La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Juan Ciudadano

Los Gobernados

Que dejen sin agua al gobernador

12/05/2014 08:26 a.m.
Frescos, perfumados, bañaditos y con agua hasta en sus albercas, los políticos. Jodidos, olvidados y sin una gota en la llave, los del pueblo. Y así transcurren los días en Coatzacoalcos, con un gobierno que sólo piensa en la fiesta, el carnaval, la feria y el circo, para entretener a la sociedad mientras los problemas y la falta de servicios crecen.
 
No hay duda ya. Hay que asumirlo. No son los maestros ni los ejidatarios los que provocan la falta de agua con sus bloqueos a la presa Yuribia, la que le suministra el líquido a Coatza, a Minatitlán y a Cosoleacaque, los que encadenan o sueldan las válvulas.
 
No son ellos. Ahora, con la crisis de agua tan terrible que atraviesan los porteños, está visto que es la negligencia y la banalidad del gobernador Javier Duarte, que no resuelve un carajo pero eso sí, cómo complica todo.
 
A diario se lee en los periódicos, se ven las imágenes en los noticiarios, se escuchan los relatos de la gente, el desmadre provocado por la falta de agua, en la llamada capital del sur de Veracruz.
 
En las colonias, la gente suplica que les envíen pipas que les suministren agua. En el centro de la ciudad, la gente va a las instalaciones de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento con cubetas, garrafones vacíos, tinacos de plástico. Todos se pegan a las mangueras y ahí alivian un poco la escasez.
 
A otros se les ve en las tiendas de autoservicio. Unos van a las plantas de agua purificada. Todos ven cómo solucionan un problema creado por el gobierno, no por el pueblo.
 
Los que no tienen dinero, tienen que esperar a que las pipas que envía el ayuntamiento lleguen a su colonia, si es que llega. Los que tienen más capacidad económica están desembolsando algo que no tenían contemplado en su presupuesto.
 
Y los políticos ni se afligen porque para ellos hay pipas de agua gratis, la que les envían sus jefes del gobierno, y con parte de esa agua hasta rellenan sus albercas.
 
El sistema de agua potable no tiene la capacidad para el suministro a toda la población. La presa Yuribia abastece en un 80 por ciento. Ahora, al haber acordado los operadores del gobernador que disminuyera el envío de agua para no secar los yacimientos y evitar que se sequen los afluentes que aportan el caudal a la prensa, la situación se puso más cañona.
 
Siempre se le echó la culpa a los ejidatarios de Tatahuicapan. Que ellos eran los que cerraban las válvulas, que ellos eran los que traían como rehenes a los habitantes de Coatza, Mina y Cosolea, que ellos chantajeaban al gobierno.
 
Ahora no hay protestas. Los maestros no han realizado acciones sobre el Yuribia; los ejidatarios tampoco. Los funcionarios de la Comisión de Agua y Saneamiento le echan la culpa al estiaje. Y como no tiene boca ni cómo defenderse, pues miéntenle la madre al pinche estiaje.
 
El problema es de fondo. El gobierno de Javier Duarte no ha mostrado capacidad para resolver el suministro de agua para Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, tres municipios de gran potencial económico porque en ellos hay actividad industrial, que es lo que mueve la economía de la región.
 
Ahora está claro que no falta el agua por culpa de los maestros o de los ejidatarios. Falta porque el Yuribia es insuficiente y no hay proyectos para hallar nuevas fuentes de abastecimiento.
 
Pero la bronca pudiera ser menor si Coatzacoalcos tuviera autoridades menos agachonas y sumisas; si tuviera un presidente municipal con tamaños —o con los huevitos menos tibios— ya se tendría presupuesto para perforar más pozos en la ciudad y en la zona de Canticas.
 
Este gobierno es de pura saliva. Las obras son de palabra. El gobierno de Fidel y ahora el de Javier Duarte han convertido a los sistemas de agua en botines políticos, cuyos recursos no se emplean para realizar obras que abastezcan de agua a la población o para mejorar la red de distribución actual.
 
Los recursos oficiales sirven para engrosar las fortunas personales de quienes manejan las dependencias, para darse vida de reyes, para fundar empresas o crear millonarios negocios. Y el gobernador en turno se lleva su parte.
 
Yo creo que una buena medida sería que dejen una semana sin agua al gobernador. Que doña Karime lave con agua de cubeta, que Javier Duarte se bañe con agua de pozo, y que salgan a comprar sus garrafones para guisar. Como dicen, trátenlo como ciudadano de tercera, como los políticos tratan el pueblo.
 
Nomás pa’ que vean cómo se siente.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.