De traidores, insensatos, medrosos, imbéciles, ambiciosos y etcétera, y etcétera, y etcétera, está llena la política. Unos llegan a robar. Otros a apalear al pueblo. Unos más a enriquecerse. Y otros a darle vida a los políticos que ya estaban fríos.

Lo digo porque ahora que Renato Tronco ya no huele ni apesta políticamente, no faltan enemigos suyos —que son un chingo y algo más— que con sus torpezas lo van a revivir. Y es porque apenas se jubiló el dueño del circo, los changos y las jirafas quieren domar a los leones.

Explícome, pues. Renato se fue. Se le estrechó el camino. No lo quería el gobernador Javier Duarte. La elección extraordinaria para alcalde de Las Choapas la tenía perdida su hermano Miguel Ángel. Los cientos de delitos que cometieron él, sus más cercanos y con lo que embarró al tronquismo, amenazan con llevarlo ante la justicia.

Se le despeja el futuro a Marco Estrada, al PRD, al PAN, a Movimiento Ciudadano, los que están en la alianza de facto. No tienen enemigo al frente. Compiten solos. ¿Quién pierde una alcaldía cuando el adversario se retira de la contienda?

Pero nunca faltan los que teniendo el pastel al alcance, lo llenan de moscas. Ahora resulta que con la retirada de Renato de la política, de la diputación local a la que pedirá licencia, de la contienda por la presidencia municipal, hasta el más chimuelo masca fierro. O lo que es mesmo, si no hay problemas, hay que fabricarlos.

En cuestión de horas se definirá si los hermanos Roldán, los otros aspirantes a caciques, concretan su alianza de facto con el candidato del PRD, Marco Antonio Estrada Montiel. Habrá que ver si la hacen efectiva o se van por la libre, el PAN por su lado, hacia la candidatura a la presidencia municipal.

Muy sácalepunta, dicen los seguidores de los Roldán que si el enemigo común era Renato Transa, y si Renato ya no está, pues qué los obliga a mantenerse en la alianza de facto, y muchos menos apoyar a Marco Estrada. O sea que ya se les acabó la humildad y les afloró la ambición.

Los Roldán tienen vocación de perdedores. Ya olvidaron qué ocurrió en la elección constitucional de 2013. Serafín se fue al tercer lugar. Presumía que iba a ganar, que punteaba con Marco Estrada y que al final o iba a rebasar. Pero quedó en tercer lugar cuando que con una alianza de facto, como ahora, pudo haber asegurado un cogobierno con el PRD.

Al interior del PRD la visión es otra. Dicen que luego de las negociaciones y del trayecto caminado en las comunidades rurales, sería una locura que el PAN y los Roldán se echaran para atrás. Dividirían de nuevo la votación y el PRI otra vez los volvería a empatar y quizá a rebasar.

Esa alianza PAN-PRD la hacen obligados por las circunstancias, dicen los allegados a los Roldán, más allá del discurso demagógico de que les preocupa el progreso y la unidad de Las Choapas. Pero ahora las circunstancias —el retiro de los Tronco— han cambiado y es cuestión de días para que se decidan las candidaturas en la minicampaña de las elecciones extraordinarias.

En el PRI-PVEM-PANAL ni sudan ni se acongojan. Nadie quiere participar y mucho menos ser candidato. Los Troncolines acapararon tanto que no dejar a nadie brillar y ahora ni los priistas leales al PRI quieren suicidarse entrándole a una candidatura que no tiene cómo ganar.

Lo que debe entrarle en la cabeza a los Roldán y a Marco Estrada es que su candidatura es ganadora porque es un mensaje de unidad contra el cacicazgo de Renato. Divididos, cada partido por su lado, el PAN con un candidato Roldán y el PRD con Marco, sólo unos cuantos acudirán a las urnas. El encanto estaría terminado y fervor popular se habría extinguido. Y ahí es donde el PRI les puede volver a ganar.

De palabra, sólo de palabra, Miguel Ángel Tronco dice que no contenderá. Renato anuncia que se retira de la diputación y de la política. Pero en su discurso sostiene que si alguien de su grupo le quiere entrar a la lucha por la alcaldía, él lo apoya. Es decir, si la alianza de facto PAN-PRD se rompe, Miguel Tronco puede volver.

El PRI es mañoso. Los Tronco más. Ha trascendido que el PRD tiene preparadas dos planillas: una con los Roldán y otra sin ellos, por si se echan para atrás. Aquí lo cabrón está en que Miguel Tronco o un tronquista se registre por el PRI en el último minuto y agarre al PAN-PRD dividido, cada quien con su planilla. Y entonces sí, Las Choapas volverá a estar en manos de Renato.

Qué necesidad de revivir a los Tronco cuando estamos en pleno velorio.