Les hemos aguantado todo: una reforma educativa que tiene más de laboral; maestros en las calles en son de protesta; días sin clases por el conflicto magisterial; imposición de gente del maestro Callejas a los que nadie quiere; broncas por los dineros de las cooperativas escolares. Y ahora, la disputa por un Tecnológico a punta de bala.
 
En Las Choapas pasa eso y pasan cosas peores. No todos los maestros son malos, pero hay unos que sólo están ahí por chambistas, porque encontraron su modus vivendi, porque ya aseguraron su futuro y porque ven en las instituciones una fuente de riqueza y ambición.
 
El caso del Tecnológico de Las Choapas es para encabritar a cualquiera. Que llegue un grupo de delincuentes, que se quiera meter al plantel y que porque se los impide el vigilante, lancen disparos, es un acto criminal.
 
Pues aquí sucedió. Esto pasó el 28 de mayo. Eran poco más de las 3 de la mañana. Llegaron en un automóvil Tsuru. Bajaron cinco individuos. Le exigían al vigilante que abriera el portón. Él se negaba. Entonces le mencionaron un nombre: Nava. Y le dijeron que Nava era el que mandaba en el Tec.
 
El vigilante los mandó a la fregada. Los tipos abrieron fuego contra el plantel. Se escucharon siete detonaciones. Rompieron algunos cristales y dejaron la huella de los impactos en las paredes. El guardia no se atemorizó. Apretó el gatillo de su escopeta y disparó al aire.
 
Los cobardes huyeron. Minutos después llegaron refuerzos, miembros de la Policía Auxiliar. Pero de los agresores ni sus luces. En la discusión, el guardia no puedo observar las placas del automóvil en que viajaban.
 
Al día siguiente, el director del Tec, Alfredo Jaén, presentó la denuncia ante el Ministerio Público. En el lugar hallaron cuatro casquillos y los estragos en el plantel.
 
Ya sé que están pensando. ¿Y esto por qué? Pues porque Renato Tronco ya se tuvo que ir con su música a otra parte y los tronquistas quedaron descobijados, sin santo al cual encomendarse, sin padrino que les dé sombra y sin cacique que los solape.
 
El Tec de Las Choapas va a dejar de ser tronquista. Su director, Alfredo Jaén, es un mero adorno. Ya nadie lo pela. En los últimos meses es un cero a la izquierda. Y peor desde que el Ratón Vaquero anunció que dejaba la política. Jaén es su empleado y por eso todos lo ignoran, porque ya no le ven poder y su padrino está más desvencijado que una carcacha.
 
La lucha por el control del Tec de Las Choapas está a punto de desbordarse. Es previsible que Marco Antonio Nava Argüelles, el líder sindical, ande caliente por convertirse en el nuevo director, al estilo de Ricardo Orozco Alor, el del Instituto Tecnológico de Coatzacoalcos, que de dirigente del sindicato de empleados pasó a ocupar la dirección del plantel.
 
Nava se dice limpio. Asegura que es ajeno al ataque al Tec, pero allá los que le quieran creer. Hasta presume que está estudiando un doctorado. Ha de ser de los de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, que son igual de patito que los del gobernador Javier Duarte.
 
Si no lo conociéramos. Nava es el mismo que se ha valido de su cargo sindical para poner de cabeza al Tec de Las Choapas. Con cualquier pretexto presionan a los directores y por eso hasta los delincuentes dicen que ahí “se hace lo que Nava ordena”.
 
A Nava lo han tratado de parar con la creación de otro sindicato, el de los llamados “administrativos”, que dirige Francisco Córdoba Montero, pero ni así. Nava cree que el Tec es de su propiedad; que allí mandan los sindicalizados y ven a la institución como un botín por el manejo de presupuestos, por la presión que puedan hacer hacia los directivos y por el control que puedan tener sobre los alumnos.
 
Lo que Marcos Nava hace es porrismo. Así se enfrenta a la dirección del Tec de Las Choapas. Y si llega a ser el nuevo director, va a tratar de tener a sus incondicionales en el sindicato. Y de esa forma hacer del Tec un negocio redondo.
 
Lo que no se vale es que en esta lucha de poder lleguen cinco delincuentes, traten de meterse al Tec y terminen disparando contra el plantel. Eso a nadie se le debe permitir. ¿Y saben por qué? Porque el Tec es una institución que le pertenece al pueblo. Ocurre lo mismo que en el CBTis, que se ha convertido en un botín de piratas de al educación.
 
Estamos viviendo un caos. Renato se queda sin poder y ahora todos quieren hacerse justicia por mano propia, ocupar cargos públicos, enriquecerse con el presupuesto de las escuelas y hasta atentar contra las instituciones.
 
Ya es hora que el gobierno federal y estatal metan orden, y que lleven ante la justicia a los criminales. Ya es hora.
 
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