La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Juan Ciudadano

Los Gobernados

Todo, menos cumplirle a los de Tatahuicapan

13/06/2014 09:44 a.m.
En el nombre del pueblo, todos hablan. Habla Javier Duarte, Pancho Valencia, Silvano Aureoles. Y todos le sacan su pequeña tajada al pastel del presupuesto.
 
Hoy, de nuevo, el tema es el agua. El gobernador Javier Duarte ya se dispone a dejar de lado el conflicto del Yuribia y se apresta a iniciar el proyecto Uxpanapa. Pero no porque le nazca resolver el abastecimiento del líquido a Coatzacoalcos, sino para darle la vuelta a los compromisos con la gente de Tatahuicapan y, de paso, ganarse una lana.
 
Eso es lo que se trae entre manos el gobernador. Duarte sabe que hay que cumplir la palabra empeñada, los convenios firmados con los habitantes de la sierra de Soteapan y la parte moral del asunto. Lo sabe pero no quiere aplicarse.
 
Ahí hay proyectos sustentables que obligan al gobierno del estado a hacerlos realidad, al tiempo que se extrae agua del manantial Yuribia. Los convenios dicen que debe reforestarse la zona; que debe reciclarse parte del agua a los arroyos Tezizapa y Ocotal; que deben construirse escuelas y centros de impulso a la educación. Son proyectos que los campesinos esperan que se realicen para resarcir el grave impacto causado por la explotación de los mantos acuíferos.
 
Y lo lógico es que se hicieran realidad. Porque quien ofrece su palabra, debe honrarla. Pero Duarte no es así. Ahora se le anda colgando de la chichi a sus aliados y a sus amigos para hallar otras fuentes de abastecimiento de agua y mandar por un tubo a los habitantes de Tatahuicapan, con todo y lo que eso va a provocar.
 
Quiere que el agua llegue del Uxpanapa o del río Calzadas. Y ya trabaja el asunto en el gobierno federal, donde el que hace el alarde y lo pregona es el director de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz, Francisco Valencia, quien es un retorcido empresario de la construcción que le debe mucho al fidelismo y que el fidelismo le debe otro tanto a él.
 
Valencia dice que el asunto ya lo tamaleó con Silvano Aureoles Conejo, líder de los diputados federales del PRD, a quien describe como “aliado y amigo” del gobernador Javier Duarte, para que el apoyo al proyecto venga de arriba, del Congreso y del gobierno de Enrique Peña Nieto.
 
Si uno no conociera a Francisco Valencia podría creer que actúa de buena fe. Pero no. Pancho Valencia no da paso sin huarache. Y si no, basta recordar lo que hizo con la alianza PAN-PRD en Veracruz. Fue, le habló a los líderes perredistas estatales y nacionales y la apestó.
 
Ahora le pide a Silvano Aureoles, líder de los diputados perredistas, que el Congreso apoye ese proyecto para resolver el problema del abastecimiento de agua a Coatzacoalcos. ¿A qué costo? ¿A cuenta de qué? ¿Con cuántos millones? ¿A qué precio el “moche”? Porque así como que Pancho Valencia es una hermana de la caridad, pues nomás no.
 
Lo que se traen entre manos es un negocio multimillonario. La inversión en el proyecto Cangrejera-Uxpanapa sería de entre 800 y mil millones de pesos. ¿De a cuánto el negocio? ¿De un “diezmo”? ¿O de un “diezmo” y algunas constructoras ejecutando la obra?
 
Hoy ven como una alternativa traer el agua del río Uxpanapa. Sin embargo, hace poco CONAGUA decía que todo eran meras especulaciones. Iván Hillman, gerente de la paraestatal, afirmaba que no hay proyecto. Pero Duarte y Valencia lo dan por hecho.
 
Ahora se puede entender por qué el gobierno de Javier Duarte dejó crecer el conflicto del Yuribia. Lo dejó así porque en la medida que los campesinos y los maestros tomaban la presa y bloqueaban las válvulas, la gente de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque se irritaba. Dejaban sin agua a medio millón de habitantes que nada tenían que ver en el conflicto.
 
Así se fueron dando las condiciones para que el Yuribia fuera adquiriendo mala imagen, y que ahora cualquier solución, como es llevar a Coatzacoalcos el agua desde el río Uxpanapa o la presa Cangrejera, se vea como algo mejor para la sociedad. Quieren el aplauso de los coatzacoalquenses y lo van a lograr.
 
De esa forma no vuelve a suspenderse el suministro, le neutralizan un arma de presión a los habitantes de Tatahuicapan y el gobierno de Javier Duarte incumple sus compromisos porque ya no habría presa que tomar.
 
El asunto tiene mucho de perverso. Es malévolo alentar un conflicto por incumplir los convenios firmados, provocar el repudio social por las acciones de los campesinos de Tatahuicapan y buscar otra fuente de abastecimiento. Todo con tal de que el gobernador Javier Duarte se desafane de sus obligaciones morales.
 
Y si aparte se embolsan varios millones por la obra del Uxpanapa, qué mejor.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.