Cuando huele a azufre, o es el diablo o son los Tronco. Nadie lanza un tufo así. Es señal de que viene la transa. Ya se robaron una elección y si no es por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que se las reviró, se quedan con la alcaldía. Y ahora van por las agencias y subagencias municipales, algo que les dé control político en la zona rural.
 
Renato Tronco reactiva a Erika del Carmen Reyes Escobar, su mapacha de lujo, la misma que fue presidenta del Consejo Municipal Electoral y que se prestó al fraude en Las Choapas, y que ahora será “representante del Congreso de Veracruz” ante el órgano electoral para imponer a los candidatos tronquistas y someter a los campesinos.
 
Esta mujer no tiene vergüenza. Erika fue la que se negó a abrir los paquetes electorales que presentaban irregularidades, la que negó el voto por voto, la que a lo largo de toda la campaña le pasó todas a Renato y su hermano Miguel Ángel, el candidato del PRI-Verde-PANAL a la presidencia municipal.
 
Erika hizo todo para que Renato impusiera a su hermano en la alcaldía y no hubo poder humano que le amarrara la manos, claro, junto otros mapaches que estaban incrustados en el Consejo Electoral Municipal, al servicio del cacique en turno.
 
Esta mujer fue, para el Trife, la responsable del fraude con el que se impuso a Miguel Ángel, y gracias al descaro con que actuó y a las pruebas que se exhibieron, la elección se invalidó.
 
Y ahora Renato –porque es Renato quien lo hace, aunque su hermano Miguel Ángel diga que ellos no se meten en los asuntos de las instituciones— maniobra, recurre a Fidel y a Duarte, y la impone como “representante del Congreso ante el Consejo Municipal Electoral”, tan sólo para darnos una idea de que otra vez va a tratar de robarse la elección municipal.
 
O sea que la suciedad llegó para quedarse. Erika, que tiene escuela pues es sobrina del cacique Onésimo Escobar Gómez, ya fallecido, representará al Congreso como si los diputados balines al servicio del gobernador Javier Duarte no supieran que es transa y además descarada, toda una mapacha.
 
Tremendo el asunto, pues otros de los consejeros que se prestaron al fraude, también intentan repetir en el órgano electoral. Los que ya se apuntaron son Lidia Reyna Maldonado López, Gabriela Madrigal Pérez y Fernando Cruz Gómez. Y otro que la quiere es Jair Adrián Farris Solís, consejero secretario a nivel distrital, el que validó la diputación de Renato.
 
Puro chamaco recomendable, tronquistas pretendiendo manejar el órgano electoral para que sea más fácil imponer a Miguel Ángel Tronco en la alcaldía en los comicios extraordinarios del 1 de junio.
 
Puede verse que los tronquitos andan desesperados. Saben que con votos legales la pierden de nuevo y que ante la posibilidad de una alianza de facto, con panistas y perredistas en la misma planilla, no habrá cómo impedir que Marco Antonio Estrada sea el próximo alcalde de Las Choapas. Y entonces sí, que se agarre Renato porque van a salir a relucir todas sus corruptelas.
 
El PRD, por lo pronto, ya se inconformó. Dice que es evidente la intención de Renato de recurrir a los funcionarios que se prestaron al fraude pero que impugnarán la designación de Erika Reyes como representante del Congreso ante el Consejo Municipal Electoral.
 
Si los Tronco tuvieran fuerza en la zona rural y el respaldo de miles de campesinos, no recurrirían a estas trastadas. ¿Por qué imponer a Erika Reyes Escobar, una vulgar y corriente mapacha electoral, responsable del cochinero e irregularidades que derivaron en la anulación de las elecciones pasadas? Porque tienen perdidos lo que antes fueron sus bastiones electorales.
 
La gente cada vez cree menos en Renato. Cada día se le abren más adeptos. Y ahora, otra vez con fraude y con mapaches, quieren quedarse con las agencias y subagencias municipales para desde ahí controlar el voto campesino en la elección extraordinaria.

 Lo último que le faltaba a Renato era recurrir a la hija del ex alcalde Nicasio Reyes Cruz, y sobrina del ex cacique petrolero, Onésimo Escobar Gómez, quien ya tiene un lugar en la historia local como a la primera mapacha electoral que un tribunal le tumba una elección fraudulenta.
 
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