Al buen criminal se le conoce porque no deja huella. Va, ejecuta la acción, roba o mata, secuestra o asalta, sin dejar rastro.
 
Hay otros que quisieran ser criminales de alcurnia, pero no lo son. Estos tipos intentan borrar evidencia. Quisieran desaparecerla y lo hacen a medias. Ocultan documentos o los destruyen sin pensar que en diversas dependencias hay copias de todo.
 
O sea, hasta para robar hay que tener gracia.
 
¿Y por qué la exposición? Por lo que halló el gobierno de Marco Antonio Estrada Montiel. O mejor dicho, lo que no encontró.
 
Yo lo leí e imagino que todos ustedes también. La información del ayuntamiento de Las Choapas, cuando menos la más comprometedora, la borraron los tronquistas.
 
La información es un bien público y la ciudadanía tiene derecho a conocerla. Para eso se luchó muchos años. Para eso es el derecho a la información. Es el derecho de la sociedad a saber qué se hace con los recursos públicos, en dinero, en especie, en obras, en servicios, en el desempeño de los servidores públicos, en la asignación de contratos, etcétera, etcétera y todos los etcéteras que sean necesarios.
 
Pero eso podrá ocurrir en todo México, más no en Las Choapas. Aquí hay que joderse Tata, diría el tabasqueño. Aquí, Renato Tronco y los 40 ladrones, durante su incipiente cacicazgo, dieron muestra, sin dejar lugar a dudas, que lo que menos le interesaba era rendir cuentas.
 
Renato Transa sabía que debía informar a la sociedad de lo que hacía con los recursos del pueblo, pero no cumplió con lo que la ley dice, y sobre todo, con lo que la ley obliga.
 
Como todo ayuntamiento de Veracruz, el de Las Choapas tenía una Unidad de Transparencia, pero sólo la utilizaría para desviar recursos. Existía de membrete, pero no operaba.
 
Hoy me quedo con el ojo cuadrado. Renato se robó el dinero de los choapenses pagando obras en las que se invirtió mucho menos de lo que decían los contratos, de lo que la autoridad le debe exigir al contratista. Pero también se robó la información.
 
La Unidad de Transparencia era una tapadera del Ratón Vaquero. No servía para que los ciudadanos tuvieran acceso a la información pública. Le servía para ocultar aquello en lo que pudieran haber rastros de corrupción.
 
Una vez les dije que el diputado se pasaba de jijo. Hoy se los vuelvo a decir. Desde era alcalde, Renato era un jijo. Y con él sus entenados políticos, Yazmín Cano, su suplente, la que terminó su período en la presidencia municipal, en el año 2013, y Miguel Ángel Lendechy Ochoa, el que presidió el Concejo Municipal.
 
Me queda claro que la Unidad de Transparencia solo la usó para desviar recursos públicos. Ahí no informaban lo que el pueblo quería saber. Se robaba la información que lo comprometía para evitar dejar huellas de la manera en que, por un lado, justificaba la aplicación de obras y recursos, y por otro los desviaba y se los robaba a placer.
 
Quisquillosos como somos, los que sí sentimos amor por Las Choapas, experimentamos un sentimiento de rabia y decepción. La Unidad de Transparencia, en el nuevo ayuntamiento de Marco Estrada, se encontró con que 16 solicitudes de información que corresponden al último período tronquista, no han sido respondidas. No hay con qué. Se robaron la información y no hay cómo sustentar lo que pregunta el pueblo.
 
Los últimos rastros de información pública corresponden al trienio de Antonio Pouchoulén. Durante el gobierno de Tronco y luego de Yazmín, no se proporcionó información. Lo mismo con Lendechy. Pero lo peor es que la información que le pedía el pueblo, la desaparecieron.
 
La gente pregunta sobre cuenta pública, sobre aplicación del dinero de todos en obras y servicios. Pero Renato y los tronquistas se la robaron, la ocultaron, se la pasaron de noche a la población.
 
En Las Choapas esa información ya no existe. En Xalapa sí. En el DF también. El gobierno de Veracruz, el Congreso estatal, la Auditoría Superior de la Federación la tienen. Y ese será el acabose de Renato.
 
Por procedimiento, cuando se realizan obras hay que remitir copia de todo. Y si no lo hacen, les caen los auditores y les intervienen las tesorerías a los ayuntamientos. Así que la información está. Sólo que será usada cuando Renato menos lo imagine puesto que la responsabilidad de los servidores públicos ya no prescribe, no se extingue el plazo de la acción penal y pueden ser juzgados, hoy, mañana o dentro de 20, 30 o 40 años.
 
Lo que sí me dejó con el ojo cuadrado es que se robaron el dinero del pueblo... y también la información.
 
Así son algunos criminales. Creen que hacen el crimen perfecto sin pensar que el detective les sigue las huellas y algunas día los va a encarcelar.
 
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