De veras que Veracruz es kafkiano. Se gobierna a punta de ocurrencias. Se roba con descaro. Se derrocha frente a la miseria. Se hace justicia al gusto del que manda y al delincuente se le permite gozar de la impunidad.

Lo veo en dos escenarios: el de Maryjose Gamboa, la periodista, y el de Karla Elena Juárez Callejas.

Las dos, involucradas en accidentes automovilísticos; las dos con un muerto por el percance; las dos con señalamiento de exceso de velocidad; las dos en lo que la ley dice que es homicidio imprudencial. Ninguna lo planeó ni pretendía hacerlo. Sin embargo, la vida las llevó ahí.

A Maryjose Gamboa la trata el gobierno de Javier Duarte como si fuera delincuente de alta peligrosidad, porque qué mejor momento para una venganza del gobernador.

A Maryjose Gamboa le cobra Javier Duarte las críticas que le hace desde su columna periodística en Notiver. Maryjose pega. Maryjose señala. Maryjose documenta la corrupción, los excesos de quienes nos gobiernan, la debacle oficial, los negocios de la familia política, de los hijos políticos de Fidel Herrera y de la corte del gobernador.

Y cuando ocurre el accidente en que ella atropella a un peatón y éste muere, el gobierno de Javier Duarte inventa que iba en estado de ebriedad y que manejaba con exceso de velocidad.

Maryjose Gamboa ahí se quedó. Llamo a las autoridades y dio parte de lo ocurrido. ¿Iba ebria? ¿Conducía a velocidad inmoderada? No. Si así hubiera sido, se hubiera pelado.

Pero Javier Duarte ejecuta en ella una venganza. No le aplica la ley, porque de ser así estaría libre. La retiene con falsas acusaciones, pese a que el dictamen de Tránsito de Boca del Río dice que la prueba de alcohol resultó negativa; pese a que un cabo de la Naval que reportó que presumía que estaba alcoholizada, se negó a ratificar su dicho.

Maryjose está en la cárcel y no se le da atención médica. Tiene daño en las vértebras cervicales y astillas del parabrisas en su cuerpo. Se le ha impedido al médico que ingrese al Penalito de Playa Linda y eso viola sus derechos humanos.

Es un típico caso de venganza desde el poder.

El caso de Karla Elena Juárez Callejas es todo lo contrario. Ahí sí había velocidad inmoderada. Los testigos así lo dicen. Chocó contra un motociclista que también corría más allá de lo que permite el reglamento de tránsito. El joven dio un giro, invadió carril y se estampó. Pero Karla Elena no lo pudo evitar porque la velocidad con que ella conducía no se lo permitió.

Eso es homicidio imprudencial con la agravante de la temeridad, del exceso de velocidad. Y tendría que estar en prisión, sujeta consignada ante un juez, sin derecho a libertad bajo fianza. Así lo dice el Código Penal.

Karla Elena Juárez tiene, sin embargo, algo a su favor: es hija de la agente del Ministerio Público Especializada en Delitos Sexuales y contra la Familia, la Mujer y el Niño en Coatzacoalcos, María Elena Callejas Alarcón, que además de retorcida, es prepotente.

Con dinero, con una miseria, Karla Elena está libre. Le dieron 50 mil pesos a la familia para gastos funerarios, haciéndoles creer que no tienen derecho a reclamar que la causante de la muerte de Arturo Garduza Ramos, el motociclista, sea llevada a los tribunales.

Le hicieron los peritajes a modo. Ahora dicen que el carro estaba estacionado y que hasta ahí llegó el motociclista y se estampó. O sea, que tenía vocación suicida. Y con eso Karla Elena salvó el pellejo.

La mamá, por su parte, dice que ella no tiene que pagar nada, pero lo hace. ¿Por qué? Porque sabe que si el asunto llega al fondo y se demuestra que todos están coludidos para favorecer a la muchacha, se van todos pa’l bote.

Y aún así, dice la ñora que ella la saca porque la saca. “Mátalos mi’jita, que para eso tienes a mamá araña”. Y pensar que esa es la defensora de la sociedad en delitos sexuales, contra la familia, la mujer y el niño. Líbrame Señor de caer en las manos de esa cosa.

¿No se ha vomitado? Yo casi.

Esa es la justicia de Duarte. Maryjose Gamboa es objeto de una venganza por lo que escribe, por sus críticas y porque no se doblega ante las campañas de infundios orquestadas desde el grupo duartista. Karla Elena Juárez Callejas también incurre en homicidio imprudencial debido al exceso de velocidad con que manejaba, y se mueve al MP, los peritos, y salvan a una de su equipo, pues mamá araña es parte de la mafia.

Duarte aplica la máxima juarista: para los enemigos justicia a secas; para los amigos, justicia y gracia.

Pero la mejora: para los enemigos, venganza.

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