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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Los panistas, entre el odio y el jolgorio

21/05/2014 10:06 a.m.

Los panistas también tienen lo suyo. Sueltan madres cuando pueden, se trenzan del chongo, se insultan, se acusan, compiten por el poder y si es necesario, arremeten contra sus adversarios, sean del PAN o sean de cualquier otro partido político. Eso de que son persignados ya nadie se los cree.

Si no, chéquense a Madero y a Cordero. Hicieron campaña, Madero por la reelección y Cordero para llegar a la dirigencia nacional. Se dieron duro. Acusaba Cordero que Madero usó fondos ilícitos, y Madero filtró algunos pasajes oscuros de Cordero en el Senado.

Llegó la elección, el domingo 18, y en Veracruz, como en todo el país, Madero se impuso a Cordero. Increíble pero cierto. Sobre todo porque arremetieron las cuatro o cinco corrientes panistas contra los Yunes azules, Miguel Ángel y sus chamacos, el Chiquiyunes y el Chiquinando.

No sé a ustedes, pero a mí me divirtieron. Tienen fama de aburridos, de no ser como los perredistas ni tan malévolos como los priistas. Pero lo cierto es que fue una contienda en que salieron chispas y se lanzaron ajos y cebollas.

La nota la puso Fernando Yunes Márquez, el senador, cuando le llamó cobarde al alcalde de Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol. Lo acusó de andar comprando el voto de los panistas para que votaran por Ernesto Cordero.

“Alcalde: no sea usted cobarde. Mañana lo denunciaré en la PGR. Soy el senador Yunes”. Con ese recado en el buzón de voz del teléfono celular de Caballero, el Chiquinando le advirtió al alcalde de Coatzacoalcos pues el edil no le tomó la llamada.

A los Yunes les preocupaba que los priistas se metieran en la elección. Ellos le apostaron todo a Gustavo Madero y con él se la jugaron. Si Madero ganaba, es seguro que uno de los tres, Miguel Ángel viejo y sus hijos Miguel Ángel y Fernando, será el candidato del PAN al gobierno de Veracruz.

Sabían que el gobernador Javier Duarte iba a tratar de manejar la votación. Los priistas tenían línea. Alcaldes y diputados y líderes panistas en cada municipio tenían la encomienda de llegar hasta los militantes del PAN y pagarles para que votaran por Ernesto Cordero.

O sea que el gobernador se la jugó con Cordero mientras el Presidente Enrique Peña Nieto quería que el ganador fuera Gustavo Madero porque es el que le firmó el Pacto por México y que está dispuesto a sacarle las leyes reglamentarias.

En Veracruz, la victoria fue de Madero, aunque los grupos contrarios a los Yunes aseguran que ganó Cordero. Lo que es no tener vergüenza. Todas las corrientes, los de Cambranis, los de Julen Rementería, los de Bueno Torio y hasta los de Buganza, trabajando contra los Yunes y perdieron.
En el sur, la votación no deja lugar a dudas. Madero venció a Cordero en Coatzacoalcos, Minatitlán, Acayucan, Oluta y Agua Dulce. Sólo hubo un empate, en Las Choapas, con 29 votos cada uno. Los Yunes iban con Madero y ganaron.

Con su intromisión, el gobernador Duarte permitió ver que los panistas se dan con todo, que les gusta el golpe bajo, el piquete de ojos, el puntapié y la zancadilla. Y sólo les faltó una que otra patada voladora al estilo del Santo y Blue Demon que se verá de aquí al 2016. En la elección federal de 2015, los panistas disputarán las candidaturas plurinominales como si fueran perredistas, con elecciones internas para saber quién amarra llegar al Congreso sin hacer campaña. Y qué decir de la elección para gobernador, que por ahora, con el triunfo de Madero de Veracruz, todo indica que será para los Yunes azules.

Detrás de esta disputa, detrás de la elección entre Madero y Cordero, está lo mismo que persiguen todos los políticos: el poder, el dinero, el control de su partido.

La lucha es encarnizada. Los panistas son como los priistas, como los perredistas y como todos. Los mueve el poder y aquello que el poder permite: los negocios, la capacidad de negociar, la supremacía sobre los demás.

Los panistas ya no son como aquellos que se la pasaban en misa, que se rezaban un rosario, que comulgaban y hacían ayunos. Ahora son como cualquier político que ofende y amenaza, que disputa el poder y se defiende del ataque de sus enemigos. Así son.

(Comentarios y tips a: [email protected])


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