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Mussio Cárdenas Arellano

Informe Rojo

Duarte: lo repudian las corrientes del PRI

21/12/2009 08:16 a.m.
* Seis priístas amarraron regiduría: Sánchez Abreu, Cuasiche, Claudia Ramón, Chagra, Vicente Ramón Uscanga y Hernández Castro * Al equipo de Iván, la ocho, para dejarlo fuera del cabildo * Amenazas a secretario del gobierno fiel * Villalobos Alafita afradeció a Javier Duarte por el terreno a los periodistas * Quieren a la prensa de Coatzacoalcos como rehén de la sucesión.
 

Políticamente, Javier Duarte de Ochoa no existe. Ni tiene trayectoria ni pesa en la toma de decisiones. Se le ve como un advenedizo sin lustre, grisáceo en su actuar y atado —sometido hasta donde la dignidad se pierde— al obsesivo deseo de Fidel Herrera Beltrán, su mentor, inventor e impulsor, de imponerlo como gobernador de Veracruz.

Transita en las instituciones sin luz propia. Nace en la vida pública por razones afectivas y por supuestos talentos tan cuestionables como endebles, que han dado paso a acres señalamientos que versan sobre su habilidad para endeudar a los veracruzanos como nadie lo había logrado; de conducir las finanzas del estado con la destreza de los torpes y con la sospecha a cuestas; de destinar cientos de millones de pesos para el proyecto fantasma de su suegro incómodo, Jesús Antonio Macías Yazegey, y de ser el padre postizo de un engendro llamado bursatilización que de manera prematura da muestras de ser un sueño condenado al fracaso.

Duarte de Ochoa no es nadie en la política de Veracruz. En su materia, las finanzas, es un fracaso, un fiasco diríase en la fiesta taurina. Cientos de partidas presupuestales que ejerció desde la Secretaría de Finanzas son objeto de ardua investigación.
 
Se sabe que el diputado federal por Córdoba estampó su firma en documentos que sirvieron para comprometer los recursos de Veracruz y que no todo resultó en beneficio de los veracruzanos.

Pero hay algo peor en todo esto. El Gordo Duarte no le acaba de caer en el ánimo a las corrientes del PRI. Lo desdeñan por ser un invento del gobernador Fidel Herrera; le reprochan no ser uno de los suyos, ni ganarse un lugar con trabajo partidista. Se le observa como una simple marioneta del gobernador.

Tiene la imagen de un usurpador de quinta. Antes de 2004, ni los líderes de las corrientes priístas sabían quién era Duarte, entonces cargamaletas del candidato al gobierno de Veracruz, Fidel Herrera. Luego lo vieron llegar a la subsecretaría de Finanzas y Planeación. Y ahí se mantuvo hasta que ascendió al cargo de secretario.

Electoralmente es más frágil. Nunca fue nada hasta que llegó hace tres meses, al Congreso como diputado federal por el distrito de Córdoba. Ahí se le recordará por ser el protagonista de un escándalo desatado por legisladores panistas que lo acusaron de usar aviones del gobierno estatal o rentados por éste con la venia de su padrino Fidel; de valerse del aparato de poder para hacer campaña proselitista y hasta de regalar cerditos para ganar adeptos.

Cinco años resumen la “carrera política” de Javier Duarte. Y de esos cinco años, cuatro años y medio se mantuvo detrás de un escritorio como burócrata de lujo.

Por eso no lo tragan las corrientes del PRI. No tiene méritos de campaña ni medallas que lo distingan.

Llega para usurpar el lugar de quienes han construido y sostenido al PRI en Veracruz. Llega para perpetuar a Fidel Herrera en el poder y para ahondar en el abuso de poder que llevó a la quiebra a Veracruz, de la que es artífice y cómplice.

Llega, además, por la puerta de atrás. Agravia a un priísmo que lo percibe impuesto a piedra y lodo; que recibe metralla fiel para ceder en su genuina oposición y por su exigencia de que se apele al sentir de las bases o a la percepción de la opinión pública sobre quién es el personaje mejor posicionado para gobernar Veracruz; que es vapuleado a diario por expresarse contrario a respaldar una candidatura que coloca al PRI en el riesgo de perder el gobierno estatal.
Duarte de Ochoa es símbolo de división. ¿Cuándo lo entenderá don Fidel ?

Archivo muerto

Seis priístas aparecen prácticamente amarrados para las primeras regidurías en la planilla que contenderá por la alcaldía de Coatzacoalcos.
 
Ellos son: Juan de Dios Sánchez Abreu, “expresión fidelista” al que se le frustró ser diputado por el distrito XXX; Carmen Cuasiche, del sindicato de maestros y considerada la conciencia del ex regidor José Luis Montoya Pumarino; Claudia Ramón Perea, directora del Sistema Estatal de Becas, también expresión fidelista; Roberto Chagra Nacif, ex director de Carreteras Estatales, ya perdonado por el gobernador Fidel Herrera Beltrán; Vicente Ramón Uscanga, líder ferrocarrilero, que representa al sector obrero, y Salvador Hernández Castro, ex alcalde de Nanchital y ahijado del líder de la sección 11 del sindicato petrolero, Ramón Hernández Toledo.
 
Serían los únicos que alcanzarían a integrarse al cabildo de Coatzacoalcos, aún perdiendo el PRI la próxima elección, ya que serían regidurías de representación proporcional.
 
A Iván Hillman le volvería a tocar la regiduría octava, como ocurrió en la elección de 2007, y que no alcanzó a llegar. Se quedarían fuera Rodolfo Garza Reyes, de la CROM, y Lázaro Muñoz, de la CROC; el ex alcalde Edel Alvarez Peña, que detenta una posición en el cabildo —antes ocupada por Segundo Grajales y actualmente por María Antonia García Cortés— no figura en la negociación... ¿Quién es ese funcionario del gobierno de la fidelidad al que no cesan de llegarle amenazas, que incluso alcanzan a su familia, con la intención de que desista de participar en el próximo proceso electoral?... Propaganda vil a favor de Javier Duarte de Ochoa, resultó la asignación de lotes a los integrantes de la Asociación de Periodistas de Coatzacoalcos, el jueves 17.
 
El ex presidente de la APC, Alfonso Villalobos Alafita, dijo así nomás, sin querer queriendo, que le agradecía al Gordo Duarte su disposición, siendo secretario de Finanzas y Planeación del gobierno veracruzano, para concretar el proyecto de vivienda de la prensa de Coatzacoalcos. Ahí se resume la súbita generosidad del régimen de la fidelidad: convertir a los periodistas locales en rehenes de Duarte de Ochoa en sus aspiraciones a gobernar Veracruz. Y así tenía que ser, pues Villalobos es enlace de la Coordinación de Comunicación del gobierno veracruzano en el sur de la entidad. Para eso tanto show...

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