Renato Tronco salió del Congreso como ratón fumigado. Lo atosigaban los periodistas. Le decían que si se iba o se quedaba, que si dejaba la política y por qué, que si era un berrinche, que si lo presionaron. Y Renato mejor huyó.

Le llegaban a Renato Tronco las preguntas como si le disparara una AK-47. “Díganos”, le pedía un reportero. “Díganos” le exigía otro. Y mejor cantinfleaba, que es lo que mejor le sale, sacando palabras y más palabras como si tuviera diarrea mental, pero no contestaba ni madres. Bueno, hasta una reportera quería saber si había grabado su disco, que porque se siente cantante y hasta se cree el Joan Sebastian de petatiux.

“No lo dejen salir”, decía uno de los reporteros. Otro le preguntaba que por qué afirmó que la elección extraordinaria de Las Choapas ya estaba arreglada. Renato respondió que sólo había expresado que las condiciones no estaban dadas para enfrentar una elección el 1 de junio.

Y de ahí se soltó con su palabrería, casi acusando a los periodistas que ellos habían escrito de más. “Ni jaladas, ni moradas, ni estiradas”, decía Renato con esa finura que le caracteriza. Le preguntaban si la bronca era con la lideresa estatal del PRI, Elizabeth Morales García, y Tronco volvió a payasear: “Yo creo que ustedes escribieron mucho, imaginaron mucho, hablaron por muchos y fue su-fi-cien-te. Con eso imaginan, arman, cuadran, suponen”.

Los reporteros le recordaban lo que en su momento Renato Transa había expresado, que se retiraba de la política. A manera de burla, les decía que un mes y medio antes les había declarado que esta iba a ser la elección más tranquila de la historia en Las Choapas. “Va a ser inédita”, señaló.

Le preguntaban a qué acudía al Congreso. “Vengo a cobrar los meses que no me han pagado”. Y en cuanto a la derrota del PRI al no presentar candidato a la alcaldía, señaló que al no haber registro, no habría ni derrota ni victoria.

Tres cosas que le gustaron y tres cosas por las que deja la diputación. La pregunta lo desconcertó: “Los salarios”. Renato rió. “Está muy buena la curul”.

Le pidió un reportero que hablara con toda seriedad. “Fue muy claro, fue muy preciso, fue rotundo. Es sin reversa. Desde la declaración, desde el anuncio, desde mi posición, está claro”, les dijo. Pero seguía negándose a responder por qué dejaría la diputación y se retiraba de la política.

Le insistían. ¿Por qué te vas de la política? Y persistía en lo mismo: “No están dadas las condiciones para que yo esté aquí, en esta responsabilidad”.

Renato está en un callejón sin salida. Va al Congreso a cobrar los meses de salario que le deben, pero tiene el récord de faltas. Es el diputado que menos se presenta, que menos trabaja, que menos participa. Y todavía justifica sus faltas para que no lo echen por elemento gacho.

Para los periodistas de Xalapa es la nota del día. No habla porque sepa sino porque tiene boca y algo tiene que decir. Pero en lo esencial, en lo importante, en lo que debiera dejar clara su posición, prefiere sacarle la vuelta al bulto.

A su gente no le dijo por qué se va de la política. A todos les suelta lo mismo: que no están dadas las condiciones. ¿Y cuáles son esas condiciones?

Renato Tronco no tiene el apoyo del gobernador. Si así fuera, el candidato a la alcaldía sería su hermano Miguel Ángel. Pero les cerró la puerta Javier Duarte porque ya no garantizan el triunfo del PRI. En la elección los iban a barrer y ni con fraude lograrían evitarlo.

Renato hizo su show en el Congreso. Los periodistas preguntaban y él exhibía su falta de argumentos. Me recuerda a Fidel Herrera, que siendo gobernador hacía lo mismo. Recurría a los chistes, a las bromas, al juego de palabras para hacerse el simpático.

Cuando a Fidel le preguntaron si en Veracruz había Zetas, dijo que habían marionetas pero no zetas. A Renato lo cerca la prensa y dice que no hay “ni jaladas, ni moradas, ni estiradas”.

Eso es lo que yo veo como un payaso metido a político. Renato engañó mientras pudo, pero la elección de 2013 lo dejó vacío y sin capital político qué ofrecer. Su gente del campo le dio la espalda, la gente de la ciudad igual; tuvo que robarse los votos, que manipular a los órganos electorales, porque de otra forma nunca hubiera pisado el Congreso y la derrota de su hermano Miguel Ángel para alcalde habría sido peor.

Cuando los periodistas dicen: “no lo dejen salir”, es porque ya encontraron al payaso que les va a dar la nota del día siguiente. Sólo por eso lo quieren entrevistar, pues no tiene nada bueno que declarar

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