tampoco quieren nada con Marco Estrada por ser priista.

La clave está en los ciudadanos que queden sueltos. Incluso los que están con Albino Pérez Callejas y sus 18 puntos, o los que aún no se definen, que representan el 6 por ciento.

Los que presumen de analistas hablan hasta de compartir la presidencia: dos años Serafín y dos años Marcos Estrada, uno como alcalde propietario y el otro como alcalde suplente.

Serafín Roldán y Marco Estrada disponen una semana para mejorar su posicionamiento, porque así, con un empate técnico, ninguno la tiene segura. Este es, ya, un asunto de dos. Van liderando y uno de los dos será el alcalde. Pero un error de percepción, de soberbia, les puede hacer perder todo.

Ir juntos, es asegurar el triunfo y algo mejor: acabar con el minicacicazgo del ratón vaquero. Uno y otro lo han dicho: que Las Choapas merece un buen gobierno y sacudirse a un grupo de bandoleros que se han enriquecido a costa del pueblo.

Si quieren a Las Choapas, si honran sus palabras, que lo piensen. La unidad les permitiría arrasar con los Tronco.

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