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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Que el dengue nos agarre confesados

29/08/2013 09:55 a.m.

Algunos, no todos, tienen el gusto del tiburón: les atrae la sangre. Le echan un vistazo a la nota roja antes que a la información general; prefieren ver Primer Impacto o Al Extremo, con su cuota de muertos, heridos, accidentados, descabezados y todo lo que destile olor a morbo.

Así han sido los últimos días. Que la tragedia de los migrantes, que el badulaque que mató y quemó a su mamá, que si ya cayeron los asesinos del pastor Claudio Martínez aunque lo más seguro es que los hicieron cantar con una sesión de tortura policíaca. Puro muerto, puro sangre.

Yo lo vería por otro lado. Lo de los migrantes me pone a pensar en la injusticia de tener que huir de tu propio país por la pobreza; de tener que pagar cuota para que no te arrojen a las vías Los Zetas o las otras bandas que actúan con total impunidad, asesinando o mutilando a cualquiera, convertidos en los dueños de La Bestia; en lo injusto que resulta que no haya autoridad que acabe con tantos delincuentes a bordo. Por ahí habría que ver y reflexionar sobre la tragedia de los migrantes y no tanto por la parte sangrienta, que esa no le sirve a nadie.

Hay otros problemas que son más relevantes. El dengue, en Las Choapas, en Agua Dulce y en todo el sur de Veracruz, es uno de ellos. Es un problema de salud pública y también tiene su cuota de enfermos y muertos, muchos de ellos por mala atención o porque deliberadamente les diagnostican otra enfermedad y el que sufre los síntomas no sabe cómo enfrentar el problema.

Del dengue se habla tanto que ya perdimos la capacidad de asombro. Lo peor es que el gobierno ordenó ocultar la información real, el número de casos, los estragos causados en amplios sectores de la población; lo peor es que un enfermo presente los síntomas, le diagnostiquen otro mal y se muera, y que encima de todo, en el certificado de defunción se anote una causa distinta a la que realmente llevó a la tumba a ese paciente. Eso es criminal, venga de donde venga, sea por órdenes de un secretario de Salud o de un gobernador, que son quienes tienen esa facultad, pero que la usan en forma perversa.

Miles han sido infectados. Padecen fiebre, dolor de cuerpo, dolor de ojos, dolor de cabeza, y lo único que les dicen en las instituciones de gobierno es que tienen un catarro constipado. ¡Qué constipado ni qué su abuela! Es dengue. Y cuando aparece el sangrado, ni cómo ocultar que es dengue hemorrágico.

Esa es una terrible realidad. Y la vivimos todos los días, en nuestro hogar, con los vecinos, con los amigos.

Recordamos a la joven mujer que sufría dengue mientras concluía su embarazo. En las clínicas de gobierno decían que no era dengue. Los estudios revelaron que sí. Murió en trabajo de parto, pero su bebé logró salvarse. Fue un caso que conmovió pero que también nos enfureció. El pinche gobierno negando lo innegable, ocultando que estamos hasta el cielo de dengue.

Ese sí que es un problema que debe llamar la atención de todos. Todos los días hay nuevos casos. Y esto va a aumentar porque las lluvias apenas comienzan a generalizarse. A mayor cantidad de charcos, mayor cantidad de larvas y mayor cantidad de moscos transmisores.

De los migrantes hablamos cuando ocurre una tragedia. Del tipo que mata y quema a su mamá, igual. Del niño que se ahogó en el río tras ser perseguido por policías estatales, lo mismo. Del pastor que muere despedazado a puñaladas, ídem. Son casos de injusticia social, de conductas criminales, de abuso de autoridad, de simulación y tortura. Son noticia hoy pero dejan de serlo en una semana.

Pero del dengue hablamos todos los días y muchos, muchísimos, ya lo hemos padecido y algunos incluso han muerto.

Esa debiera ser nuestra preocupación mayor. El dengue es un problema de salud pública. No se trata de no hablar de las injusticias; hay que hacerlo, pero si incurrimos en distracciones, sin nos olvidamos que el dengue tiene efectos morales, luego ni será bueno llorar.

Ya es hora que muchos pierdan el instinto del tiburón, que deje de atraerlos la sangre. Ya es hora de que le demos prioridad a los males, como el dengue, que si no nos ponemos las pilas, nos va a matar a todos. Y entonces sí que vamos a ser noticia mundial.
 
(Comentarios y tips a:[email protected])

 


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