No sé qué es mayor, si el asombro o la indignación. Que los levanten es un cosa, pero que los levante la policía, que los desaparezca, que los torture, que los criminalice, que no los pongan a disposición de una autoridad, es inadmisible. Y peor si los llegan a encontrar muertos.

Se los llevaron cuando con redadas querían dar con los plagiarios del periodista Gregorio Jiménez de la Cruz. Seguridad Pública llegaba con toda su fuerza y con ellos los de la Agencia Veracruzana de Investigaciones. Detenían a cualquiera, se metían a las casas y destrozaban lo encontraban a su paso.

Yo no sé si esto es a lo que el gobernador Javier Duarte le llama estado de derecho, pero las razzias en Las Choapas van sembrando terror y cada vez es peor la imagen de la policía, pues se suponía que después de tantos cursos y capacitación, serían más confiables.

Son seis los ciudadanos levantados. Se los llevaron en una camioneta blanca. Identifican a los responsables como agentes de la AVI, que desde el plagio del periodista han estado deteniendo gente sin dar explicación y sin ponerlos a disposición de la autoridad correspondiente, el Ministerio Público o un juez.

Cuando plagiaron a Gregorio Jiménez, hicieron lo mismo. Se llevaron gente. Más de diez fueron detenidos, interrogados, amenazados y después liberados. Ellos y otras personas, a quienes se les fueron a meter a sus casas, levantaron denuncias y esperan que se les haga justicia.

Después hicieron otra redada. El martes 11 se llevaron a los seis, en diferentes puntos de la ciudad, aquí en Las Choapas y desde entonces, hace ya dos semanas, no aparecen aunque por voz de otro detenido que fue liberado, se sabe que los torturan y quieren que digan qué saben de los que plagiaron al periodista Gregorio Jiménez.

Sus familiares, desesperados como lo estaríamos usted, yo y cualquiera, han preguntado en las agencias del Ministerio Público, en los juzgados, en las comandancias de policía, en la PGR, en la Procu de Veracruz, en los penales de la región y en el federal de Villa Aldama, y en todos les dice lo mismo, que no los tienen.
 

Ton’s qué. ¿Se los tragó la tierra? No. Los levantó la policía, los de la AVI, que eran los más locos por encontrar al periodista. Una de las familiares identificó la gorra de su esposo entre lo que encontraron en la casa de seguridad donde llevaron a Gregorio. Era la gorra que llevaba su marido cuando lo levantó la AVI.

Ellos, los familiares, están decididos a hacerla grande para que les devuelvan a los seis plagiados. Amenazan tomar la autopista Coatza-Villahermosa. Y eso tiene al gobierno de cabeza porque sabe que están a un paso de enfrentar otro escándalo: seis ciudadanos desaparecidos a manos de policías vercruzanos que buscaban al periodista y a más integrantes de la banda que lo mató.

Esto es imperdonable. Y también lo es que se pretenda criminalizar a los desaparecidos, que se les quiera vincular con estas células de la delincuencia. Es imperdonable que se les torture para que suelten la sopa de algo que quizá desconocen.

Es imperdonable que estén desaparecidos y sería más condenable que vayan aparecer muertos.
Ya se habla de que a los de la AVI se les pasó la mano y que ahora no tengan cómo justificar el levantón oficial, ni sepan cómo explicar que algunos de ellos estén golpeados y quizá algunos ya ni siquiera estén vivos.

Por lo pronto, ya hay quienes quieren lucrar con el asunto. Hay una mano negra que quiere aparecer como el intermediario ante el gobernador para salvar a los desaparecidos. Quizá por ello el oficio enviado a Javier Duarte, lo hicieron pasar por las manos del diputado Renato Tronco.

Eso es lucrar con el dolor de las víctimas, con el dolor de los familiares. Ellos quieren a su gente, que regresen sanos y salvos, que estén vivos. Y de eso nadie se debe aprovechar.

Así quiere el gobernador Javier Duarte que se le crea que Veracruz está cambiando, cuando su policía sigue haciendo de las suyas, atacando a la sociedad, levantando ciudadanos inocentes, torturándolos para ligarlos con el caso del periodista Goyo Jiménez y generando un ambiente de terror.

Si este miércoles no aparecen, se le va a armar la grande al gobernador. Por eso les digo que una cosa es que los hayan levantado y otra que quien los haya levantado sea la AVI. Y peor sería que no los encontraran con vida.

 Que el gobernador decida.

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