La Piojita ya conoció las redes sociales. Sabía lo que era enviar un mensaje, recibir una respuesta y continuar la vida, como todos, como si nada hubiera ocurrido.
 
Pero el martes nada fue igual. Tras la derrota de la selección mexicana de futbol 1-0 ante Bosnia, Mishelle Herrera, hija del director técnico del TRI, Miguel Herrera, cometió un error que la hizo trending topic, lo más seguido, lo más consultado: reclamó, insultó y fue destazada.
 
La Piojita, como firma su cuenta de Twitter —@mishelleha00—, envió el siguiente mensaje: “Haber tetos es el primer partido que perdemos después de 7 y es amistoso y sólo fue por un gol #Estupidos (sic)”.
 
Y soltó otra: “Cuando ganamos todos somos México, cuando perdemos se bajan de barco, pues quédense abajo, sólo estorban”.
 
La respuesta fue desproporcionada. Comenzaron a emitirse miles de tuits. La insultaron, se burlaron, le crearon memes, le recomendaron clases de ortografía por escribir “haber” cuando debió decir “a ver”; la acribillaron.
 
Los memes eran diversos. En uno, en la foto arreglada, se le veía junto al Chavo, y éste diciéndole al profesor Jirafales: “ ‘Haber’, qué bruta póngale cero”. En otro se observaba su rostro pero con el cabello lacio, rubio, como lo usaba su padre cuando era jugador en activo. En uno más, aparecía con varios integrantes de la selección mexicana. En otro, se ve a una niña que presume: “Ya me voy a Brasil, tetos”.
 
Miguel Herrera había despotricado contra la selección de Bosnia por haber presentado una alineación distinta a la que anunció antes del encuentro. “Es una marranada”, dijo. Era la impotencia del momento. Ante la derrota, una frase visceral. Y ahora los tuiteros mostraban el dibujo de una marrana, Piggy, con el cabello al estilo Herrera,
 
Esa fue la parte menos cruda. Le llovieron insultos. La hicieron talco. Los tuiteros, sobre todo los que usan pseudónimo, la agraviaron con actitud soez. Aquí, algunos:
 
“¿Quién chingados es la #LadyPioja? ¿Y porque no me esta lavando mis calzones? Seguramente porque se la pasa viendo @laurabozzo ¡'uta madre!
 
“@mishelleha00 de tal #tetos tal #LadyPioja !!!
 
“#ChingueAsuMadreMiguelHerrera y su hijita estúpida, productos chatarra
 
“¡vaya pifia, a ver si no se ofende Miss Piggy! Jejejeje NO peggy, Piggy; "cerdita" en español”.
 
La Piojita se disculpó, pero no logró amainar el vendaval. Peor porque su padre, Miguel Herrera, salió a defenderla. Y lejos de mostrar humildad, terminó retando a los virulentos tuiteros. El Piojo es el Piojo y no va a cambiar.
 
Mishelle Herrera cometió un error semejante al de Paulina Peña, la hija de Enrique Peña Nieto, cuando era candidato a la Presidencia de México. Paulina se engalló ante las críticas por el ridículo de su padre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, al no poder citar tres títulos. Las redes se lo acabaron y la niña llamó proles a quienes fustigaban al priista.
 
Este nuevo episodio es reflejo del poder de las redes sociales. Mishelle Herrera dio la pauta e hizo mayor el escándalo. Su disculpa no valió. La andanada ha seguido y la perseguirá hasta después del Mundial Brasil 2014.
 
Algunos personajes, entre ellos diputados, actores, deportistas, comunicadores, salieron en su defensa. Los tuiteros son implacables, pero muchos insultan desde el anonimato, sólo por hacerlo, y eso tampoco se vale.
 
Twitter, Facebook y otras redes son hoy el refugio de la sociedad que no se ve en los medios de comunicación. Ahí están los intelectuales, los políticos, los empresarios, los periodistas, los deportistas, los artistas, los profesionistas, los que no estudiaron, la sociedad y hasta los miembros del crimen organizado. Las redes son para todos.
 
Su poder es ilimitado. Por eso preocupan al gobierno. La gente habla sin freno. Quizá habla de más. A menudo se excede. Son libertinos porque su libertad ha sido acotada en los medios de comunicación.
 
En las redes sociales se dice lo que no se escuchará en la radio, lo que no se verá en la televisión, lo que no leerá en los periódicos. Como están las redes en la actualidad, la libertad se ejerce a plomo. Y la sociedad participa.
 
El poder de las redes le quita el sueño al gobierno. De ahí que la reforma de las telecomunicaciones intente restringir el uso de internet, darle facultades al gobierno para bloquear señales, tumbar portales electrónicos.
 
El caso de La Piojita muestra que un par de comentarios puede encender las redes. Hace un mes el tema fue otro: la megamentada a Peña Nieto, en pleno 10 de mayo. Los asesinatos de periodistas se vuelven trending Topic; los escándalos de los políticos también; la muerte de García Márquez igual.
 
Dos palabras: tetos y estúpidos, hicieron famosa a Mishelle Herrera. Su disculpa no sofocó las burlas y los ataques. Las redes sociales son así. Lo que sube no baja. Y a lo que se dispara es mejor darle tiempo hasta que se diluye en el tiempo.
 
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