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Juan Ciudadano

Los Gobernados

Este panteón no espanta pero sí transa

10/09/2014 11:07 a.m.
Se los dije. Aunque parezca pesado, se los tengo que recordar. Yo se los dije: Marco Estrada es más priista que el PRI, y echa mano de sus priistas para gobernar. Y si lo dejan, hasta va a saquear al municipio.
 
Tiene a uno que es una ficha. Es Luis Vicencio Santos, al que le apodan Güicho Panteón, con un pasado que avergüenza y hasta espanta. Y —¡carajo!— lo puso de tesorero municipal.
 
Ayer se me agrió el desayuno. Leía mi diario Presencia y que me cae como balde de agua helada la de ocho columnas: el negro historial del tesorero. Que me echo la nota completa, lleno de asombro mientras se me subía la bilirrubina. El café se enfrió, el Corn Flakes se hizo sopa y el pan tostado ahí se quedó.
 
Qué pillo el Güicho Panteón. Donde ha ido, su huella. En Ixhuatlán y Nanchital, desde 2008 hasta 2013, hizo de las suyas, dejando pasar actos de corrupción, pues en ambos fue contralor y los dineros se fueron sin documentos para comprobar.
 
Leía la investigación de Presencia y pude saber que el tesorero salió mal de ambos lugares. Tiene observaciones en las cuentas públicas, pues su obligación era observarle a los alcaldes cualquier anomalía para ésta fuera subsanada.
 
Curiosamente, nunca pasó a la contabilidad los recursos que remitía la Secretaría de Protección Civil de Veracruz, o sea, las despensas, las colchonetas y todo aquello que sirve para aliviar las penurias de la gente que sufre los efectos de los embates de la naturaleza.
 
El Orfis le observó omisiones que a ningún contralor se le deben pasar. En Ixhuatlán del Sureste permitió que se le diera obra pública a constructores que no aparecen en el padrón de contratistas; enviaban los estados financieros de manera extemporánea y don Güicho ni sus luces; no se expedían reglamentos para las diferentes áreas del ayuntamiento, y el señor Panteón bien muerto.
 
Dos camionetas que donó Pemex al ayuntamiento, no las registró entre los bienes municipales; un terreno adquirido con recursos públicos, tampoco está en el inventario.
 
Y así, año con año, las mismas omisiones. Güicho Panteón se hacía de la vista gorda. Al final le contabilizaron observaciones por más de 5 millones de pesos.
 
Lo mismo hizo en Nanchital, en los días en que gobernaba Alfredo Yuen Jiménez. Pero ahí hay otro ingrediente: nunca se preocupó por recuperar las cuentas de deudores, entre los que figuraban un ex alcalde, un ex tesorero y un ex síndico.
 
Me fui al internet. Ahí encontré más historia de Güicho Panteón. Proviene del grupo de Ricardo Castelo, ex alcalde de Nanchital, que primero fue priista y después de Convergencia por la Democracia, ahora Movimiento Ciudadano.
 
Le sirvió al ex alcalde de Nanchital, Francisco León Ocejo Meza, a quien le limpió todas sus cuentas y al tesorero, Víctor Manzanilla, que enfrentaban un fraude de más de 30 millones de pesos.
 
Cuando llegó Alfredo Yuen a la alcaldía de Nanchital, Luis Vicencio Santos fue nombrado contralor, pues se valió de que su cuñado es Arturo Yuen Jiménez, hermano del entonces alcalde.
 
Desde ahí manejó la Administración Portuaria Integral de Nanchital, donde metía contratistas fantasmas, facturas que pagaban sin soporte alguno y hasta se habla del robo de una nómina en Ixhuatlán, que provocó el despido de cuatro policías por no haberlo impedido. En Nanchital hizo lo mismo pero ya nadie se traga el cuento del robo de la nómina.
 
Cuando concluía la administración de Alfredo Yuen, ordenó que realizara un pago de liquidación un grupo de empleados muy allegados a él, dejando sin un centavo a otros. Entre los beneficiarios estaba su esposa, Beatriz Morales Guillén, encargada del Archivo Municipal.
 
Esa vez los que se llevaron la cochina al monte fueron el director de Obras, César Chang Ricárdez, sobrino del alcalde Yuen; Ricardo Sagrero, de Protección Civil; Ángel Rodríguez Navarro, director de Comunicación Social, y la propia tesorera Marisol Karen. Ah, claro, y su esposa Beatriz Morales.
 
Además tiene fama de usurero. Con los recursos municipales le presta a quien se lo solicita. O sea, nuestros impuestos están trabajando para su bolsillo.
 
Fichita, no, fichota, la que trajo Marco Antonio Estrada Montiel al Tesorería del ayuntamiento de Las Choapas.
Donde ha ido, Güicho panteón ha dejado huella. La corrupción es lo que lo distingue.
Se los dije. Marco Estrada es priista y trae en priistas para gobernar como siempre lo ha hecho el PRI.
 
Despierta, Las Choapas.
 
(Comentarios y tips a: [email protected])

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