Rutilo Muñoz es como usted y como yo. Vemos la realidad y no la callamos. Nos indignamos frente a la violencia; nos preocupamos frente a la inseguridad; reprobamos el secuestro y el crimen.

Su voz es escuchada. Yo diría que muy escuchada. Es la voz del obispo de Coatzacoalcos, un alto prelado católico que habla de los asuntos del mundo cuando otros prefieren callar. Y sobre todo cuando otros nos vienen con el choro de que la delincuencia está siendo bien combatida, perseguida y hasta replegada.

Rutilo Muñoz es flota. Está del lado del pueblo. Habla por nosotros. Dice lo que trae con el alma en un hilo a la sociedad y así, con su tono pausado, como no queriendo la cosa, como un matalascallando, le refuta a la autoridad que la violencia está siendo abatida.

Le preocupan los secuestros de los últimos días, los levantones y el asesinato de un comerciante de autos y el de muchos ciudadanos más, como ocurre en el sur de Veracruz.

 “¿A quién no le duele que esto suceda en nuestra ciudad donde se supone que debemos estar con las mejores garantías de todo lo que es la organización y el cuidado de la población, de las autoridades y su responsabilidad?”, dice.

Para el obispo de Coatzacoalcos, hay una crisis de valores y ello deriva en la descomposición social, en el aumento de la violencia, en la delincuencia como una forma de vida.

 “Seguimos siendo golpeados todos por esta inseguridad y violencia, falta de respeto por la vida, sobre todo, y pues el llamado sigue siendo que tenemos que crear esta cultura de la defensa, de los valores, de cuidarnos unos a otros. Son diferentes responsabilidades pero todos tenemos que volver hacia este camino de mayor organización, mejorar nuestra convivencia y nuestros servicios pero sobre todo desde la familia”, enfatiza.

Rutilo Muñoz no requiere de grandes estruendos. No califica con palabras tronantes. No usa calificativos altisonantes. No acusa en tono de escándalo.

Pero su voz pesa.

Acaba de venir el gobernador Javier Duarte al sur y decía que vamos a toda madre en asuntos de seguridad, que hay hechos lamentables pero que la ley se aplicará “caiga quien caiga”. ¡Es Veracruz, no Fantasilandia, señor gobernador!

Vino el procurador Luis Ángel Bravo Contreras y se pavoneó con la detención de los presuntos secuestradores y asesinos del comerciante de automóviles, Rodrigo Pavón Najjar, que sabrá si son los culpables o si son chivos expiatorios.

Y los empresarios de Coatzacoalcos, que son tan gallitos para declarar y decir que el Mando Único no da resultados, mejor usaron su otra cara para comprometer un voto de confianza por la autoridad.

Ellos por el sí, pero el obispo Rutilo Muñoz por el no.
El líder de los católicos se va por el reclamo implícito. La autoridad tiene la responsabilidad de proteger a la ciudadanía. Es “su responsabilidad”, dice el obispo Rutilo.
“Seguimos siendo golpeados todos por esta inseguridad y violencia, falta de respeto por la vida, sobre todo, y pues el llamado sigue siendo que tenemos que crear esta cultura de la defensa, de los valores, de cuidarnos unos a otros”, expresa.

La frase es contundente: “Seguimos siendo golpeados”. Y el gobernador Javier Duarte nos viene a marear con el rollo del imperio de la ley y de que “el que la hace, la paga”.
Yo diría que para qué chingaos estar esperando que alguien la haga para que la pague, si la función de la autoridad es evitar que alguien la haga.

La cultura de la sociedad es de autoprotección. A eso llama el obispo Rutilo. Y eso es reconocer el fracaso de la autoridad en materia de seguridad.

Los delincuentes hacen de las suyas y la autoridad dizque los persigue. Siembran muerte, dolor, resentimiento porque no hay acciones preventivas. El gobierno de Duarte persigue después que el delito ya ha sido cometido.

Los delincuentes actúan. O los dejan actuar. En muchos hogares hay llanto. En muchos corazones hay incertidumbre porque alguien no cumplió su tarea. El delincuente actuó porque no hubo gobierno que lo enfrentara, que detectara sus actividades, que lo neutralizara. O porque se lo permitió a partir de una relación de complicidad.

A Rutilo Muñoz no se le ven los pantalones. Pero ¿saben qué? Los tiene más puestos que cualquiera.

Por eso le dice a la autoridad que cumpla con su responsabilidad.
Y por eso nos dice a los veracruzanos que como sociedad vayamos viendo la manera de autoprotegernos. Porque este gobierno ya fracasó.

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