Llenos de muina, veo a los conductores, atapados en la interminable fila. Pasan las horas —sí, las horas— y avanzan a vuelta de rueda. Es un infierno. El tiempo vuela. La gasolina se consume. El calor sofoca. Y allá, a lo lejos, apenas si se alcanza a ver el puente Coatzacoalcos I. Ahí es la zona del desmadre.

Les cuento porque ya me pasó. Y porque ya les pasó a otros.

¿A quién en su sano juicio se le ocurre colocar un tope en pleno puente? De por sí, la circulación de vehículos es pesada. Y colocar un tope la hace más.

Las filas llegaban a un kilómetro del puente. El avance era a paso de tortuga. Por momentos no se movía nadie y no faltaba el abusivo que rebasaba por la derecha se metía aventándole el auto a los demás.

El asunto se resume en la autoridad, en las decisiones que toma, en la falta de planeación, en la pésima ejecución.

Ya sabemos que las obras son indispensables para el buen funcionamiento del puerto, pero han resultado el más jugoso negocio que han enriquecido a empresarios y políticos de dos sexenios, mientras que la ciudad y la sociedad lo paga muy caro.

El puente Coatzacoalcos I es esa clase de negocios. Con lo que le han invertido ya se hubiera construido uno nuevo. Se han empeñado en repararlo y van miles de millones en contratos para empresas que hacen mal su trabajo o simplemente no lo hacen pero sí cobran sus facturas. ¿Y saben por qué? Porque las compañías favorecidas con los contratos dan buenos diezmos.

Lo del tope en pleno puente tiene que ver con los trabajos de rehabilitación que se realizarán en los próximos días. Dicen los ingenieros que se colocó el tope con una altura de 6 centímetros porque a ese nivel quedará la nueva trabe.

La trabe levadiza se instalará del 23 al 28 de agosto. Obligará a un cierre total del puente, pues es una maniobra mayor, un reto de ingeniería. Retiran la trabe actual y colocan la nueva.

Por supuesto, eso será un caos de seis días. Todo mundo tendrá que dirigirse al puente Coatzacoalcos II, el Antonio Dovalí Jaime, el que conecta a Minatitlán con Ixhuatlán del Sureste.

Otros pasarán el río Coatzacoalcos en ferry y unos más en lancha. Nada más son 45 mil trabajadores que hay que movilizar hacia la zona industrial. Y a eso agrégueles quienes van de Agua Dulce, Las Choapas, Nanchital, Ixhuatlán, Moloacán y Tabasco hacia la Coatzacoalcos, y viceversa.

Lo de la sustitución de la trabe levadiza será asunto mayor. Por eso es que llama la atención la falta de sentido común de quien tuvo la ocurrencia de ordenar que se colocara un tope en pleno puente y que, como era de esperarse, desquició el tránsito vehicular.

Si un asunto tan obvio, que iba a provocar un caos, no lo pudieron prever, ¿qué puede esperarse cuando se realice el asunto de la trabe levadiza del puente?

Ante el concierto de mentadas de madre de miles de automovilistas afectados, ante la protesta de medio mundo, tuvieron que dar marcha atrás. La CANACO anunció que retirarían el tope y se lamentó que se tomaran decisiones así, sin reparar en su impacto.

El gobierno del estado de viene dando palos de ciego. El cierre del puente Coatzacoalcos I se realizaría a principios de agosto, pero la falta de planeación obligó a postergarlo con el consabido malestar y la protesta de los industriales.

Muchas de las empresas asentadas en la zona industrial, ante el caos vehicular que se generará, decidieron otorgar vacaciones a una parte de su personal. Y resulta que no, que siempre no hubo cierre de puente. Las pérdidas son millonarias. De acuerdo con ejecutivos de Etileno XXI, esta clase de errores provocan daños por 125 mil dólares por hora.

Yo tiré mentadas. Otros más que yo. Muchos bajamos de los autos pues por momentos nadie se movía. Era como si el PRD o cualquier otro grupo inconforme hubiera tomado la carretera. Nadie se movía; luego avanzábamos unos metros, y después todos quietos.

Hasta dos horas nos hicimos para pasar el puente. Eso es reventarle la madre a cualquiera. Y todo por un tope mal colocado, que obligaba a disminuir la velocidad y frenar el avance de los vehículos.

Digo: si no saben cómo tomar una decisión en un asunto tan insignificante, cómo chingaos van a poder gobernar un estado, cómo van a sacar adelante a Veracruz, cómo van a rendirle buenos resultados a la sociedad.

Por eso el pueblo les mienta la madre. Y tiene razón.