Aquí, en Las Choapas, sucedía de todo y no pasaba nada. Ahora no. Ya cayó Renato Tronco; deja la política. Su hermano Miguel Ángel no buscará ser alcalde. Marco Estrada traicionó a su gente. Pipo Basáñez pudo ser síndico pero infiltrado en el PRD. El PRI no postuló candidato. Y la alianza de oposición se fracturó en la recta final.
 
Si esto no es de locos, entonces que alguien me diga en qué estoy.
 
Hay una nueva. Es el bálsamo para los que se encabritaron por la inclusión de Javier Basáñez en la planilla de Marco Estrada por ser el más tronquista de los tronquistas. Es el truene de la alianza de facto PAN-PRD. Es el regreso de Carolina López Aguirre.
 
Ya el PAN no quiere nada con Marco Estrada. Y hace bien. Marco es chaquetero. No pierde lo priista aunque ya no milite en el PRI. Es maniobrero. Se presta a los enjuagues del gobierno con la rata mayor amarilla, Sergio Rodríguez Cortés, el líder estatal del sol azteca, que impusieron a Pipo como candidato a síndico provocando la furia de los antitronquistas.
 
Caro era quien ocupaba esa posición. En aras de fortalecer la alianza, puso su espacio a la disposición. Le dijeron que sería un petrolero, sin mencionarle su nombre. Y sí lo es. Pipo Basáñez es trabajador de Pemex pero muy al margen de la Sección 26. Él es operador de Renato Tronco y sólo al Ratón Vaquero sirve.
Los petroleros no van con el PRD, menos con Pipo, ya lo dijo el líder Carlos Jiménez “No nos prestamos a ese juego perverso”. Solo bastaron esas palabras para ponerlos en su lugar.
 
Al saber de esa traición, Caro se abrió del proyecto. Lamenta que Marco Estrada falte a su palabra, que no sea leal con quienes fueron a la zona rural a levantarle la imagen, a convencer a gente que no cree en él porque como diputado fue un pinche desperdicio.
 
“No es una persona que tenga palabra”, dice Carolina López. Y asegura que si llega a la alcaldía, Marco no será un buen presidente municipal.
 
Otra panista, Rufina Moreno Palma, fue víctima de las tretas de Marco Estrada y su esposa Gloria Ochoa. Era candidata a regidora, pero cuando la registraron en Xalapa la hicieron firmar una renuncia irrevocable. Primero le aplicaron la aburridora. Gloria Ochoa le sugirió irse a comer porque el trámite se llevaría horas.
 
Después comenzaron a llamarla, que debía presentarse urgentemente. Y cuando le mostraron los documentos, se trataba de una renuncia irrevocable a la regiduría. Y fírmele porque si no hay regiduría. Y tuvo que aceptar. Lo peor es que la que le pedía la renuncia era la secretaria de Marco Estrada porque el tipo no tuvo los pantalones para hacerlo.
 
Rufina Moreno ya se las volteó. Si la obligaron a firmar una renuncia irrevocable, ahora los mandó al carajo. Que la hagan efectiva si quieren y que se vayan solos en esta elección. A ver quién vota por semejante traidor, ahora aliado del tronquismo.
 
Eyesenia Roldán Lagunas la canta derecha: la alianza está terminada. La dirigente del PAN local dice que con el PRD ni madres, ni a la esquina. Marco Estrada ya dio muestras de lo que es capaz de hacer. Lo de las renuncias de los candidatos a regidores es una; lo de la tercera regiduría que le tocaba al PAN, según el acta notarial, y que no se la dieron, es otra. Y entonces mejor irse por la libre porque quién sabe qué otras marrullerías les va a hacer Marco Estrada.
 
Lo de la alianza no tiene vuelta. Está rota y no hay marcha atrás. En cuestión de horas van a decidir quién queda como candidato a la alcaldía. Suena el nombre de Carolina López Aguirre por su trabajo, por su trayectoria, por su congruencia, porque no se presta a los enjuagues tronquistas.
 
Carolina López asegura que si la hubieran colocado en la disyuntiva de aceptar a un síndico de la corriente tronquista, ella hubiera renunciado.
 
Marco Estrada no lo hizo. Dice que se lo impuso el PRD estatal, que fueron acuerdos que firmó Sergio Rodríguez. Pipo Basáñez dice que no es así. Sostiene que Marco lo invitó. La verdad, yo no le creo a Pipo porque sólo busca echarle más leña al fuego y los tronquistas felices con la crisis que se creó.
 
La posibilidad de que Caro sea la candidata son altísimas. Es la figura del PAN, la que enarbola la bandera del antitronquismo, en la que se generan sentimientos de lealtad y congruencia. La conocen en la zona urbana y en la zona rural.
 
Si la gente del campo votó por Marco Estrada en la elección de 2013, fue por Carolina López. Ella habló con la gente. Los convenció. Ellos no querían. Decían que Marco no les arreglaba sus problemas, que sólo les llevaba juguetes o cemento, pero que no hizo nada como diputado.
 
Carolina le acarreó gran parte del voto que tuvo Marco Estrada de los choapenses en la zona rural. Y ese voto no es de Marco ni la gente se lo va a dar a un traidor. Ese voto es de Carolina y el PAN lo puede capitalizar.
 
Lo que son las cosas. Cuando el PRD tenía la alcaldía en la bolsa, terminó por ponerlo en la basura, que es donde debe de estar.
 
En Las Choapas lo que impera es el repudio a Renato Tronco. La gente golpeada por el cacique; los despojados, los torturados, los que lo han visto enriquecerse, los que conformaron el movimiento “Todos somos Las Choapas”, creyeron en Marco Estrada y lo llevaron enfrentar al tronquismo, ganarle en las urnas, perder en los órganos electorales y a una elección extraordinaria por decisión del tribunal electoral.
 
Ese sentimiento anti Renato estuvo con Marco Estrada porque lo creyeron leal y genuino. Hoy no lo está porque la inclusión de Pipo Basáñez se convirtió en una descomunal traición a miles de votantes.
 
Es el PAN, con su decisión de abrirse de la alianza y dejar solo al PRD, el que concita el sentimiento antitronquista. Y una de sus figuras, quizá la más emblemática, es Carolina López Aguirre.
 
Hoy se verá si el PAN puede, y quiere, aprovechar el momento crucial.
 
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