Si hay alguien ruin es Sergio Rodríguez, el perredista. Si hay alguien perverso es Marco Antonio Estrada Montiel. Si hay algo oscuro y maloliente, es la política de Las Choapas.
 
A espaldas del pueblo, del movimiento “Todos somos Las Choapas”, del antitronquismo, a espaldas de la decencia y de la gente con principios, el brazo derecho de Renato Tronco, Javier Basáñez Silván, mejor conocido como Pipo, será el próximo síndico municipal.
 
Pipo entra por la puerta trasera, como los ladrones en la noche, como la gente sin dignidad, en una negociación entre las sombras que presagia un caudal de protestas porque no se puede combatir las corruptelas del Ratón Vaquero si al lado del alcalde estará el mayor de los tronquistas. Ahora es el candidato a síndico del PRD.
 
La noticia me sacudió. La leía en mi Presencia de ayer. Se me agrió el desayuno. Y de ahí me puse a pensar, como seguro le ocurrió a muchos, a la gente de bien, que somos mayoría en Las Choapas.
 
Marco Estrada lo supo siempre. Ahora dice que no. Cuando inscribió su planilla ya lo sabía. Dice que fue un acuerdo del líder estatal del PRD, Sergio Rodríguez; que sólo le dijo que sería una posición para un petrolero, y que luego salió con que era el Pipo. Y yo seguro me chupo el dedo y que se la creo.
 
Eso es perverso. Marco jugó con su gente. Le ocultó a los panistas, a los priistas que no jalan con Renato, a los integrantes de “Todos somos Las Choapas”, a usted y a mí, que un tronquista iba a estar en la posición de síndico. Y eso es ser tan vil como Renato.
 
Ahora dice que no hay pex. Que ganando va a tener los siete regidores de su lado, que van a ser mayoría en el cabildo, que a Pipo lo va a arrumbar como le sucedió a Sergio Guzmán con Tronco. Eso es absurdo porque Sergio se aisló para no prestarse a las raterías de Renato ni a estampar su firma en contratos que le habrían resultado responsabilidad en el futuro.
 
Lo de Sergio Rodríguez ya ni extraña. Es el mismo esquirol de tercera que se prestó para destruir la alianza PAN-PRD en la elección de 2013. No era líder. Lo impusieron Fidel Herrera y Javier Duarte y con eso partieron al PRD en dos. Y así, divididos, los tribunales no validaron la alianza con los pitufos azules.
 
Este Sergio es el mismo palero que al inicio del gobierno de Javier Duarte fue director del Servicio Nacional de Empleo en Veracruz. O sea, fue empleado del gobernador y luego lo usaron para reventar al PRD, imponiéndolo como líder estatal.
 
Lo de Basáñez tiene lógica. Lo fraguó Fidel, lo validó Duarte y lo consumó Sergio Rodríguez. Así dejan quieto a Renato, amarran a Marco y que siga la fiesta porque a Tronco no lo van a tocar. Sus transas van a quedar impunes aunque ya no va a tener poder.
 
Se sabe que Sergio Rodríguez y Javier Duarte llamaron a Marco. Le apretaron los transistores y tuvo que aguantar. Si quería que el PRD lo inscribiera como candidato, tenía hacerse güey con lo de la sindicatura y que llegara Pipo a esa posición, aunque ello representara una traición a su gente.
 
También se sabe que una vez en la presidencia municipal, Marco Estrada va a aprobar que la terminal de autobuses se vaya al rancho Tronquini, y así Renato va a salirse con la suya, con un negocio que no quiere perder.
 
Esto tiene el sello de Fidel. En el 2010, le dijo a Tronco que era su mejor guerrero y que “tú puedes hacer lo que quieras”. A Marco Estrada, que ya andaba como Duarte, bien reapendejado, le dijo: “Dale a todos, en campaña dale a todos”. Así lo dijo y consta en las grabaciones que difundió la prensa nacional.
 
O sea, Fidel es un embaucador y le gusta que su gente aprenda a embaucar.
 
Marco lo sabía. Pero si hubiera abierto la boca antes del registro, la gente se le hubiera volteado, como comienza ocurrirle. Él lo niega y dice que fue una decisión del PRD estatal, que fue una negociación de Sergio Rodríguez. ¿Decisión? Fue una imposición y Marco Estrada no tuvo los tamaños para decir no.
 
¿Qué fue lo que negoció Sergio Rodríguez? ¿En qué consisten los acuerdos que suscribió el líder del PRD estatal? ¿Acaso que el PRI no postulara candidato en Las Choapas? ¿Acaso el retiro de la vida política de Renato Tronco?
 
Esto no estaba turbio pero ya lo está. Con la fuerza que representa la alianza de panistas y perredistas, Renato y su hermano Miguel Ángel estaban perdidos de antemano. La victoria de la oposición se percibía en todo Las Choapas. ¿Había necesidad de concederles la sindicatura?
 
Por eso los antitronquistas están que se los carga la madre. Y tienen razón. El silencio de Marco Estrada es una traición. Su argumento de que con los siete regidores de su planilla tendrá mayoría en el cabildo, es una estupidez. A la gente que se partió el queso en las colonias y en la zona rural, a Carolina López Aguirre, a Álvarez Yamada, a Timoteo Aguirre, a todos debió hablarles con la verdad.
 
Marco confía en que arrasará en la elección. Dice que el PRD se llevará todas las regidurías. ¿Será?
 
Muchos de sus seguidores ya están pensando en inutilizar la boleta, en votar por un candidato independiente, o simplemente en no votar. Marco no va a tener la votación que se esperaba pues el desencanto se traduce en voto de castigo.
 
Y si Renato Tronco manda línea para votar por el Partido del Trabajo, esos votos le permitirán apretar la votación y meter tres o cuatro regidores, que sumados al voto de Pipo Basáñez, lo llevará manejar el cabildo desde fuera del ayuntamiento.
 
El asunto le duele a los antitronquistas. Pero deben entender que si la votación se le cae al PRD, pierden todos. En cambio, con los siete regidores amarillos adentro, la mayoría no la tendrá ni Marco ni Tronco; la tendrán los siete regidores. Y esa sería una buena solución.
 
Cosas que tiene la vida. El que decía combatir a Renato permitió que un tronquista se convierta en síndico.
 
Esto huele mal. Apesta Fidel, apesta Duarte, apesta Sergio, apesta Marco, apesta Pipo, apesta Renato. Apestan todos.
 
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