Hay, y mucho, cuando se trata de darle a los ricos, a la diversión, a la fiesta, al paseo de la alegría, a la chica bonita, a la candidata a reina de belleza. Para eso si hay presupuesto, y si no, pues a sacar dinero de donde sea.
 
No hay, si se trata de brindarle ayuda a un pobre, de darle un permiso de bajo monto a un vendedor ambulante, hacer una verdadera obra hidráulica para dotar de agua a una comunidad rural. Para eso no hay, así sean las necesidades más urgentes, lo que la sociedad demanda, lo que exige para tener una vida menos difícil.
 
Así le está ocurriendo a Agua Dulce. Los vecinos ven a un alcalde, Daniel Martínez González, que aún no le cae el 20, que aún no se entera que este ayuntamiento, que esta presidencia municipal, ya comenzó, y que se gobierna para el pueblo o mejor no se gobierna.
 
Daniel es casi, casi, como un cero a la izquierda. Cree que la alcaldía es el sindicato petrolero, que el palacio municipal es la Sección 22, que los empleados son trabajadores de planta y que el pueblo son los sindicalizados, a los que se les trata como obrero general y si no hay turno esta semana, que se jodan.
 
Daniel, dígolo con pesar, no sabe gobernar.
 
Le aprobó el cabildo que el ayuntamiento de Agua Dulce financie la participación de Melannie Ricárdez Ángulo en el concurso Nuestra Belleza Veracruz, que produce Televisa, cueste lo que cueste, así tenga que tirar la casa por la ventana.
 
Pero qué diferencia con las necesidades del municipio. Daniel Martínez dice que no hay recursos, que el ayuntamiento anterior le dejó una enorme deuda, que hay que pagar una nómina muy elevada.
 
Cuando los comerciantes se acercan a la tesorería, les dicen que no hay manera de bajarles el precio de los permisos para que vendan sus productos en la vía pública.
 
Tampoco pudo ayudarle a don Juan Rueda Palma cuando éste solicitó ayuda para comprar una cama ortopédica para su mamá. Si don Juan tiene 73 años, imagínense cuántos ha de tener la señora. Y nada, el alcalde no lo pudo ayudar, porque no hay recursos.
 
Si don Juan hubiera tenido su sex appeal, pues quizá sí. O si hubiera tenido la cara de Brad Pitt, el alcalde le hubiera patrocinado la cama ortopédica, pero no es su caso. A las aspirantes a Nuestra Felleza Veracruz todo; a los feos y viejitos, nada.
 
Daniel Martínez dice que no puede ayudar a los jodidos. Para ellos no hay presupuesto. Pero qué tal la compra de aparatos de aire acondicionado. Ahí se gastó 80 mil pesos. Todo sea para que el alcalde y su séquito trabajen a gusto, sin derramar una sola gota de sudor.
 
Esta semana, los habitantes de la colonia Piedras Negras lo esperaban para arrancar el pozo “Cuauhtémoc” para abastecerlos de agua. Quedó muy formal que iría a las 11 de la mañana, este lunes. Por alguna razón, llegó a las 10. Y como no había gente, se fue. Se vio informal y descortés.
 
Los pobladores querían que estuviera ahí. Querían que constatara que el agua del pozo sale con un color amarillento. Se presume que está contaminada con residuos de fierro, porque ahí fue una pera de Petróleos Mexicanos, una represa en la que vertían los residuos industriales, en los años 70.
 
El domingo el personal de CAEV notó que el agua despedía un olor desagradable y que el agua estaba amarillenta, pese a que se instaló un catalizador con valor de 550 mil pesos.
 
Después que fue represa, se convirtió en área verde. Por esa razón escogieron el lugar para hacer el pozo, durante la administración 2005-2007, cuando Agustín Aguilar Ibarra fue alcalde. Sin embargo, los habitantes de Piedras Negras se negaban a que de ahí se extrajera el agua. “No nos escucharon”, dicen ahora.
 
Sin embargo, el pozo Cuauhtémoc no se usó. Los habitantes del lugar se abastecen del agua que Pemex les proporciona. Sin embargo, hace un año que padecen la escasez. El convenio fue que cuando el pozo funcionara, Pemex dejaría de apoyar. Ahora no tienen agua ni de un lado ni del otro.
 
Lo que a la gente le enchila es que el alcalde Daniel Martínez no tenga palabra. Él quedó a una hora, llegó antes y huyó, tuvo miedo.
 
Ahora sus empleados dicen que no iba a inaugurar nada, que era un recorrido de supervisión. Sí, pues. Y los pendejos que le creemos.
 
Dicen que va a regresar. La gente ya está preparada. Si regresa, esta vez no se va a escapar, es la consigna. Así lo dicen. Y cuando a un alcalde la gente lo quiere retener, ¡aguas! Huele a ingobernabilidad.
 
Daniel no tiene recursos para dotar de agua a un poblado. No quiere desembolsar en las necesidades más urgentes del municipio. No tiene presupuesto para una cama ortopédica. No permite que a los comerciantes ambulantes, sobre todo de edad avanzada, se les haga un descuento en su contribución.
 
Pero, eso sí, tiene para financiar a Melannie Ricárdez Angulo, candidata a reina de Nuestra Felleza Veracruz, sólo porque detrás está Tele risa.
 
Eso es frívolo, irresponsable, mezquino. Y eso se lo va cobrar el pueblo.
 
¿Saben por qué? Porque Daniel no sabe lo que es compromiso social.
 
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